Enlace Judío México.- Rabí Simja de Nadvorna ZT”L alargaba mucho su Tefilá. En especial en Shabat, su Amidá duraba como la de Yom Kipur de un Yehudí normal.

RAB. DAVID ZAED

Una vez lo vio Rabí Moshe Teitelboim ZTz”L y le preguntó:

– ¿Por qué se extiende tanto en la pronunciación de la Amidá? Yo también soy Yehudí, y me concentro en cada palabra que digo, pero no tardo tanto como usted…

– Le voy a responder con un ejemplo: ¿Qué diferencia hay entre el pan de un rico y el pan de un pobre? El rico tiene el pan en su mesa, pero no lo come todo; sólo le da una probada, porque tiene otros manjares frente a él. En cambio el pobre come todo el pan, porque no tiene otra cosa para acompañar. Usted es rico en estudio de Torá; en conocimientos; en acciones; en el servicio a Hashem… y la Tefilá es como su pan. Pronuncia la Tefilá correctamente, pero lo hace junto a sus otros tesoros. En cambio yo soy pobre espiritualmente, y lo único que tengo para conectarme con Hashem es la Tefilá, y ese “pan” lo saboreo lentamente…