Enlace Judío México – Imagínate que creces en un mundo donde al nacer la luz eléctrica no ha sido comercializada, donde no se ven automóviles en las calles y la electricidad es un misterio de unos cuantos científicos. Imagínate habiendo nacido en ese mundo que al morir, la tecnología haya avanzado tanto que ahora todas las casas y todas las calles son iluminadas con electricidad, existe algo como el radio y el teléfono que te permite escuchar la voz de una persona a kilómetros de distancia; todos tienen automóvil y día con día aparecen nuevoa aparatos y tecnologías.

Imagínate ser una de esas personas que impulsó el crecimiento tecnológico a tal grado ¿Qué se sentirá? Saber que tu proyecto de vida no fue no vano, que el mundo que te rodea no sólo siguió el camino que tu impulsaste, sino que lo superó con creces. Ésta es la historia de los hermanos Philips, los creadores de la compañía más importante en tecnologías eléctricas del siglo diecinueve y veinte. Esperamos les guste su historia.

La Familia Philips. Efraim Palvanov

Gerard Leonard Frederik Philips (1858 – 1942) nació en Holanda de una familia judía adinerada. Su padre era un financiero holandés, primo de Karl Marx, que estaba acostumbrado a manejar grandes sumas de dinero. Inspirado por la recién invención de la luz eléctrica y la bombilla, Gerard decidió abrir su propia tienda de aparatos electrónicos donde también se vendían focos en 1891. Su padre compró una fábrica abandonada y en este espacio ambos pudieron poner la tienda y experimentar con aparatos nuevos. Al año siguiente pudieron crear una lámpara de luz hecha con filamentos de carbón, la cual vendieron con el nombre de su empresa (Philips).

La compañía no tenía el éxito que los Philips esperaban y casi llega a la ruina antes de que el hermano menor Anton Frederik Philips (1874 – 1951) se uniera al negocio. Dado que era un gran vendedor, Anton, pudo impulsar el negocio con sus propias innovaciones y rápidamente tuvo éxito. A tal punto que durante la Primer Guerra Mundial, Philips fue una de las compañías más solicitadas en todo el mundo, abasteció en gran medida al mercado que los embargos de la guerra habían dejado desatendidos en Alemania.

Para 1920 Philips ya era una corporación de tamaño considerable, pronto sería el modelo a seguir para tiendas electrónicas transnacionales. Parte de su éxito se debe a los productos que la compañía inventaba, como aspiradoras, radios y sobretodo la rasuradora eléctrica “Philishave” que los hizo tan famosos (hecha por otro judío Alexander Horowitz).

Durante el Holocausto la familia huyó a Estados Unidos y dirigió su negocio desde ese país. Uno de los hijos, Frits Philips, decidió quedarse en Europa para ayudar a los judíos que no podían escapar. Pasó varios meses en un campo de trabajo y logró salvar la vida de 382 judíos a los cuales empleó en su fábrica; convenciendo a los nazis de que asistirán en las necesidades de la guerra.

En 1963, la compañía Philips introdujo el casete como audio compacto y revolucionó el mundo de la música para siempre. Volverían a sorprender al mundo en menos de una década sacando al mercado el primer video-caset que hubo en existencia. En la década de 1980 desarrollaron los discos laser y junto con Sony trajeron al planeta la nueva era del CD. También serían de los pioneros en desarrollar el disco Blu-ray.

Hoy en día, Philips sigue siendo una de las fábricas más grandes de bombillas y emplea a más de 100,000 personas, generando ganancias de alrededor de 25 mil millones de euros. Sin embargo, la compañía en proyectos caritativos no ha dejado de lado los objetivos que sus creadores tenían en mente; ya que ambos hermanos fueron conocidos como grandes filántropos que fomentaron programas sociales y educativos de Holanda, su país nativo.

Fuente: Jew of the Week