Enlace Judío México.- A pesar de las protestas internas y el debilitamiento de su economía, Irán continúa canalizando enormes cantidades de dinero y recursos hacia sus principales milicias terroristas, especialmente el Hezbolá libanés, para expandir su alcance regional y fortalecer “el corredor” hacia el Mediterráneo Oriental, que estableció desde Irak, pasando por Siria, hasta llegar al Líbano.

GEORGE CHAYA

El presupuesto dado a conocer recientemente por el presidente iraní, Hassan Rouhani, asigna claramente una cantidad mayor de fondos a organizaciones benéficas religiosas controladas por el régimen como a las actividades terroristas regionales encubiertas en detrimento de los programas sociales y económicos nacionales, según un informe en lengua árabe de Al Arabiya.

El gobierno de Rouhani afirma estar enfocado en reducir la pobreza y mejorar las oportunidades de empleo y la calidad de vida de los ciudadanos iraníes, pero continúa recortando los subsidios a los productos básicos a las familias pobres en medio de los crecientes precios de los combustibles, los medicamentos y los alimentos, señaló la cadena árabe.

En lugar de apoyar a su propia gente, Irán está dedicando 7.000 millones de dólares al primer semestre del año en presupuesto de tecnología militar, principalmente hacia su programa de misiles balísticos, y otros 3.000 millones a la expansión regional del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI).

Teherán rechazó rotundamente cualquier posibilidad de renegociar el acuerdo nuclear a pesar de los informes sobre los esfuerzos europeos del mes pasado para restringir la expansión regional de Irán y su programa de misiles balísticos.

La organización político-terrorista libanesa Hezbolá es la gran beneficiaria del último presupuesto de los khomeinistas. Según sostienen algunos analistas persas disidentes, Irán financia a Hezbolá con una suma de 1.200 millones de dólares al año, aunque muchos creen que la suma es más cercana a los 2.000 millones”, según ha escrito Tony Duheaume .

En combinación con su red internacional de empresas delictivas y contrabando de drogas, Hezbolá no tiene escasez de recursos para seguir consolidando bases operativas para atacar a Israel, combatir la guerra civil siria apoyando al régimen de Bashar al Assad, apoyar a los terroristas yemenitas y hacer lo propio con los palestinos de Hamás en Gaza.

La participación de Hezbolá en el tráfico internacional de drogas está bien documentada según la prensa árabe. La organización dispone de una importante base de operaciones también en Sudamérica, en la zona de la Triple Frontera, entre Brasil, Argentina y Paraguay donde se vale de la gran población musulmana residente entre los que cuenta un número significativo de simpatizantes que utiliza en esa área para el reclutamiento, el contrabando, el tráfico de drogas, el lavado de activos y la planificación logística para potenciales operaciones terroristas en América Latina.

La zona de Triple Frontera sigue siendo “un importante nexo regional de armas, droga, productos, marcas y tecnología falsificada, tráfico de personas, fraude con tarjetas de crédito y lavado de dinero. “Todas estas actividades se constituyen en fuentes potenciales de financiamiento para organizaciones terroristas”, dijo el Departamento de Estado de EE.UU, pero también la Policía Federal Brasileña y la Policía Paraguaya.

Una parte importante de los beneficios obtenidos de las actividades ilegales de Hezbolá se blanquea mediante la venta de automóviles a África y en los concesionarios de venta de automóviles usados en Paraguay y Brasil.

Con la ayuda de Irán, Hezbolá ha evolucionado de un grupo terrorista clandestino a una organización política-terrorista hecha y derecha y es uno de los grupos militares terroristas híbridos más poderosos del mundo árabe. Irán continúa equipando a Hezbolá con armamento avanzado y sofisticado que representa una amenaza directa para la seguridad nacional libanesa y regional.

Según agencias de seguridad de los Países del Golfo, más allá de sus capacidades militares, Hezbolá mejoró su infraestructura de propaganda en todo el mundo, publica sus propios periódicos, revistas y libros promoviendo la ideología islámica revolucionaria de la República Islámica confundiendo religión con política. Irán ayuda a cubrir esos costos y dispone de unos 15 millones de dólares anuales para mantener la red de televisión satelital, Al-Manar, basada en Beirut con la intención de ampliar su alcance ideológico a las comunidades chiítas en todo el mundo.

Por la misma cadena televisiva, tres semana atrás, el Secretario General de la organización, Hassan Nasrallah dijo ante funcionarios iraníes que: “La devoción de Hezbolá a la ideología revolucionaria de Irán tiene prioridad sobre la constitución del Líbano”. Agregando: “Hezbolá adhiere a las órdenes del Ayatollah Ali Khamenei, y evitará incurrir en cualquier comportamiento que irrite al líder supremo”.

Mientras en su discurso, Hezbolá dice ser el protector y la vanguardia del Líbano, los hechos reafirman el principal compromiso de Hezbolá por cumplir las directivas de Irán, incluso a expensas de los intereses nacionales libaneses, publicó el diario libanés An Nahar.

En otra editorial de la pasada semana, el mismo diario, asevera que mientras los disidentes iraníes continuan con sus reclamos y marchas en distintas regiones de Irán manifestando su descontento con la disposición de los dineros públicos por parte del régimen, sus reclamos para que se interrumpa la financiación externa a grupos que roban el dinero de la ciudadanía iraní no sólo no son escuchados, sino que son reprimidos.

 

 

Fuente:infobae.com