Enlace Judío México – Uno de los mandatos más importantes para el judaísmo es no hacerse imágenes de uno mismo gravadas. La persona al querer eternizarse en piedra pierde el sentido de su vida, el lugar y la dirección que debe tomar dentro de la Creación divina. Cuando actuamos para servir a D-s nos acercamos a la divinidad. Sin embargo, cuando usamos a D-s para incrementar nuestro ego, para darnos servicio a nosotros mismo y no a la Creación nos acercamos más a la idolatría que a la Divinidad.

Somos nosotros quienes debemos acercarnos a D-s, no D-s quien debe bajar a dónde nosotros estamos. Cuando uno sigue preceptos religiosos es muy fácil confundirse y querer usar la devoción para incrementar el ego. La siguiente historia jasídica fue recopilado por Martín Buber, habla sobre una gran lección que dio el rabino de Rizhyn a sus alumnos en este tema. Esperamos les guste.

Los jasídicos estaban sentados un día bebiendo y platicando en conjunto cuando el rabino entró al cuarto. Les pareció que no había visto sus acciones con buenos ojos. “Maestro ¿le molesta encontrarnos bebiendo?” le preguntaron. “Pero está dicho de los jasídicos que cuando se sientan juntos con sus copas es como como si estudiaran de la misma Torá.”

“Hay muchas palabras en la Torá” respondió el rabino de Rizhyn, “que son sagradas en un pasaje y profanas en otro. Por ejemplo está escrito: ‘Y el Señor dijo a Moisés: Talla para ti dos tablas de piedra’ pero también está escrito: ‘Tú no deberás hacerte una imagen tallada’ ¿Por qué la misma palabra [tallar] es sagrada en el primer pasaje y profana en el segundo? Es porque en el primer ejemplo la palabra ti aparece después mientras que en el último tú lo precede. Así es con todo lo que hacemos. Cada vez que “tú” aparece después, la acción es sagrada, cuando la precede entonces es profana.”

Fuente: Tales of the hasidim