Enlace Judío México.- Tomando el título de una serie argentina, emitida en los años 1992 y 1993 por Canal 13 de Buenos Aires, la comparación nos cae “como anillo al dedo”. En estos capítulos, sus protagonistas se exponen a diversas situaciones que por lo general son conductas erróneas o desvíos de la normalidad y que casi siempre terminan mal.

DR. NATALIO DAITCH

AMIA, memoria, y desaparecidos.

Días atrás nuestra dirigencia de AMIA (algunos) y otros, aceptaron o acordaron (en verdad no lo sé), que el acto por el aniversario del atentado de la Embajada de Israel (17-M de 1992) tenga lugar en el predio de la ex-ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), ex centro clandestino de detención de guerrilleros y desaparecidos del último gobierno militar, no me cabe duda esta decisión se constituye en un nuevo paso hacia consolidar la impunidad reinante en estas tierras. Y lamentablemente con la colaboración dolosa o culposa de algunos judíos que nos venden a otros judíos el argumento de que por esta vía quedará memoria, aunque sea sin verdad ni justicia, obvio y sin castigo a los responsables.

Universalizar los atentados.

Ésta sería la lógica supuesta de algunos dirigentes comunitarios, y de otros que no lo son, pero se suman a esta tarea que está basada para el que esto escribe en la filosofía de “la biblia y el calefón”.

Pretender rendir homenaje a los casi 2000 desaparecidos judíos, casi todos ellos jóvenes que en su momento y por propia elección se desvincularon del ámbito comunitario para unirse a las filas de grupos violentos y armados como Montoneros u otras facciones comunistas. Para mi disgusto y el de muchos otros, actos reiterados, que se llevan a cabo en la propia sede del nuevo edificio de la “AMIA” cada tanto.

En forma “paradójica” muchos de estos familiares o no familiares (judíos y no judíos), luego adhieren a la lucha de los palestinos contra Israel, o toman posiciones a favor de muchas resoluciones contra el Estado judío. Sería ésta “la moneda de pago” por obrar con miopía e indignidad ya que” mezclamos tantos diferentes”, al querer congraciarnos con gente que ante cualquier homenaje a estos (lamentablemente) jóvenes desaparecidos como judíos, son los propios homenajeados los que nos tildan como “tontos o hipócritas” o falsos, dado que consideran a la AMIA o sus autoridades como “cómplices”(según su cosmovisión) de aquel gobierno militar (1976-1983).

Verguenza y falta de justicia.

En mi opinión, los atentados de Embajada de Israel (1992) y de la sede de AMIA (1994), no son “universales”, por el contrario son” puntuales”. Son actos de odio racial y del antisemitismo más puro que hayamos podido ver en mucho tiempo. Los blancos no fueron el Congreso de la Nación o la Casa de Gobierno o cualquier mutual de otra colectividad asentada en esta generosa tierra, por el contrario, estos targets o blancos, fueron específicos y dirigidos para matar a la mayor cantidad posible de judíos, atentados contra los judíos y contra Israel. Querer darles otro significado es engañar y lo peor es autoengañarse, imaginándonos que al pretender ser “solidarios con otros tópicos lamentables pero extraños al seno de la comunidad”, los gentiles por otro lado nos están demostrando que “no son de palo” y que ellos si saben “separar la paja del trigo”.

Reflexión final. El desafío total.

La zona de riesgo es donde estuvimos y aún nos encontramos. Si vamos con los ojos tapados, y adherimos a verdades muy parciales y cuestionables solo nos aguarda un nuevo precipicio al final de la línea de esta nueva ensalada, los judíos no vamos a ganar absolutamente nada. Y el único resultado posible es que muchos al insistir en el camino de “politizar” los atentados, “universalizarlos”, e intentar conformar una “nueva masa” pegándonos a otros tópicos que nos son ajenos, nos vamos a quedar sin justicia y castigo a los responsables, y a la larga también sin memoria. Ya que esta última ha sido desvirtuada y desnaturalizada de los lamentables hechos que la han originado.

Para finalizar, si pude hacerme entender correctamente, en otro nuevo año donde se recuerda las masacres cometidas en Argentina pero contra los judíos, en mi modesta opinión la investigación no avanzó justamente por el hecho de que el principal encubrimiento es” politizar las causas”, para dejar de lado la verdadera investigación que siempre debió ser de índole policial y criminal (como se realiza en USA y en Europa), caiga quien caiga, y luego de apresar a los sospechosos y autores materiales recorren el camino inverso a la búsqueda de los instigadores. Lamentablemente esto no se da en este país, ya que existe un alto grado de corrupción crónica, con una gran dosis de antisemitismo explícito o encubierto, y de esta manera se han dejado en libertad a muchos sospechosos (con nombre y apellido), cuyos nombres y rastros conocen bien la policía y la justicia.

En síntesis, para no insistir en la investigación “real y en el terreno”, se fogonea la idea de “politizar”, que obvio es un callejón sin salida, y la vía perfecta para escurrir la verdad con justicia cierta que dé respuestas verdaderas a esta sufrida y dos veces golpeada comunidad judía en la Argentina.