Enlace Judío México.- Fue un discurso que pocos observadores del Medio Oriente olvidarán. Durante su diatriba del 14 de enero ante el Consejo Central de la OLP, el presidente palestino Mahmud Abás hizo un montón de comentarios conspirativos y antisemitas. Abás acusó a Israel de crear deliberadamente un problema de drogas entre los palestinos e intentó socavar la conexión judía con la tierra de Israel. El presidente palestino también amenazó con “publicar una lista negra de 150 empresas que trabajan con los asentamientos.” Después de la oratoria de horas de duración de Abás, el Consejo Central de la OLP declaró que “adoptaría al movimiento BDS y pediría a los países del mundo imponer sanciones contra Israel,” refiriéndose a Israel como un “régimen de apartheid.”

DAVID MAY

Esta no fue la primera vez que el liderazgo palestino ha respaldado al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). En el 2010, el Primer Ministro de la AP, Salam Fayad, llevó a cabo una campaña para instar a los palestinos a boicotear bienes israelíes de la Margen Occidental. Funcionarios de la AP posteriormente fueron puerta a puerta para promover la campaña y promesa de boicotear estos productos israelíes.

Mientras asistía al funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica en el 2013, Abás declaró, “No, no apoyamos el boicot a Israel.” Sin embargo, la Embajada del Estado de Palestina ante Sudáfrica emitió una declaración conjunta con el BDS Sudáfrica, declarando que el liderazgo palestino no se opone al BDS. Abás luego pidió que “todos boicoteen los productos de los asentamientos.”

En marzo del 2015, el Consejo Central de la OLP afirmó la “continuación de boicotear los bienes israelíes como una forma de resistencia popular,” y llamó a la comunidad internacional a “boicotear bienes israelíes.” Luego, en la asamblea de la Unión Africana en junio del 2015, Abbas abogó por un boicot de bienes de territorios controlados por Israel.

En una entrevista en octubre del 2016 con The Arab Weekly, Nabil Shaath, asesor principal de Abás en asuntos exteriores, dijo que “Los palestinos pueden todavía derrotar a Israel” con la ayuda de un boicot de consumidores. Durante su discurso del 2017 ante la Asamblea General de la ONU, Abás dijo, “Llamo a todos los estados a terminar toda forma de involucramiento directo e indirecto con y de apoyo al régimen colonial ilegal israelí de asentamientos.” En octubre del 2017, Salim Alzanún, Presidente del Consejo Nacional Palestino, escribió, “Llamamos también al Parlamento pan-africano a adoptar la iniciativa del BDS incluyendo boicotear bienes de asentamientos israelíes…” Abás ha preparado el terreno para su apoyo gradual al BDS.

Entre los más grandes proponentes del BDS dentro del círculo íntimo de Abás está su segundo en Fatah, Mahmud Alalul. Alalul ha declarado a menudo que “todas las formas de resistencia son legítimas,” una alusión a su apoyo a la violencia contra los israelíes. En el año 2015, el entonces miembro del comité ejecutivo de la OLP, Mahmud Alalul, advirtió a las empresas palestinas que deben quitar todos los bienes producidos por seis de las empresas más grandes de Israel. Alalul continuó diciendo, “Es el primero entre muchos pasos para boicotear todos los bienes israelíes que llegan al mercado palestino.”

Según una cinta de audio de marzo del 2017 obtenida por el Washington Free Beacon, Alalul dijo, “Tenemos relaciones con el BDS, nuestra gente trabaja allí, y tenemos delegados allí. Cooperamos con el BDS en todos los niveles, y no sólo con el BDS, sino con todo grupo cuyo objetivo es boicotear a Israel, estamos con ello. Todo grupo que está trabajando para sitiar a Israel y aislarla del mundo, estamos con él.” En una grabación aparte de agosto del 2017, cuando se le preguntó, “¿Apoya usted, como la AP, al BDS?” Alalul respondió, “Sí, por supuesto.” Si bien estas citas llegan de grabaciones de audio que no han sido verificadas en forma independiente, están en línea con declaraciones previas de Alalul.

En marzo del 2016, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (UNHRC) aprobó una resolución en la cual llamó al Alto Comisionado para Derechos Humanos, Príncipe Zaíd Raad Alhuséin de Jordania, para “producir una base de datos” de empresas operando en áreas controladas por Israel. Los críticos de la base de datos han argumentado que los parámetros amplios para esta lista negra no se limitan a violadores de derechos humanos; operar meramente en la Margen Occidental y Jerusalén Oriental son bases para la inclusión. El Príncipe Zaíd escribió según se informa una carta a las Naciones Unidad implorándole que desinvierta de empresas incluidas en la lista negra, indicando que la lista negra está diseñada deliberadamente para facilitar un boicot.

Estados Unidos se ha opuesto a la base de datos y presionó a las Naciones Unidas para que no publique la lista negra. Se suponía que la lista sea publicada en febrero del 2017 pero fue dilatada hasta diciembre del 2017. El 31 de enero del 2018, Alhuséin dio a conocer su informe alegando que 206 empresas – 22 de la cuales son estadounidenses – han ayudado a la presencia de Israel en la Margen Occidental, sin nombrar de hecho a las empresas. Alhuséin ha prometido dar a conocer los nombres en una fecha posterior.

Desde el año 2014, Abás ha eludido las conversaciones directas con Israel, prefiriendo atacar al estado judío en la escena internacional e involucrarse en intentos de reconciliación desventurados con el grupo terrorista Hamás. Ahora, con su espalda contra la pared, cuando se encuentra aislado de los estados árabes y la administración Trump, Abás parece estar abrazando la guerra económica contra Israel como una estrategia nacional. La decisión, aunque viniendo hace largo tiempo, parece poner de relieve que al líder palestino que envejece se le están agotando las estrategias. La medida de apoyar la guerra económica probará ser casi con certeza un obstáculo para la paz y socavará la legitimidad que le queda a Abás.

David May es un analista de investigación en la Fundación para la Defensa de las Democracias, un instituto de investigación sin fines de lucro con sede en Washington que se enfoca en seguridad nacional y política exterior.