Enlace Judío México.- En Siria y Líbano, Irán y sus satélites intensifican sus amenazas hacia Israel, los árabes suníes y Estados Unidos.

LINDSEY GRAHAM

Hace poco retorné del Medio Oriente, donde visité Jordania e Israel. He estado muchas veces en la región, y esta fue la visita más desconcertante que he hecho en un largo tiempo. Con la ayuda de Vladimir Putin y Bashar Assad, Irán está ganando. Los árabes suníes, Israel y Estados Unidos están sobre sus talones. ¿Cómo ocurrió esto?

Serios pasos en falso de la administración Obama empoderaron a Assad, quien en el momento no vio consecuencias por masacrar a miles de sirios. La cuenta de muertos ha trepado desde entonces a cientos de miles, y la guerra arrecia. La decisión del Presidente Obama de retirar tropas de Irak, contra el consejo militar, llevó al ascenso del Estado Islámico. Él ignoró también el consejo de su equipo de seguridad nacional de ayudar a las fuerzas democráticas sirias cuando Assad estaba contra las cuerdas. Hezbolá y finalmente Rusia e Irán llegaron en su ayuda, atrincherándolo en el poder.

La administración Trump se sacó los guantes al combatir al ISIS en Irak y Siria. Los resultados en el campo de batalla hablan por sí solos. Pero yo no veo una estrategia coherente de la administración para combatir la creciente influencia de Irán en Irak y el dominio de Siria por parte de Rusia e Irán. Hoy Assad es un satélite iraní y un títere ruso.

Escuchen a nuestros líderes militares. El General del Ejército Joseph Votel, jefe del Comando Central de EE.UU, dijo al Comité de Servicios Armados de la Cámara el mes pasado que “contrarrestar a Irán no es una de las misiones de la coalición en Siria.” Él agregó que: “Las actividades malignas de Irán a lo largo de la región presentan la amenaza a largo plazo para la estabilidad en esta parte del mundo.” En cuanto a los rusos, “Moscú juega tanto de incendiario como de bombero, alimentando las tensiones entre todas las partes en Siria. . . luego sirviendo como un árbitro para resolver disputas, intentando socavar y debilitar las posiciones negociadoras de cada parte.”

En los Altos del Golán, los soldados israelíes señalaron poblados bajo el control del ISIS y otros bajo el control del régimen de Assad—acompañados por combatientes de Hezbolá, uno de los enemigos mortales de Israel y un satélite iraní. Esta amenaza creciente sobre la frontera entre Israel y Siria debe ser enfrentada antes de que se vuelva una plataforma de lanzamiento para más cohetes dentro de Israel.

La preocupación más grande es la militarización del sur de Líbano por parte de Hezbolá. Cuando Israel se retiró de la región en el año 2000, Naciones Unidas prometió proporcionar una zona de amortiguación a través de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano, para asegurar que el sur de Líbano no continuaría siendo una amenaza para Israel. En nuestra visita, nos asombramos por cuán penetrantes se han vuelto en el área los cohetes sofisticados. Las Fuerzas de Defensa de Israel nos informaron que Hezbolá—con la ayuda de Irán—está fabricando cohetes guiados por precisión allí. Bajo la nariz de Unifil hay miles de cohetes de alcance intermedio y misiles apuntando a Israel.

Pronto Israel tendrá que atacar estos sitios de cohetes, los cuales Hezbolá ha integrado dentro de infraestructura civil tal como edificios de departamentos, escuelas y hospitales. Los líderes israelíes están preocupados porque esta integración llevará a altas tasas de víctimas civiles si el Estado judío tiene que defenderse. Los funcionarios israelíes nos recordaron repetidamente este hecho y expresaron esperanza en que estaríamos allí para ellos. Tengo intención de hacer ambas cosas. Mantendré audiencias sobre la acumulación militar en el sur de Líbano, las fallas de Unifil, y la necesidad de más financiación de defensa misilística para Israel.

Espero que la administración desarrolle una estrategia que incluya zonas de exclusión dentro de Siria, para que los refugiados puedan regresar a casa a salvo, y que Estados Unidos continúe entrenando fuerzas que quieran enfrentar a Assad. Debemos también dejar en claro a Irán y a Rusia que ellos combaten a estas fuerzas por su propio riesgo.

Sin cambios en el terreno, Israel será obligado a enfrentar las amenazas crecientes de Irán y sus satélites dentro de Líbano y la región fronteriza de Siria. Jordania no puede resistir más refugiados, y la guerra civil en Siria ha cobrado una fuerte cuenta sobre la economía jordana y creó amenazas islámicas radicales sobre su frontera.

No quedan opciones fáciles, porque la administración Obama permitió a Irán y Rusia llenar un vacío creado por malas elecciones políticas. Pero la peor opción es permanecer a los costados. El antídoto es una estrategia clara y coherente para repeler—no continuar una política de indiferencia.

 

Lindsey Graham es senador estadounidense republicano de Carolina del Sur.

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.}

 

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