Enlace Judío México – El proyecto de Tamir Zadok sobre Shlomo Cohen Abarbanel aparenta ser una historia de detectives editada en el formato de una película de espías, en el que el tema de la identidad es su foco.

El artista israelí Tamir Zadok publicó recientemente su videoproyecto “Art Undercover”, en el que recrea los pasos de Shlomo Cohen-Abarbanel, un espía del Mossad desde la década de 1950 hasta la década de 1970 con una fascinante historia en la que pintura y espionaje quedaron ligados.

Uno de los 4 hijos de un importante rabino de Alemania, tras el ascenso al poder de Hitler en 1933, se vio obligado junto con su familia a inmigrar primero hacia Francia y después hacia el Mandato Británico de Palestina. En 1947, a la edad de 27 años, fue a estudiar arte a París y pronto sus dotes llegaron a oídos los círculos de seguridad de las fuerzas de seguridad judías en el Mandato ante lo que decidieron reclutarlo para que falsificara pasaportes para los inmigrantes judíos que trataban de llegar al futuro Estado de Israel que se veían obstaculizados por los británicos. Luego llegó también a informar sobre posibles prófugos nazis hacia el Medio Oriente. Así fue como dio inicio su carrera en el espionaje que incluso lo llevó a diseñar el logo del Mossad.

Más tarde fue enviado a Egipto como agente secreto a principios de la década de 1950 y vivió allí como un prometedor joven pintor francés llamado Charles Duvall. Este “falso” francés ganó un considerable éxito artístico en Egipto y sus pinturas eran adquiridas entre la sociedad egipcia, e incluso tuvo una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de El Cairo.

El videoproyecto de Zadok comienza con consultas con expertos sobre el arte de Charles Duvall; continúa con la lectura de críticas de su exposición en la prensa local; y luego sigue su viaje personal a El Cairo, donde busca una pintura de Charles Duvall que aparentemente permaneció en la ciudad.

Recorre la ciudad, se reúne con varios contactos, visita el Museo de Arte Moderno, es fotografiado al lado de una mezquita con jóvenes locales y se da cuenta de que alguien lo está siguiendo. Él y un miembro de la familia que se unió a él en el viaje son dos israelíes de origen mizraji.

Así como el agente el Mossad Cohen-Abarbanel pretendió ser un artista, la obra de arte de Tamir Zadok lo lleva a pretender ser un agente secreto en tierra extraña. Investigar al imitador crea una sobreidentificación con él. Se corta el pelo, compra un traje, llega al museo y se presenta como Tamer Sadek: un israelí, un judío-árabe, un árabe (todo al mismo tiempo), que quiere exhibir su arte en el Museo de Arte Moderno de El Cairo, tal como lo hizo Charles hace más de medio siglo.

Su proyecto aparenta ser una historia de detectives editada en el formato de una película de espías, con convenciones cinematográficas familiares y gestos rutinarios. Por lo tanto, no está claro dónde se filmó la película; cuál de las personas en él son actores; si la búsqueda es por la pintura perdida, el antiguo artista, o por el arte como un viaje a lo desconocido.

Zadok presentó recientemente su proyecto en Tel Aviv, junto con otras piezas que demuestran su interés por el arte judío-árabe.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico