Enlace Judío México.- Los partidarios se jactan de su estilo de vida modesto, pero el Ayatola Ali Khamenei, gobernante de Irán, dirige un conglomerado empresario multimillonario en dólares.

MARK DUBOWITZ Y SAEED GHASSEMINEJAD

La administración Trump ya ha ofrecido apoyo retórico a los manifestantes anti-gubernamentales de Irán. Ahora, cerca de un mes después que comenzaron las manifestaciones, ¿cómo puede Estados Unidos proporcionar ayuda material? Sigan el dinero.

Los partidarios del Líder Supremo Ayatola Ali Khamenei se jactan de su estilo de vida modesto. Pero fallan en mencionar que él maneja un conglomerado empresarial multimillonario en dólares para financiar sus redes de patrocinio político. Sus tres posesiones más valiosas son la Orden de Ejecución del Imán Khomeini, u OEIK; la Fundación Mostazafan; y la Astan Quds Razavi. Estas empresas tienen intereses en casi toda la industria iraní y valen aproximadamente u$s200 mil millones, según nuestros estimados.

Las entidades adquirieron una parte considerable de sus activos a partir de la confiscación sistemática de propiedad privada que siguió a la Revolución Islámica de 1979. Ellas no pagan impuestos, y sólo la oficina del líder supremo puede auditarlas. Usan sus conexiones políticas para superar en maniobra a sus rivales y para ganar contratos gubernamentales lucrativos, no es sorpresa que tantos iraníes, privados de las necesidades básicas, se resientan de sus líderes.

Una investigación del 2013 por parte de Reuters estimó que OEIK valía alrededor de u$s95 mil millones, con más de la mitad de sus activos en bienes raíces. Establecida a fines de la década de 1980, sus tres principales valores en cartera son el Grupo Tadbir, Grupo Rey y Fundación Barkat. Docenas de subsidiarias y empresas fachada hacen difícil comprobar la extensión total de la red.

El ayatola Ruhollah Khomeini, predecesor de Khamenei, creó la Fundación Mostazafan después de la Revolución Islámica. Diseñada para incautar y manejar activos de propiedad de la depuesta familia real y sus asociados, la fundación ahora controla cientos de compañías. Algunos meses atrás publicó declaraciones financieras anuales que declararon que sus activos están alrededor de los u$s16 mil millones— probablemente una atenuación deliberada.

La tercera entidad es Astan Quds Razavi, cuyo brazo empresarial es la Organización Económica Razavi. Astan tiene control ajustado sobre la economía de tres provincias sureñas de Irán, donde posee empresas en las lucrativas industrias de energía y agricultura. Su cartera de bienes raíces está valuada en u$s20 mil millones, según BBC Persa, y posee casi la mitad de la tierra en Mashhad, donde comenzaron las recientes protestas.

El Tesoro de Estados Unidos en el 2013 promulgó sanciones contra OEIK y 37 subsidiarias. Un comunicado de prensa del Tesoro dijo que el objetivo de la entidad es “generar y controlar inversiones masivas y fuera de los libros, escudados de la vista del pueblo iraní y de los reguladores internacionales.” La administración Obama levantó las sanciones como parte del acuerdo nuclear del 2015. No importa que su designación original no tuviera nada que ver con el programa nuclear de Irán.

Las empresas poseídas o controladas por el Estado, incluido el conglomerado y fundaciones de Khamenei, fueron los mayores beneficiarios del acuerdo nuclear. Desde que se logró, en julio del 2015, han sido firmados cerca de 110 acuerdos empresarios y de inversión con empresas iraníes. Según Reuters, 90 de esas entidades son poseídas o controladas por el Estado.

Una investigación de enero del 2017 por parte de Reuters encontró que empresas controladas por OEIK firmaron al menos cinco contratos con empresas extranjeras. Esos incluyen un acuerdo de u$s10 mil millones para construir refinerías con Daewoo Engineering and Construction Co. y Hyundai Engineering and Construction, de Corea del Sur. Las empresas farmacéuticas española y danesa Chemo Group y Novo Nordisk también han firmado acuerdos para trabajar con OEIK.

La Fundación Mostazafan y Astan Quds Razavi también tienen contratos con empresas extranjeras. Bon Rail, de propiedad de la Fundación Mostazafan, firmó un memorando de entendimiento con la empresa alemana Deutsche Bahn, para mejorar sus servicios ferroviarios. La fundación está involucrada en un acuerdo de u$s1.5 mil millones con Daewoo.

Si bien estas entidades están lejos de ser transparentes, Estados Unidos sabe lo suficiente como para atacarlas con sanciones. La Fundación para la Defensa de las Democracias ha identificado a 146 empresas de propiedad de Khamenei y a 144 ejecutivos y miembros de la junta asociados con estas empresas. La administración Trump puede usar el Acta de Responsabilidad de Derechos Humanos Globales Magnitsky del 2016 para aislar al imperio empresarial de Khamenei, congelar sus activos, y penalizar a las empresas internacionales que enriquecen al régimen iraní.

Con el Presidente Trump y los manifestantes iraníes del mismo lado contra el líder supremo y su régimen criminal, ahora es el momento de atacar.

 

*Mark Dubowitz es ejecutivo principal de la Fundación para la Defensa de las Democracias, donde Saeed Ghasseminejad es un miembro investigador.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

 

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