Enlace Judío México – El nuevo sistema de defensa antiaéreo ruso tiene un doble propósito. Protege los activos militares de Moscú en Siria, y además es un arma potente de guerra psicológica, que podría ser un elemento de cambio para la Fuerza Aérea de Israel.

AMOS HAREL

Durante las negociaciones previas al acuerdo nuclear con Irán, Rusia indicó que exportaría este sistema avanzado a Teherán. Esto hubiese dificultado cualquier ataque a los sitios nucleares de Irán. El sistema S-300 finalmente fue enviado a Irán tras la firma del acuerdo de Viena en 2015. Recientemente, los rusos comenzaron a insinuar que equiparían al ejército sirio con un sistema similar. En los últimos días lo declararon abiertamente.

De hecho, los rusos ya han desplegado el sistema S-300 en el noroeste de Siria, junto con el S-400 más avanzado. Lo hicieron hace unos dos años y medio, antes de enviar sus escuadrones de la fuerza aérea a la base de Khmeimim, y sus equipos están operando los sistemas. Rusia también amenaza con proporcionar sistemas de defensa adicionales directamente al ejército del presidente Bashar Assad, aparentemente como una advertencia principalmente a Estados Unidos, en lugar de a Israel.

El mensaje es que después del ataque punitivo estadounidense contra el régimen como resultado del último ataque químico del régimen de Assad contra civiles, Rusia será quien determine lo que sucede en Siria, y Moscú espera que el presidente Donald Trump cumpla con su promesa de evacuar a los pocos soldados estadounidenses restantes en Siria.

No está claro cuándo Rusia reforzará aún más las defensas de Assad. En primer lugar, no es seguro que lo haga si Trump mantiene su palabra sobre la retirada. Segundo, dado que este es un sistema relativamente complejo, tomará mucho tiempo entrenar a las fuerzas sirias para que lo operen. Aún así, esta no es una buena noticia para Israel. De acuerdo con informes extranjeros, supuestamente la Fuerza Aérea israelí ha practicado contra un sistema antiaéreo ruso que se vendió a Chipre (y hoy lo tiene Grecia). También se puede suponer que Israel tiene medios y maneras de volar, si es necesario, a pesar del despliegue de estos sistemas.

Pero la principal cuestión se refiere al riesgo que impondrán a las actividades diarias de la Fuerza Aérea, a la luz de los informes sobre frecuentes ataques israelíes en Siria. Esto requerirá un despliegue diferente, más aún ante los indicios de Siria que Israel ya no podrá atacar blancos tranquilamente.

Mientras tanto, a pesar de las frecuentes amenazas iraníes y las incesantes declaraciones israelíes (en parte redundantes), Irán aún no ha respondido al ataque de Israel (según fuentes extranjeras) en su base T4 en Siria a principios de este mes. Israel mantiene una alerta máxima, suponiendo que los iraníes no habrán renunciado a la idea.

De acuerdo con las evaluaciones de inteligencia, Teherán intentará responder de una manera que quede claro que la muerte de sus guardias revolucionarios no pasa desapercibida, pero eso tampoco conducirá a una confrontación militar directa con Israel. El despliegue militar iraní en Siria todavía está restringido y relativamente expuesto a un ataque israelí. Además, los socios de Irán que apoyan a Assad – el régimen sirio, Rusia y Hezbolá – no están interesados en un conflicto que pueda poner en peligro la supervivencia del régimen.

Otros factores limitantes intervienen también. Hezbolá está preocupado por las elecciones del 6 de mayo para el parlamento libanés y en este momento no quiere aparecer como un títere iraní. Sus líderes ven la confrontación como un asunto iraní-israelí. Desde el punto de vista de Irán, un ataque de venganza cercano a la posible retirada estadounidense del acuerdo nuclear el 12 de mayo sólo corroboraría los argumentos de Trump para salirse del pacto.

A pesar de estos argumentos, Teherán parece no estar convencido de que sea mejor no tomar represalias. La intensidad de la represalia de Irán, si sucede, determinará los próximos acontecimientos. Israel responderá de una manera a los cohetes que caen en un espacio abierto y de otra a un ataque contra una de sus embajadas en el exterior (una operación que, si no se prepara con anticipación, requiere preparativos relativamente prolongados).

A juzgar por informes de medios israelíes y extranjeros, Jerusalén parece estar ocupada transmitiendo mensajes de disuasión a Irán. Pero a pesar de que funcionarios rusos se reunieron en Sochi con sus homólogos israelíes e iraníes, por separado, esta semana, es dudoso que Moscú pueda jugar un papel de intermediario honesto entre las partes.

Sin esa mediación y un compromiso razonable entre los intereses en conflicto – el atrincheramiento de Irán en Siria frente a la resolución declarada de Israel de impedirlo – la perspectiva de una represalia iraní aún está presente.

Fuente: ‏Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico