Enlace Judío México – El cinco de noviembre de 2005 durante la Asamblea de la ONU se tomó la resolución de adoptar el 27 de enero como el día de la “Conmemoración en Honor de las Víctimas del Holocausto”, día en que el ejército ruso liberó el campo de exterminio de Auschwitz.

En el evento, celebrado en las instalaciones de CIM-ORT, estuvieron presentes representantes de diferentes embajadas, de la Cámara de Diputados, Sr. Carlos Zuma Representante de la ONU, alumnos de la preparatoria de colegios de la red judía Colegio Robert Schuman, Colegio Tomás Moro, Colegio Williams, Prepa Tec e Instituto Piaget.

El primero en tomar la palabra fue Avi Meir. Director General del Colegio CIM-ORT: “El primer soldado ruso que entró a Auschwitz comentó: ‘Al entrar el ejército ruso a Polonia para liberla de los nazis les dieron la orden de ir a un pueblo llamado Auschwitin, es adonde se encontraba el campo de Exterminio de Auschwitz para liberarlo y tomar a los soldados nazis. Al llegar se escuchaba un pesado silencio y se percibía el olor de cenizas no estaba el enemigo nazi. De repente vimos seres que parecían humanos de pie detrás de las alambradas. Tenían la mirada vacía detrás de ella escondían historias de dolor y sentimiento por el único pecado de ser judíos. La fábrica de la muerte fue liberada este día. El ligar en el que murieron más de un millón de personas. “Pudieron liberar Auschwitz, pero no pudieron liberar a Auschwitz de la conciencia del mundo” Auschwitz quedó y quedará como una mancha roja en la historia de la Humanidad’.

Hoy en día los avances en la tecnología y la medicina son innumerables. Me pregunto si esto nos hace mejores personas. Aún existen campos de trabajo forzoso en nuestro planeta. Aún hay personas que pierden la vida por su cultura, religión, su color de piel o por el simple hecho de pensar diferente.

Ustedes son el futuro del mundo, en sus manos está el liderazgo de su país y del mundo. La persona que está sentada junto a ustedes es su hermano. Todos los seres humanos tienen un solo origen Adán y Eva. Por esto no debería haber diferencias entre uno y otro.”

Edgardo Slovik, Miembro del Patronato del Colegio CIM-ORT tomó la palabra: “Me pidieron que hable de Tolerancia. Voy a leer unas frases traducidas que circulan en twitter: Hitler debió matar a los judíos cuando tuvo la oportunidad. Cada vez que oigo sobre Hitler me enamoro de nuevo. #Mentiras de la escuela: el holocausto. Me siento como un judío que acaba de entrar a un campo de concentración: #Hambriento. ¿Cómo consigues el número de una niña judía? arremanga sus mangas. Metamos algunos judíos al Horno.

Los tuits siguen. Sugiero buscar cualquier tuit que contenga las palabras judío, negro, homosexual y ver los comentarios que aparecen al pie. No soy antisemita… pero. No soy racista… pero. No soy homofóbico… pero. Tengo muchos amigos judíos… pero.

Estamos en pleno siglo XXI y el odio y la intolerancia están latentes. Los tenemos enfrente todos los días. Está en cada uno de nosotros no quedarse callados y analizar con hechos la información que se nos presente. No toleremos a los intolerantes.

Idit Davidovich, Cónsul de la Embajada de Israel en México, dijo. “En el día de la Conmemoración de las víctimas del Holocausto pilotos del Ejército de Israel volaron sobre Auschwitz, al pasar encima los pilotos dijeron: “Nosotros los pilotos de la fuerza aérea de Israel en los cielos de los campos de los horrores hemos surgido de las cenizas de las víctimas, llevamos con nosotros sus gritos silenciosos, honramos su valentía y prometemos ser un escudo para el pueblo judío y la tierra de Israel”

Al terminar de dar su sermón entonó el Izkor (rezo a los muertos).

Carlos Zuma, Representante de la ONU, tomó la palabra: “Este año se conmemora, en noviembre, ochenta años de Kristalnacht (quema de libros sagrados judíos) Al mismo tiempo fueron quemadas sinagogas y comercios que pertenecían a judíos.

El 27 de febrero tenemos dos deberes fundamentales. El primero es recordar la maldad. El fanatismo, el intento sistemático de eliminar a la población judía que se llevó durante el régimen nazi. Nuestro segundo deber es estar muy atentos a las nubes obscuras del horizonte. El Holocausto no fue un evento aislado, fue la culminación de un odio milenario hacia los judíos. Recordemos los Pogroms (persecución) de hace siglos hacia los judíos. Recordemos el ascenso del nazismo llenos de resentimiento en el siglo XX. La adopción de leyes que consagraban la destrucción de los judíos no solo en Alemania sino en varios países en Europa adonde se instituyeron las leyes raciales en contra de los judíos.

De lo que hablamos no terminó en 1945 con el final de la guerra. Tenemos la obligación de permanecer alerta ante las amenazas contemporáneas, de no perder de vista lo que pasó y como pasó.

Actualmente hay nuevos grupos antisemitas, va en aumento la xenofobia, recrudece el nacionalismo, el racismo, la discriminación contra los migrantes. El odio por aquellos que son vistos por otros como diferentes. Podemos constatar que la situación mundial es realmente complicada y preocupante. Más de setenta años después de la caída del nazismo sus signos y posturas están muy presentes. Algunos tratan de banalizar o negar el Holocausto. Otros tratan de disminuir la complejidad por la complicidad de sus ciudadanos.

Actualmente podemos localizar 65 grupos pronazis en 25 países, no sólo en Europa y Norteamérica, sino en todas las regiones del mundo.

Para finalizar el acto, tomó la palabra el invitado especial, Christian Picciolini, autor del libro Memorias de un Skinhead:

“Soy ciudadano americano, hijo de migrantes italianos. Mis padres tuvieron que trabajar arduamente para poder salir adelante. En la escuela fui bulleado y me molestaban mucho, por lo que yo también lo hacía con todos. Me sentía que no era aceptado y que no pertenecía.

A los catorce años estando en la calle se me acercó un hombre mayor ofreciéndome su amistad. Este hombre era el primer Skinhead (cabeza rapada) en los Estados Unidos. Al sentirme aceptado me introdujo al grupo de esta persona. Era un grupo neonazi, poco a poco me fueron adoctrinando al significado del grupo. Me rapé la cabeza, usaba botas y dediqué todo mi tiempo para estar con el grupo. Comencé a creer en todo lo que decían. Al principio me dijeron que me tenía que sentir orgulloso de quién era. Con el tiempo empezó la dogmatización de que todo lo que me pasaba mal era culpa de los negros, los judíos, los diferentes. Era culpar a los otros por nuestros problemas. Estaba enojado con mis padres y con todos por lo que a mí me pasaba.

Durante los ocho años que pertenecí a este grupo me cuestioné mis creencias. Siempre me las quedé para mí. Lo importante era que todos pensaran que yo pensaba igual que el grupo. Comencé a escribir canciones con letra nazi. Me di cuenta que las letras que escribí provocaban violencia. Buscando odio entre la gente. Yo mismo sentí odio por mí y mis creencias”.

A la edad de 19 años conoció a la que sería su esposa, la cual no pertenecía a este grupo. Tuvieron dos hijos. Al paso del tiempo la esposa le pidió que se alejara del grupo que nada le daba y sí le estaba perjudicando en su relación matrimonial. Prometió alejarse, pero le tomó tiempo y su esposa lo dejó, llevándose a los hijos.

“En 1994 abrí una tienda para vender música y productos nazis. La personas en el vecindario no estaban de acuerdo con lo que estaba vendiendo. Decidí vender Música Pop y Heavy metal. En un principio no me quise relacionar con ellos por mis creencias pero si aceptaba su dinero. Comencé a relacionarme con los clientes. Al mismo tiempo me di cuenta de que lo que estaba haciendo no era lo que yo realmente creía.

El odio nace de la ignorancia, del miedo. Cuando tenemos miedo de lo que no entendemos generalmente se convierte en odio y violencia. Llegó el momento en que me dio vergüenza vender la música y los productos nazis en mi tienda, los de mi inventario. Comencé a darme cuenta de quién soy y quienes son mis amigos, se los debía. En la tienda había yo hecho nuevas amistades con personas, judías, negras, gays. Todos ellos me mostraron compasión cuando más lo necesitaba.

Ya no me fue bien en el negocio, tuve que cerrar y perdí todo lo que tenía significado para mí, ya no tenía una relación con mis padres, mi esposa e hijos se habían ido. Estos nuevos amigos me aceptaron aun sabiendo quién era yo.

Durante cinco años después de que deje el movimiento Neonazi, entre en depresión. Comencé a relacionarme con mis amigos, pero no me era posible quitarme el cáncer que llevaba dentro de mí, era el dolor que le había causado a mi propia familia y a mí mismo.

Un día se me acerco una amiga de raza negra preocupada por mí, me dijo: Tienes que hace un cambio, no quiero que amanezcas muerto mañana. Cuando me vio destruido me recomendó que fuera a pedir trabajo a la compañía donde ella trabajaba, yo no sabía hacer nada, me insistió, y acepte ir. La compañía era IBM, que me aceptó. Tomé clases en computación, así es que me entrené.

Me mandaron a arreglar computadora a una escuela ¿a cuál escuela me mandaron? De la que fui expulsado dos veces, adonde el que me recordará sería por las maldades que hice. Me encontré a la persona que se encargaba de la seguridad de la escuela a quién yo había molestado mucho, en cuanto me vio se hizo para atrás,. Me acerqué pidiéndole perdón por lo que hice en el pasado, nos abrazamos. Platicamos y me hizo prometerle que contaría mi historia.

Diez años más tarde mi historia se convirtió en mi libro, donde hablo cómo es ser una persona con una vida normal y fue fácil integrarme a este movimiento. Tomo la responsabilidad por mis actos, por la persona que fui.

En los últimos 22 años he tratado de enmendar mi pasado. Hablo en el libro de cómo logré salir. Lo más importante para mí fue recibir compasión de la gente, aún cuando yo fui una de las perores personas sobre la tierra. Esta conexión me trajo de regreso a la humanidad. Estaba tan enojado y desconectado que lo que deseaba era herir a otras personas por estar yo con dolor.

No doy excusas por lo que hice, tomo una completa responsabilidad por mis actos. Sé que hay miles de jóvenes que están es estos movimientos que no saben de lo que son parte”.