Enlace Judío México.- Tomó 70 años, pero un miembro de la familia real, el Príncipe Guillermo, finalmente hará una visita oficial a Israel.

Preguntar por qué la realeza británica se ha abstenido de hacer una visita oficial a Israel desde su fundación hace 70 años parece ahora fuera de lugar, precisamente cuando tal visita está programada para este verano. Es como la madre judía que, al recibir una llamada telefónica de su hijo, le pregunta por qué nunca llama.

Sin embargo, nos gustaría analizar algunas de las explicaciones dadas a lo largo de las décadas. Al comprender por qué se han pospuesto las visitas durante tanto tiempo, podemos apreciar mejor el cambio que se ha establecido entre la realeza británica y el gobierno británico. Esto hará que la visita del Príncipe Guillermo a Israel, que incluye una escala en la Autoridad Palestina, sea aún más meritoria.

Incluso podría indicar un cambio sutil en el estado internacional de Israel.

En 2007, los correos electrónicos filtrados entre dos asesores principales del príncipe Carlos brindaron una extraña visión que subyacía en el rechazo a las repetidas invitaciones israelíes.

En los intercambios por correo electrónico obtenidos por The Jewish Chronicle entre Sir Michael Peat, el secretario principal del príncipe, y Clive Alderton, diputado de Peat, se supo que a los dos les preocupaba que Israel explotaría una visita real para objetivos políticos.

Después de quejarse de que estaba siendo “perseguido” por el entonces embajador israelí en Gran Bretaña Zvi Heifetz, Alderton le escribió a su jefe que “aceptar [la invitación israelí] haría difícil evitar las muchas formas en que Israel querría que Su Alteza Real (Prince Charles] ayudara a pulir su imagen internacional.

En cuyo caso, busquemos la manera de reducir las expectativas de [Heifetz]“.

En este intercambio, los funcionarios israelíes son retratados como audaces y oportunistas, listos para aprovechar una visita real para sus propios designios. Aparentemente, esta visión despectiva de Israel ya no es compartida por los que toman las decisiones en Gran Bretaña, lo cual es bueno.

Otra razón dada por la demora de 70 años es que Whitehall considera que llegar a Israel y a los territorios palestinos es un campo de minas diplomático. Una fuente del gobierno británico citada por The Telegraph dijo que “hasta que no haya un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina, la familia real no puede ir allí realmente … tanta política está atrapada en la tierra misma que es mejor evitar esas complicaciones por completo no yendo allí“.

El Príncipe Felipe vino a Israel en 1994 para una ceremonia de Yad Vashem en honor a su madre, la Princesa Alicia de Battenberg, quien salvó a los judíos durante el Holocausto al abrirles las puertas de su palacio en Grecia. En 2016, el Príncipe Carlos asistió al funeral de Shimon Peres. En ambos casos, el gobierno británico dejó en claro que se trataba de visitas privadas. De esta manera, ambos pudieron incorporar una visita de bajo perfil a la tumba de la Princesa Alicia, que se encuentra en el Monte de los Olivos en el este de Jerusalén.

Guillermo, sin duda, también visitará la tumba. Esto parece indicar que el gobierno británico ya no cree que una visita oficial de un miembro de la familia real al Monte de los Olivos sea problemática, lo cual no es cierto.

Este es un posible desarrollo positivo en las relaciones israelí-británicas.

Otra razón dada para el boicot de la familia real contra Israel en los últimos años es que Israel simplemente no es lo suficientemente importante para Gran Bretaña como para justificar una visita potencialmente controvertida. Por el contrario, visitar un país como Arabia Saudita, que es un gran comprador de armas y otros servicios británicos, vale la pena arriesgar un traspié diplomático.

Sin embargo, los lazos entre Israel y Gran Bretaña son significativos en varios niveles. Gran Bretaña exportó bienes y servicios a Israel por valor de $ 4.3 mil millones en 2017. Las exportaciones a Arabia Saudita son unos miles de millones de dólares más. Pero Israel también tiene mucho que ofrecer a Gran Bretaña que los sauditas no pueden. Israel exportó a Gran Bretaña por una suma de $ 5.1 billones. Israel tiene importantes innovaciones tecnológicas y los dos países también comparten información de inteligencia importante.

Quizás el gobierno británico, particularmente en la era Brexit, ve a Israel como digno de la atención real. También podría ser que una visita real no enfurecerá a países como Arabia Saudita, particularmente en un momento en que los sauditas ven a Israel como un aliado importante en la lucha contra el expansionismo iraní.

Tomó 70 años, pero un miembro de la familia real, el Príncipe Guillermo, finalmente hará una visita oficial a Israel.

Aplaudimos esto como una señal de que los obstáculos percibidos que en el pasado impidieron tal movimiento ya no son relevantes.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico