Enlace Judío México – Es fácil celebrar la libertad cuando uno es libre. Sin embargo, durante años el pueblo judío vivió en opresión y exilio. ¿Cómo es posible que celebraran la libertad año con año si ellos mismos no eran libres? ¿De dónde sacaron su fuerza? El siguiente artículo nos lo explica.

RABI ZALMAN ABRAHAM

Es fácil celebrar el milagro de la libertad cuando uno vive en libertad. Sin embargo, el pueblo judío ha vivido en opresión y exilio durante una gran parte de su historia. Fue oprimido física y emocionalmente por tiranos y dictadores. Sin embargo, siguieron celebrando la libertad. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo pudieron celebrar Pesaj (el viaje de la esclavitud a la libertad) tras la destrucción del Primer Templo? O ¿qué libertad celebraban los judíos una vez que perdieron su tierra a manos romanas y griegas? ¿Qué fue de esta celebración una vez que cayó la rebelión de Bar Cojbá, o durante la persecución de Adriano y la serie de eventos que nos empujaron al exilio más grande que ha existido? ¿Cómo pudieron los judíos con sinceridad proclamar: “Fuimos esclavos y D-s nos liberó”?

Esta pregunta fue hecha por el gran rabino Yehuda Lowe (1512 – 1607), quien era conocido como el Maharal de Praga, una gran figura histórica. Él se preguntaba ¿Cómo los judíos pueden celebrar su libertad en tiempos de exilio y persecución?

¿Puede realmente un judío yemenita celebrar la Pesaj (la Pascua) en el siglo 8?, ¿un judío español del siglo XIV siendo perseguido por la Inquisición? O ¿un judío alemán durante el Tercer Reich?

Sin embargo, lo hicieron. Cada vez que la Pascua se acercaba este pueblo necio estaba determinado a vivir nuevamente la libertad. En las cárceles, en los Gulags, y en el gueto de Varsovia la misma pregunta fue hecha: “¿Cómo es esta noche distinta a las demás?” y la respuesta “porque está noche fuimos liberados” siempre se escuchó.

¿Cómo lo hacían? ¿Eran unos locos escapistas que negaban su realidad?

El Maharal contesta que en Pesaj los judíos celebramos algo muy profundo que tenemos en nuestras almas, y que no depende de las condiciones externas por más opresivas que éstas sean.

El Éxodo de Egipto no fue un evento político y geográfico aislado que le permitió a los esclavos judíos largarse. Fue también una mutación existencial en el que el regalo de libertad fue “cocido” al alma judía. La liberación divina creó un tipo nuevo de Persona Libre, un individuo que nunca cedería a la opresión y que siempre anhelaría la libertad. El Éxodo inserto en nosotros una nueva búsqueda por la libertad y una repulsión instintiva a la opresión.

Y de ahí surge el Éxodo de Egipto. En una era en la que la opresión era la norma, cuando se creía que los reyes tenían un poder divino ilimitado y el ser humano corriente estaba a la merced de los caprichos de dioses y líderes, el Éxodo de Egipto cambió por completo el paisaje de la imaginación humana, para el resto de los días. Los judíos descubrieron, y serían responsables de compartir este descubrimiento al mundo, que la sociedad debe preservar la libertad y la dignidad de cada individuo, bajo el reinado de D-s quien desea que los humanos decidan construir un mundo fundado en la libertad y construyan el cielo en la tierra.

Así que aunque fueron perseguidos y conquistados. Los judíos nunca dejaron de verse a sí mismos como inherentemente libres. Nunca dejarían de ver a la opresión y el exilio como la máxima aberración de la realidad y la distorsión del objetivo humano. Su alma misma gritaría y protestaría contra la tiranía y la opresión, permanecería obsesionado con la creencia de que el futuro sería mejor, que el Mesías traería la Redención y que una sociedad basada en la maldad no puede preservarse por la eternidad.

Esto es lo que los judíos celebraban cada año en el seder (rito de Pesaj), sin importarles sus circunstancias actuales. No estaban viviendo en una ilusión o una tierra inventada. Sabían muy bien que habían sido exiliados, sin embargo, celebraban el Éxodo, porque este evento había implantado en ellos la conciencia eterna de la libertad.

Como el Baal Shem Tov solía decir, uno se encuentra donde habita su deseo, es decir eres esencialmente libre. Si anhelas la libertad eres en efecto libre.

El maestro jasídico explicaba esta frase con mayor extensión. Decía que nuestro anhelo de libertad es inseparable de la conciencia divina que el humano tiene en su espíritu. El hombre anhela reflejar a D-s. Así como D-s es absolutamente libre, el hombre al ser creado en la imagen de D-s anhela ser divino y así mismo completamente libre. Está similitud con D-s inherente en todo hombre nos obliga a retarnos y trascender los límites que nos fueron impuestos, incluso los límites de nuestra propia naturaleza.

Fuente: Askmoses