Enlace Judío México.- Columna de Pilar Rahola en La Vanguardia del 19 de abril, 2018, El milagro

Fue en el día 5 del mes Iyar del año 5708 del calendario judío, cuando Ben Gurión declaró el fin del Mandato Británico y la creación del Estado de Israel. Desde entonces se celebra su fiesta de la independencia, el Yom Ha’atzmaut, que este año coincide con el día de hoy. Ayer por la noche empezaron las celebraciones, después de haber conmemorado el Yom Hazikarón, el día del Recuerdo de los Sol­dados Muertos y de las Víctimas del Terrorismo, que empieza con las sirenas que paralizan al país, y acaba con los israelíes pasando el día con las ­familias de los caídos. Después de la memoria y el dolor, vienen las celebraciones, y se culmina el ciclo clásico del judaísmo, que honra a la memoria trágica, ce­lebrando la vida. Se festejan, pues, siete décadas de existencia, que son setenta años de milagros. Como escribió Henrique Cymerman, los 600.000 judíos que vivían en Israel en 1948 en condiciones muy difíciles, y que fueron atacados por seis ejércitos árabes ese mismo día, nunca habrían imaginado el floreciente país en qué se ha convertido.

Los datos del milagro israelí son tan abrumadores que sólo puede obviarlos el fanatismo, la ignorancia o la mala fe. Desde su reconocimiento como start-up nation, hasta sus ratings de alta tecnología (más compañías en el Nasdaq que toda la UE), su potencia en el espacio exterior o sus 12 premios Nobel, a pesar de ser un Estado que ha sufrido guerras, una permanente amenaza de destrucción y la persistente lacra del terrorismo. Y todo ello manteniendo una democracia estable en una región repleta de dictaduras atroces e ideologías violentas.

¿Por qué ha ocurrido? Es decir, ¿es normal que, en pocas décadas, un país tan pequeño, tan amenazado y con pocos recursos naturales se convierta en uno de los más desarrollados del mundo? Lo cual comporta otra pregunta: ¿por qué no ha ocurrido lo mismo con los países vecinos, felizmente regados con el maná del petróleo, y cuyo poder y riqueza ingentes los podría haber convertido en la punta de lanza del conocimiento? La respuesta es obvia: porque Israel, desde antes de la creación, apostó por la tecnología, el conocimiento y la ciencia, y ello mientras se defendía de los intentos de aniquilación. No olvidemos que es el único país del mundo amenazado con la destrucción nuclear. ¿Qué hicieron en el mismo periodo sus riquísimos vecinos?: solidificar dictaduras feroces o teocracias medievales, financiar organizaciones terroristas y educar en el odio a sus ciudadanos, mientras usaban a los palestinos como arietes de sus intereses regionales.

No, el milagro de Israel no es un mandato bíblico, sino el esfuerzo desmesurado e inigualable de todo un pueblo por alcanzar el conocimiento. Por eso ya imaginaron una universidad en 1882, la idearon en 1913 y en 1923 Albert Einstein dio su primer speech inaugural, 25 años antes de tener Estado. Ese es el milagro que hoy celebra el pueblo de Israel.