Enlace Judío México – Una mujer embarazada a quien recientemente se le indicó que podría morir en el momento del parto y  que su bebé no sobrevivirá, decidió intentar salvar a ambos.

JUDY SIEGEL-ITZKOVICH

La mujer, que estaba en peligro de muerte debido a un embarazo de alto riesgo, ingresó a Israel a través de la llamada “puerta humanitaria” entre Siria e Israel y fue atendida en el Centro Médico Rambam de Haifa. Finalmente, volvió a casa con su hijo el martes y ambos disfrutan de buena salud.

El médico de la mujer en Siria le indicó que su placenta se había enredado en los músculos uterinos debido a cesáreas previas. Le explicó que un parto normal sería imposible y que una cesárea provocaría la muerte de la madre o del bebé. Cuando la mujer preguntó qué podía hacer, el médico sugirió viajar al norte, a un moderno hospital en Damasco, o intentar llegar a la frontera con Israel y solicitar el ingreso a un hospital en el norte del país. Ella eligió viajar a Damasco pero fue no logró llegar a su destino debido a los intensos combates de la guerra civil en Siria.

Al acercarse el final de su noveno mes de gestación, se separó de su esposo e hijos y se dirigió hacia el sur en un intento por salvar su vida y la de su bebé. Hace dos semanas, cansada y adolorida, cruzó la frontera entre Siria e Israel. Unos días más tarde, fue internada en el Centro Médico Rambam, donde el profesor Ido Solt, experto en embarazos de alto riesgo y jefe de la división de medicina materno-fetal en el departamento de gineco-obstetricia, elogió el diagnóstico del médico sirio.

“Una cesárea normal hubiese sido imposible, ya que se habría desangrado hasta morir”, dijo Solt a la madre, “Tendremos que hacer un procedimiento más complicado”. Junto con colegas del departamento de cirugía vascular y trasplante de Rambam, los médicos planearon una procedimiento que hubiese sido casi imposible de realizar en Siria. Dos globos fueron insertados en las arterias uterinas de la madre. Una vez que se inflaron, los globos evitaron la hemorragia. Después de ese delicado procedimiento, los obstetras realizaron una cesárea, dando a luz a un bebé prematuro que fue colocado en una incubadora en el departamento de neonatología, mientras que los médicos suturaron el útero de la madre.

El bebé superó las infecciones durante sus pocos días en la sala de maternidad. La madre agradeció a las enfermeras y dijo que extrañaba mucho a su familia. Agregó que su esposo, con quien no había estado en contacto desde que salió de su casa, no sabía si había sobrevivido a la cesaria. “Ahora mi marido tendrá una maravillosa sorpresa”, dijo.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico