“La guerra es el reino de lo inesperado.”
—B. H. Liddell Hart (1950)

 

Enlace Judío México.- A principios del siglo XIX el general y filósofo prusiano, Carl von Clausewitz, identificó a “Der Schlag,” o “el golpe,” como la táctica vital de apertura en la guerra. El éxito depende de la superioridad militar combinada con sorpresa y velocidad para garantizar el dominio inmediato, desbordante y decisivo.

DR. EARL TILFORD

El breve estallido militar entre Israel y Siria del 8 al 10 de febrero recibió poca atención en medio de la maniobra política de Washington respecto a presupuestos, reforma inmigratoria, e investigaciones. El incidente comenzó cuando los Guardias Republicanos iraníes estacionados en Siria lanzaron un dron que los israelíes derribaron 90 segundos después de que penetró su espacio aéreo. La represalia israelí involucró aviones de combate F-16I (“I” por la variante israelí) bombardeando sitios de misiles tierra-aire y unidades de la Guardia Republicana iraní que están apoyando al régimen de Bashar al-Assad mientras también respaldan a las fuerzas de Hezbolá que combaten a los rebeldes anti-Assad. Unidades iraníes están también atrincherándose cerca de los Altos del Golán, amenazando directamente a Israel. Mientras tanto, un número limitado de fuerzas estadounidenses en Siria continúan atacando al ISIS y apoyan a los rebeldes anti-Assad. Aviones de combate y unidades de misiles tierra-aire rusos están en Siria para respaldar a Assad. En el norte de Siria, los kurdos que combaten al ISIS levantan la ira de la Turquía aliada de la OTAN enfocada en minimizar las aspiraciones nacionales kurdas.

Minimizar la confusión es crucial porque está en ciernes una erupción violenta. Israel pronto atacará a Hezbolá y a las fuerzas iraníes, y debe hacerlo con fuerza suficiente para lograr la victoria rápida y decisiva. Esto debe ocurrir antes de que Irán obtenga misiles nucleares capaces de eliminar a Israel.

En junio de 1967, Israel igualó el secreto con velocidad para derrotar a una coalición de seis países árabes con Siria, Egipto, y Jordania dejados militarmente ineficaces al cabo de horas. En la Guerra de Yom Kipur de octubre de 1973, Egipto y Siria usaron los mismos elementos de secreto y velocidad para llegar muy cerca de superar a Israel. Lo que va a suceder muy pronto en Siria y el sur de Líbano será más grande, más violento, y peligroso dada la presencia de fuerzas estadounidenses y rusas.

Israel no repetirá su conflicto de mediados de verano y un mes de duración del 2006 con Hezbolá en el sur de Líbano, donde las guerrillas usaron túneles para atacar a soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), mientras engatusaba a otros en combates casa por casa, promoviendo un estancamiento sangriento, mientras también disparaba cohetes Katyusha de alcance relativamente corto a Haifa y los asentamientos junto a la frontera libanesa y a los Altos del Golán. La opinión mundial se volvió contra Israel por los civiles muertos mientras bombardeaba a unidades de Hezbolá que se ocultaban en la Beirut suburbana. Esa guerra terminó con las alardeadas FDI obstaculizadas y frustradas.

Hoy, unidades de Hezbolá en Siria combaten a las fuerzas anti-Assad con tácticas convencionales, que incluyen tanques, artillería y cohetes, el tipo de guerra en la cual las FDI son inigualadas. Los Guardias Republicanos iraníes apoyan a Hezbolá mientras también transportan cohetes de mayor alcance al sur de Líbano. Algunos estiman que Hezbolá tiene 10 veces tantos cohetes como en el 2006, muchos capaces de atacar Tel Aviv y blancos mucho más al sur.

Israel debe atacar duro a Siria para destruir decisivamente a Hezbolá antes que sus fuerzas vuelvan a desplegarse al sur de Líbano para revertir la guerra de guerrillas. Los israelíes también deben hacer sangrar lo suficientemente a los iraníes como para obligar a Teherán a retirarse de Siria. La Fuerza Aérea Israelí atacará los sitios de misiles SA-5 y SA-17/200 tierra-aire sirios y atacará las bases aéreas para desbaratar las respuestas de combate aéreo sirias, y muy posiblemente rusas. Los ataques contra Hezbolá y las fuerzas iraníes recortarán a Assad y probablemente terminará su régimen.

Ominosamente, marzo del 2018 podría convertirse en agosto de 1914. Ahora es el momento de prevenir que Estados Unidos, Rusia, y la OTAN sean arrastrados a una guerra inevitable, y probablemente sangrienta. El Presidente Vladimir Putin ve claramente el involucramiento en Siria como integral para recuperar el antiguo poder estratégico soviético. El Presidente Donald Trump admite el apoyo estadounidense a Israel con claridad mucho más preferible a la incertidumbre de los años de Obama. El peligro es la proximidad del personal militar ruso y estadounidense. En 1914, los tratados secretos emparejados con los garantes de la alianza arrastraron a Europa a un conflicto suicida que finalmente terminó cuando los ejércitos soviético y estadounidense devoraron al Tercer Reich en 1945. El periodo de pausa estratégica posterior a la Guerra Fría que comenzó con la caída de la Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991, terminó. Hoy, los intereses estratégicos de las superpotencias, no la ideología, manejan a Washington y Moscú. Las consecuencias posibles, sin embargo, no son menos impresionantes.

Las fuerzas militares rusas y estadounidenses deben retirarse de Siria. Moscú tiene unidades aéreas y navales en sus bases de Crimea en el Mar Negro para asegurar los intereses rusos. Un grupo de portaaviones estadounidenses de combate en el Mediterráneo oriental con unidades aéreas en Italia y Turquía está lo suficientemente cerca para equilibrar a las fuerzas rusas del Mar Negro sin correr el riesgo de conflicto no intencionado. Aunque las fuerzas aérea, marítima y terrestre estadounidense y rusa podrían involucrarse, esa eventualidad sería deliberativa y mucho menos probable que resulte de unidades estadounidenses y rusas atrapadas en medio de Israel en una lucha existencial contra Hezbolá, los Guardias Republicanos de Irán, y el tambaleante régimen de Assad.

 

El Dr. Earl Tilford es un historiador militar y miembro del Medio Oriente y terrorismo del Center for Vision & Values en la Universidad de Grove City.

 

Fuente: The Patriot Post
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

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