Enlace Judío México – Una mujer judía que luchó envuelta en la bandera del socialismo a favor de los derechos de las trabajadoras hace más de un siglo fue una precursora directa del Día Internacional de la Mujer celebrado anualmente cada 8 de marzo a nivel mundial.

Su nombre: Theresa Malkiel. Aunque los orígenes exactos del Día Internacional de la Mujer no están del todo claros, ella fundó un evento que le precedió directamente, el Día Nacional de la Mujer en EE. UU.

Malkiel dedicó su vida a mejorar las condiciones para las mujeres de la clase trabajadora y para las mujeres inmigrantes, como ella misma lo era, centrándose en cuestiones críticas para esa época como el derecho al voto, el derecho a la naturalización y el acceso a la educación.

Llegó junto con su familia a Nueva York con tan sólo 17 años en 1891, huyendo del antisemitismo de la Rusia zarista, donde comenzaban a brotar pogromos violentos contra su población judía que, eventualmente, terminó en su mayoría por seguir el mismo camino que su familia.

Pese a su educación y cultura adquiridas aún en Rusia, al igual que muchas otras jóvenes inmigrantes de distintos confines del planeta que llegaban a la Unión Americana en busca de nuevas oportunidades, se vio obligada a trabajar para su propio sustento, encontrando empleo en una fabrica de vestimenta donde la explotación era aterrorizante y las condiciones laborales indignantes.

Fue en el cambio de siglo cuando dejó su trabajo como obrera al casarse con el abogado Leon Malkiel, con quien procreó a una hija, Henrietta.

Convencida de que la única forma de luchar contra las injusticias laborales era que las mujeres estuvieran juntas, Malkiel se convirtió en una líder de las trabajadoras. Así, usó sus habilidades natas como escritora para hacer crónicas de las luchas que sostenían las trabajadoras de la confección y poder darles publicidad.

Sus publicaciones aparecieron en el periódico del Partido Socialista de Nueva York. Una de sus crónicas más populares fue sobre la huelga de 1909 que involucró entre 20 y 40 mil trabajadoras de la industria de la confección, el más grande paro femenino de su época.

Malkiel terminó por unirse al Partido Socialista de EE. UU. y posteriormente fue elegida miembro del Comité Nacional de Mujeres. Fue durante su tiempo en el comité que Malkiel estableció el Día Nacional de la Mujer, que se celebró en Nueva York el 28 de febrero de 1909. Ese día, una multitud de 2 mil personas se reunieron en la ciudad para escuchar a mujeres feministas y socialistas.

En 1910, Malkiel publicó El diario de una huelguista, donde reunió sus hasta entonces experiencias en la lucha laboral las cuales influyeron incluso al estado de Nuevo York a reformar algunas leyes laborales. La dedicatoria del libro dice: “A las heroínas sin nombre de la huelga de las trabajadoras de la confección, este diario se los dedica amorosamente la autora”.

En los siguientes años, Malkiel fue una voz activa en contra de la segregación racial en EE. UU., luchó por el derecho para que las mujeres obtuvieran el derecho al voto y se opuso al belicismo norteamericano durante la Primera Guerra Mundial.

Para 1920, finalmente, el gobierno de EE.UU. aprobó el voto para la mujer por el cual Malkiel tanto presionó, lo que la llevó incluso a lanzarse, aunque infructuosamente, como candidata para representante de Nueva York por un partido socialista.

De ahí en adelante, y tras la mala reputación que obtuvo el socialismo sobre todo a raíz de la Revolución rusaMalkiel se dedicó sobre todo a la educación de adultos, incluso fundando una asociación dedicada exclusivamente a ello.

Pese a su digno historial de lucha, Malkiel murió casi en el olvido en 1949, aunque llevándose a la tumba la dicha de ser una de las figuras que combatieron por una mejor condición para la mujer que sigue construyéndose día a día.

Con información de: Broadly

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