El 18 de enero de 2018, el líder de la agrupación iraquí Asa’ib Ahl, sheikh Al-Haq Al-Khazali realizó una visita a la frontera libanesa-israelí para inspeccionar las posiciones de la resistencia libanesa Hezbolá y para amenazar al vecino del sur.

GEORGE CHAYA

En un video filtrado, publicado en su momento por el sitio web de la agencia nacional egipcia se mostraron declaraciones de Al-Khazali diciendo: “Estamos aquí con Hezbolá y anunciamos nuestra total disposición a estar al lado de la causa palestina contra la ocupación israelí”.

La declaración de Khazali puede ser interpretada como una estrategia mediática. Sin embargo, la declaración mostró los intereses comunes de las milicias regionales de Irán para permitir a Teherán establecer una franja de seguridad que se extiende desde Irán hasta el Líbano pasando por Irak y Siria.

La expansión de Irán en Siria se basa en una política dual que dependía del despliegue de milicias chiítas extranjeras y el establecimiento de facciones iraquíes y sirias creadas por el régimen que son similares a Hezbolá. Irán desplegó más de 34.000 combatientes extranjeros en Siria, la mayoría de los cuales provienen de Afganistán, Pakistán, Irak y Líbano. Los miembros libaneses de Hezbolá solo representan de 4.000 y 10.000 combatientes, dependiendo de las demandas de las operaciones militares, dijo a AP Samir Hassan, experto en Siria.

Las milicias iraquíes y Hezbolá desempeñaron un papel destacado en Alepo, al comandar los ataques militares. Según los miembros de Hezbolá, el partido estuvo involucrado en la sala de comando de operaciones que se manejaba conjuntamente con los iraníes y los rusos.

Desde 2012, los grupos armados y financiados por Irán han reforzado su control sobre Siria. Los planes de Teherán incluían muchas facciones, entre ellas, las fuerzas de defensa nacional que se establecieron bajo la supervisión iraní en 2012 como una fuerza de contra-rebelión.

Según explicó, Aron Lund, otro experto en Siria, esta fuerza se convirtió luego en una de las milicias más grandes del país. Más tarde se renombró y se reestructuró y varios comités populares y locales y grupos favorables al presidente Asad se fusionaron en él. A pesar de esta fusión, las fuerzas de defensa nacional enfrentaron dificultades para operar junto a las fuerzas del régimen debido a una serie de razones, principalmente de ideología y operatividad militar.

Junto con las fuerzas de defensa nacional, varias otras milicias operan en Alepo bajo la bandera de las fuerzas de defensa locales. Hassan explicó que estas facciones incluyen unos 5,000 combatientes que fueron muy bien entrenados por Hezbolá y se consideran las más cohesivas y poderosas debido a su ideología compartida con Teherán.

El investigador Ayman Jawad al-Tamimi, declaró a AP que en este momento, el nuevo enfoque es fusionar a las milicias pro-Irán con las fuerzas de defensa locales, que ahora son parte del ejército. En abril de 2017, las fuerzas armadas sirias emitieron un memorándum que abordó la fusión y las fuerzas de defensa se unieron gradualmente a las facciones extranjeras pro-Irán actualmente desplegadas en Siria.

Tal enfoque no es nuevo, se ha implementado previamente en Irak con el PMF y en el Líbano con Hezbolá. Estos dos grupos se convirtieron en actores poderosos en sus respectivos países y se han involucrado en la vida política en un plan a largo plazo que apunta a captar los corazones y las mentes de las personas.

En Irak, estos grupos de milicias fueron el producto de una fatwa (edicto religioso) del ayatollah Ali Al-Sistani de fecha 13 de junio de 2014. En el edicto, se hizo “un llamado a todos los ciudadanos capaces a combatir para defender al país contra el ISIS”. Sin embargo, con el final de la guerra contra los terroristas del Estado Islámico, la continuidad y existencia de estas fuerzas ya no estaba justificada.

Dos años después, el 26 de noviembre de 2016, el parlamento iraquí ratificó una ley sobre las milicias chiítas que decretó que se conviertan en una entidad militar independiente y también en una parte de las fuerzas armadas iraquíes. En consecuencia, las hizo parte del ejército iraquí. La ley permitió la formación de dos ejércitos paralelos, uno se basa en el credo militar occidental, mientras que el otro se focaliza en consideraciones religiosas locales. Este paso fue seguido a principios de 2018 donde quedaron incorporadas al ejército nacional iraquí más del 90% de esas facciones pro-iraníes.

En Líbano, respaldada por Irán, Hezbolá cuenta con un amplio apoyo de la población chiíta local. El partido tiene miembros elegidos para el parlamento y nombra ministros en el gobierno, lo que hace que sea prácticamente imposible, separarlo del estado.

Hezbolá libró ofensivas militares coordinadas con otros ejércitos y también desempeñó un papel destacado en el entrenamiento de milicias pro-iraníes como lo han revelado los propios elementos de Hezbolá. Un combatiente dijo que el partido cuenta con líderes y asesores que operan en las fuerzas de defensa nacional de Siria y en las fuerzas de defensa locales. El partido también ha reforzado su arsenal de misiles tierra-tierra alcanzando el número de 100.000 misiles.

Hezbolá, Irán y los sirios han tratado de desarrollar diferentes versiones del cohete iraní Fateh-110 tratando de aumentar el alcance y la precisión de esos misiles. Un experto en Hezbolá libanés, bajo reserva de identidad, declaró a la prensa egipcia que la organización tiene la capacidad de atacar con precisión blancos en casi toda la geografía de Israel en caso de que produzca lo que parece un enfrentamiento cada vez mas cercano.

A pesar de todo lo anterior, el mayor éxito al que Irán aspira depende de los lazos “estrechos” entre las facciones iraquíes, sirias y libanesas. Sin embargo, lo que diferencia a Hezbolá de otros grupos es la ideología de sus combatientes, dijo Ahmed, que se identificó como uno de sus miembros en la televisión libanesa, y que agregó: “las facciones más fuertes en Siria son aquellas que, militar e ideológicamente son entrenadas y manejadas por Hezbolá”.

La ideología de Hezbolá tiene sus raíces en la ideología islámica global iraní, que está comprometida con la exportación de la Revolución Khomeinista. Este objetivo está estipulado en la Constitución iraní y es una política de Estado que busca crear una “sociedad de creyentes unida y global”. Hasta ahora, este compromiso se ha implementado con éxito en Irak y Líbano. Este ha sido un éxito militar transfronterizo ideológico de Hezbolá que ya no está sola, y tiene versiones sirias e iraquíes aunque esos grupos no son versiones literales, pero sí son entidades organizadas que comparten la misma ideología y objetivos regionales. Todas estas facciones en Irak, Siria y Líbano lucharán aliadas a Hezbolá en la próxima guerra.

 

 

Fuente:infobae.com