Enlace Judío México.- El combate es por una presencia de la Fuerza Al-Quds sobre la frontera entre Siria e Israel. ¿Cómo responderá Estados Unidos?

TONY BADRAN Y JONATHAN SCHANZER

El conflicto entre Israel e Irán puede estar calentándose después de un hervor de media década. El viernes por la noche Irán envió un dron desde Siria que penetró el espacio aéreo israelí en los Altos del Golán. Israel lo destruyó con un helicóptero Apache. Luego el sábado Israel envió ocho F-16s a través de la frontera para atacar la base aérea en la gobernación de Homs, llamada la base T-4, de donde vino el dron, así como un puñado de otros blancos iraníes. Aunque la misión fue un éxito, un F-16 fue derribado por fuego sirio, aunque el piloto logró regresarlo a Israel, donde él y su navegante fueron eyectados exitosamente.

Este fue el enfrentamiento más significativo a la fecha entre Israel y el llamado Eje de la Resistencia—Irán, el régimen de Assad de Siria y Hezbolá—desde que Irán comenzó a desplegar soldados y representantes en Siria hace seis años. Israel insiste en que su respuesta fue limitada y su intención es contener esta conflagración. A sus críticos les preocupa que la escaramuza podría explotar en una de las peores guerras que haya visto alguna vez el Medio Oriente.

Los iraníes han estado explotando el caos de la guerra civil siria para acumular activos militares allí que apuntan a Israel, todo mientras envían armamento avanzado a Líbano vía Damasco, también bajo la confusión de la guerra. Los israelíes han estado vigilantes; han destruido algo de este equipo en Siria con ataques excepcionales. En diciembre atacaron una base iraní al sudoeste de Damasco, a unas 30 millas de los Altos del Golán. Pero nunca habían ingresado a Siria con el tipo de fuerza aplastante vista la mañana del sábado.

Aún no está claro qué provocó este nivel de respuesta. Funcionarios militares israelíes no dirán si el vehículo aéreo no tripulado iraní estaba armado. Sería una sorpresa, sin embargo, si la represalia de Israel fue provocada por un dron desarmado. De hecho, ésta no fue la primera incursión de drones dentro de los Altos del Golán. El año pasado, las defensas misilísticas de Israel interceptaron muchos drones construidos por Irán, y operados por Hezbolá, intentando entrar al espacio aéreo israelí desde Siria.

Las Fuerzas de Defensa de Israel habían advertido que la base T-4 estaba llena de combatientes de la Fuerza Quds de Irán, un brazo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu había hecho múltiples visitas a Moscú esperando convencer al Presidente Vladimir Putin de desviar las actividades amenazantes de Irán y sus satélites. Putin ha establecido una presencia formidable en Siria desde el año 2015, cuando sus fuerzas entraron al país aparentemente para combatir al Estado Islámico.

El sábado, los israelíes asumieron un riesgo significativo de provocar a los rusos, especialmente porque, según se informa, ellos no advirtieron con anticipación a Moscú sobre el ataque. Personal ruso a veces se insertaba con las unidades de defensa aérea siria y a veces está presente en la base T-4.

De ahí que el ataque podría haber tenido la intención de ser un mensaje para los rusos tanto como para el eje iraní.

No está claro si Rusia tuvo conocimiento de antemano de la operación del dron iraní. Tampoco sabemos si Rusia estuvo involucrada en descargar los misiles sirios tierra-aire que derribaron al F-16 israelí. Lo que sí sabemos es que después de muchos ataques aéreos israelíes en Siria durante muchos meses, esta fue la primera vez que armas anti-aviación sirias lograron golpear un objetivo. Eso apunta al involucramiento ruso.

Aun así, los israelíes no fueron disuadidos de lanzar, al cabo de horas, una segunda ola de ataques aéreos contra objetivos iraníes y sirios adicionales, incluyendo sitios de defensa aérea, muchos de los cuales probablemente habían sido monitoreados durante meses. Según fuentes israelíes, la segunda ola fue el ataque aéreo más grande contra Siria desde la guerra del Líbano de 1982, cuando la Fuerza Aérea Israelí golpeó en el Valle de Bekaa las baterías de misiles tierra-aire de Siria construidas por los soviéticos.

Ahora todos los ojos están sobre Israel mientras medita sus próximos movimientos. Para Jerusalén, el statu quo es insostenible. Los iraníes claramente están dispuestos a absorber ataques tácticos en tanto puedan consolidar su posición estratégica, la cual los preparará para un futuro conflicto con el estado judío. Así que mientras los líderes políticos de Israel están dispuestos a evitar el conflicto, los peces gordos del ejército pueden pronto determinar que posponerlo sería el curso más riesgoso.

Los israelíes están también trabajando por teléfono con la administración Trump, la cual ha afirmado el derecho de Israel a defenderse. Esa declaración tendrá importancia cuando Israel considere sus opciones. Washington continúa retocando su nueva política de atacar a Irán con múltiples instrumentos de poder estadounidense. Pero esta política es impedida en cierta forma por el acuerdo de la Casa Blanca con Rusia para mantener una “zona de des-intensificación” en el sudoeste de Siria—un acuerdo que beneficia claramente a Irán y al status quo.

El Pentágono y el Departamento de Estado ya han condenado a Irán y dado su apoyo para de Israel. La pregunta ahora es si la administración Trump irá más allá. En un discurso el mes pasado revelando la estrategia de la administración para Siria, el Secretario de Estado Rex Tillerson afirmó que Estados Unidos busca no sólo asegurar la seguridad de sus aliados sino negar a Irán sus “sueños de un arco norte” desde Teherán a Beirut. Una buena forma de lograr ambos objetivos sería respaldar las respuestas de Israel a la agresión de Irán—ahora y en el futuro.

 

 

*Tony Badran es un miembro investigador y Jonathan Schanzer vicepresidente principal para investigación de la Fundación para la Defensa de las Democracias.

Fuente: The Wall Street Journal.
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

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