Enlace Judío México.- Los llaman los Gemelos de Auschwitz. Niños y niñas, idénticos al nacer, que fueron llevados al campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y puestos inmediatamente bajo el cargo del oficial y médico nazi Josef Mengele, “El Ángel de la Muerte”.

FRANCISCO MORALES V.

A los 16 años, la escritora Affinity Konar conoció su historia de encarcelamiento, tortura y experimentación médica a través del libro Children of the flames (Niños de las llamas), de Lucette Matalon Lagnado y Sheila Cohn Dekel.

Su primera novela, Mestizas (Océano), fue investigada y escrita durante más de 10 años, en un esfuerzo por sacar de su cabeza esas historias, que lo mismo hablan del horror y la resistencia del espíritu infantil.

“Siento que en realidad nunca decidí escribir el libro. Se sintió como algo que tenía que escribir, pero sin pensar jamás en publicarlo”, recuerda en entrevista telefónica, desde Los Ángeles. “Pensé que quizá escribir el libro traería alguna especie de clausura a mi propia obsesión, pero en realidad la hizo más grande”.

Incluso antes de pensar en la idea de que su novela pudiera ser leída por alguien, a Konar, cuya conciencia del Holocausto le viene de su familia de judíos polacos, le intrigaba pensar qué tipo de conversaciones podrían tener, en un lugar como Auschwitz, dos niños gemelos.

De ahí nacieron Stasha y Pearl, gemelas idénticas que, a los 12 años, caen en las barracas -cruelmente apodadas “El Zoológico”- donde Mengele experimentaba con los niños en su búsqueda de perpetuar biológicamente a la raza aria.

“(Nacieron) de mi interés en su vínculo y su relación”, explica Konar. “Creo que eso es lo que me impresionó más, dado el hecho de que Mengele, una de las cosas que hacía rutinariamente, era usar a un gemelo como el sujeto experimental y al otro como el sujeto de control.

“Esta dualidad inmediata, en una relación tan inocente, el hecho de cambiar su dinámica, que un gemelo tenga que observar la tortura del otro mientras permanece intocado, fue muy impactante para mí”.

A pesar de que Konar no oculta la monstruosidad de los actos de Mengele, quien inyectaba sustancias a los niños y los amputaba, la relación entre Stasha y Pearl, expuesta por ellas mismas como narradoras, es de una riqueza lírica y una ternura innata que se resiste a las atrocidades de Auschwitz.

“Fuimos creadas al mismo tiempo. Mi gemela Pearl y yo. O, para ser más precisa, Pearl se formó y yo me escindí de ella. Se estampó a sí misma en la matriz, y copié su rúbrica. Durante ocho meses nos mantuvimos a flote en la nevada amniótica, dos mitones rosados reposando en el interior de nuestra madre”, narra Stasha en las primeras líneas del libro.

Pearl, una bailarina metódica y astuta, debe ver cómo su hermana Stasha, vivaz e imaginativa, es sujeta a los experimentos de Mengele. Juntas, se resisten a que el nazi les arrebate el vínculo de amor que las une incluso biológicamente.

En inglés, el libro se llama Mischling, epíteto que los nazis usaban para describir a las personas de “raza mezclada”, mestizos, y que Stasha valientemente usa para enfrentar a lo que Mengele está haciendo con ella.

“Hay tantos testimonios que leí en mi investigación que básicamente indicaban que los niños tenían un increíble espíritu de resistencia. Eran rebeldes también”, recuerda la autora.

Separadas tras la liberación del campo, una de ellas deberá emprender un viaje a través de todo Polonia para buscar a su hermana. En la historia de ambas, está cifrada la memoria de muchos gemelos que pasaron por lo mismo.

“Creo que la ficción que se hace sobre el Holocausto tiene que llevar a los lectores hacia los más vitales testimonios de los testigos directos; creo que ése es su propósito y meta”, asegura Konar.

En esta primera novela, Stasha y Pearl permanecerán por siempre juntas, como lo estuvieron, según recuerdan vívidamente, incluso antes de nacer.

 

 

Fuente:reforma.com