Enlace Judío México.- Un comerciante Yehudí llegó con el Admu”r Rabí De Alexander, el “Báal Ismaj Israel”, y le contaba sus penurias.

RAB. DAVID ZAED

Mi negocio está cada vez peor, Rebbe. Trabajo los siete días de la semana, y las pérdidas superan con creces las ganancias. ¿Qué me aconseja hacer?

“Los siete días de la semana”, murmuró el Rab, entendiendo que ese Yehudí no se privaba de trabajar también en Shabat.

– Bueno. Se me ocurre que si me tomas de socio, sin que yo aporte dinero a tu negocio, las cosas van a mejorar – le dijo.

– ¿Usted? ¿Que sea mi socio?

– Sí. ¿Aceptas?

– Está bien, está bien…

– Mi porcentaje será del quince por ciento.

– ¡Claro, Rebbe! ¡Lo que usted diga!

Y así fue que el Admu”r de Alexander se convirtió en socio de aquel Yehudí. Pasaron los días, y cuando llegó el jueves, el Rebbe le dijo a su socio:

– Teniendo en cuenta que mi porcentaje es del quince por ciento, eso significa que de los siete días de la semana, a mí me corresponde uno. Elijo el día de Shabat, y yo dispongo que en ese día el negocio se cierre. Yo resigno a las ganancias de ese día, y tú te llevas las ganancias del resto de los días de la semana.

El Yehudí recibió con una sonrisa las palabras del Rab, y recién ahí se dio cuenta de su intención al pedirle que fuera su socio. Bueno. Al fin y al cabo, él recurrió al Rab y había aceptado las condiciones.

No pasó mucho tiempo y la recompensa de Hashem no se hizo esperar: El negocio prosperó, y nunca más se abrió en Shabat.