Enlace Judío México.- Durante una década, la cantante alemana Ute Lemper (Münster, 1963) mantuvo sobre su piano, como una especie de talismán o promesa, el libro Las canciones nunca silenciadas, de Velvel Pasternak, sin decidirse a interpretar las melodías que contiene.

FRANCISCO MORALES V.

El volumen, un regalo que recibió en México en 2005, cuando participó en una gala en el Palacio de Bellas Artes para conmemorar el 60 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, es un documento de horrores y crueldad, pero también de la más inquebrantable esperanza y la resiliencia del espíritu.

Son las canciones de los guetos”, define con sencillez la cantante germana, famosa mundialmente por interpretar la obra de Kurt Weill. Las implicaciones emocionales de ello, sin embargo, son complejas.

“Algunas reflejan la tortura adentro del ghetto, el horror, el dolor; las caminatas: el viaje al ser arrancado de las ciudades hacia los ghettos; la pérdida de la vida”, explica.

Entre esas canciones compuestas e interpretadas por los judíos cautivos en los campos de concentración, no obstante, también se muestra la otra cara de la tragedia: melodías de cuna para los niños, evocaciones de la tierra y de los seres amados, canciones de valentía.

“No siempre era permitida que la rebelión se dijera con todas sus letras frente a los nazis, entonces hacían simplemente canciones de esperanza y la esperanza significaba rebelión en este contexto”, relata Lemper.

En 2015, con motivo del 70 aniversario de la liberación de Auschwitz, la cantante tomó por fin el cancionero de Pasternak y, junto con el investigador Francesco Lotoro, concibió el programa Songs for Eternity (Canciones para la eternidad).

Algunas de estas piezas fueron compuestas por nombres conocidos, como el de Viktor Ullman, quien escribió la ópera El emperador de la Atlántida en el campo de concentración de Theresienstadt, a donde eran enviados los intelectuales.

Otras, por artistas cuyo nombre se ha ido llevando el tiempo, como Hanah Haytin, quien compuso la canción A Yiddish Kind tras la masacre de niños en el ghetto de Shovel.

Tras una serie de presentaciones desde 2015, incluida una en México el mes pasado, organizada por la empresaria cultural Orly Beigel -quien le regaló el libro de Pasternak- y la familia Katz, Lemper ya ha grabado las canciones y estima lanzarlas en el verano de este año.

“Lo más difícil ha sido llevar este programa a Alemania, pues en verdad es muy difícil para ellos escucharlo y mirar hacia atrás”, dice sobre el proyecto. “Yo siempre tuve la sensación de que no quieren ver hacia atrás y en verdad confrontar la tragedia inmensa del Holocausto que han cometido”.

Para Lemper, se ha vuelto un empeño personal.

“No pararé de hacerlo porque es necesario; especialmente en Alemania es necesario. Nadie hace esto, entonces soy muy responsable y segura de que yo, como una alemana de la posguerra, tiene una dimensión inmensa que sea yo quien lleve de vuelta esta música al mundo, música que jamás debería olvidarse”, declara.

Con una dotación de piano, violín, bandoneón, bajo y clarinete, las canciones de 13 compositores de los guetos, con la voz de Ute Lemper, siguen luchando contra el olvido.

 

 

 

 

Fuente:reforma.com