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viernes 04 de octubre de 2024

¿Beisbolista, políglota y espía judío? Todo eso era el peculiar Moe Berg

Enlace Judío México – El filme del director judío Ben Lewin se ocupa sobre todo de la misión nuclear de Moe Berg en la Alemania Nazi, pero la crítica ha apuntado a que el filme no logra batear con fuerza todo lo extraordinario de la vida del “tipo más raro que ha jugado beisbol”.

La vida de un inusual y excepcional judío norteamericano ha sido llevada a la pantalla grande con The Catcher Was A Spy (El cácher era un espía), una adaptación de la biografía homónima del escritor Nicholas Dawidoff. Dirigida por el judío australiano Ben Lewin, la película debutó en el Festival de Cine de Sundance el mes pasado, y está protagonizada por Paul Rudd en el papel de Moe Berg.

Pese a que la crítica ha tildado de decepcionante a la adaptación hecha por Lewin, la vida de Berg es todo lo contrario a este reciente estreno.

Berg nació de padres inmigrantes judíos rusos en en la Avenida East 121st en Manhattan, Nueva York en 1902. Después de que los Berg se mudaran a Newark, comenzó a sobresalir en el deporte del baseball desde la temprana edad de 11 años.

Finalmente se convirtió en un jugador un tanto destacado en la Universidad de Princeton, donde se graduó magna cum laude en lenguas, aprendiendo con ello latín, griego, francés, español, italiano, alemán y hasta sánscrito. Una táctica de Berg en el diamante era comunicar en latín las jugadas a sus compañeros para desorientar al rival.

En 1923, los Robins de Brooklyn (hoy los Dodgers de Los Angeles) lo contrataron con el objetivo de tener a un judío entre sus filas, para ganar con ello a la vibrante población judía de Nueva York que buscaba integrarse culturalmente a la vida americana.

Hasta finales de los años 30, Berg dedicó su vida al deporte, donde si bien no destacó tanto, jugó y fungió como entrenador para equipos como los Medias Rojas de Boston o los Medias Blancas de Chicago.

Tras el ingreso de EE.UU. a la Segunda Guerra Mundial después del ataque de Pearl Harbor, Berg ingresó a trabajar bajo el ejército norteamericano en Sudamérica. El hecho de haber realizado un par de viajes a Japón en los 30 y haber tomado algunas fotos y grabaciones personales, fue de ayuda para el ejército norteamericano en su conflicto con el Imperio nipón.

Avanzada la guerra, en 1943 aceptó una posición de más alto rango dentro de un ramal de espionaje de lo que en un futuro sería la CIA y fue enviado a Yugoslavia para analizar los grupos de resistencia locales contra los nazis.

Pero quizá la mayor misión que se le asignó le cayó como bomba en 1944: tenía que averiguar para EE.UU. hasta qué punto los nazis tenían avanzado su programa nuclear. Para ello tuvo que ingeniárselas para dar con el mismísimo Werner Heisenberg, una de las cabezas detrás del programa nuclear nazi. Gracias a su labor, los EE.UU. pudieron tranquilizarse y saber por Berg que los nazis aún estaban muy lejos de los norteamericanos y su inminente “Proyecto Manhattan“.

Al término de la guerra, Berg fue condecorado por su labor en la guerra y algunos años después quiso seguir en la labor de espionaje primero para Israel, donde le fue negada su petición laboral, pero después la CIA lo contrató para que, con su experiencia, espiara el programa nuclear de la Unión Soviética. Aunque de manera lamentable, su desempeño en esta misión fue tristemente quizá peor que su paso por el baseball: infructuoso y sin provecho.

Los siguientes 20 años, Berg vivió prácticamente desempleado y en la casa de sus familiares, siendo corrido incluso del hogar de uno de sus hermanos. Finalmente, después de escribir unas memorias y ser considerado para el Salón de la Fama de las Grandes Ligas, murió en 1972. Sus cenizas fueron esparcidas en el Monte Scopus, en Jerusalén.

El filme de Lewin se ocupa sobre todo de la misión de Berg hacia la Alemania Nazi para ir en busca de Heisenberg, pero la crítica ha apuntado a que el filme no logra batear con fuerza todo lo extraordinario de la vida del “tipo más raro que ha jugado beisbol” como el beisbolista del salón de la fama de las Grandes Ligas, Casey Stengel, lo llamó alguna vez.

Fuente: Tablet Magazine / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

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