Cuba Estampada en un Sistema Político Caduco

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El cambio de timón en Cuba el 19 de abril pasado no ha creado expectativas de democratización entre la población que se muestra indiferente ante el cambio después de casi 6 décadas de la dinastía dictatorial de los hermanos Castro, Fidel y Raúl. Raúl terminó con su segundo periodo oficial de gestión de 5 años, aunque en la práctica lo asumió desde el 2006, cuando Fidel enfermó.

La transición denominada “no traumática” entre Raúl y quien se desempeñaba como su primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 57 años y de profesión ingeniero, se produce en un momento en el que existen claras evidencias de que las reformas económicas iniciadas por Raúl en el 2011 para hacer más eficiente y competitiva a la economía, no han fructificado, básicamente referidas a la desestatización de la economía. El entorno económico en Cuba se ha vuelto más complejo porque la política de apertura del expresidente Barack Obama en 2014 que incluyó la reapertura de embajadas en la Habana y Washington en diciembre del 2016, volvió al aislacionismo de la Isla con el presidente Donald Trump. Es de destacar que el Congreso de Washington nunca ha querido eliminar el embargo impuesto a Cuba, Obama solo buscó aligerarlo Díaz-Canel, que fungió como primer vicepresidente con Raúl Castro, ahora como Jefe de Estado y de Gobierno no tendrá el mismo poder que Fidel y Raúl, porque este último mantendrá el poder y el control del Partido Comunista a fin de estar cerca de quien lo sucede e impulsarlo en los círculos de la elite del poder. Díaz-Canel, nacido después del triunfo de la Revolución, “carece de las credenciales épicas de sus padres y abuelos; para gobernar deberá lograr consensos y ganarse en la práctica el apoyo de los cubanos que no lo ven como un líder indiscutido”.

Para que la economía de Cuba funcione tendrá que seguir con las reformas económicas, no obstante, enfrentará grandes retos porque la jerarquía del Partido Comunista no quiere una sociedad capitalista con divisiones de clase. De hecho desde agosto del 2017 el gobierno congeló las concesiones de nuevas licencias para las categorías más demandadas en el sector privado, como el alquiler de habitaciones y la apertura de restaurantes, aparentemente por crecientes críticas oficiales a las ilegalidades detectadas. Se considera que un reto que Díaz-Canel deberá superar de inmediato es la unificación monetaria en virtud de las complejidades y distorsiones que origina en la contabilidad empresarial, en el actual sistema; en Cuba circulan desde los noventas el peso cubano como moneda nacional y el peso convertible.

El relevo de Raúl Castro por Díaz-Canel no fue una decisión imprevista, se veía venir desde el 2013 cuando fue nombrado primer vicepresidente; no obstante, su labor no será tan fácil frente a una economía estancada, una infraestructura muy deteriorada y la hostilidad de EUA. El año pasado el PIB solo creció 1.7% por la insuficiencia de inversiones, problemas de disponibilidad de combustible y el azote del huracán Irma en septiembre de ese año.

El rostro más joven de Díaz-Canel no inspira cambios para la mayoría de la población, porque “representa la continuidad de la ortodoxia que aplicará la misma medicina: un sistema comunista fracasado”. Por lo demás, se enfrentará con grupos del poder que están al interior del Partido Comunista. Cuba no tiene los recursos propios para revitalizar su economía, menos aún sin Venezuela que le proporcionaba petróleo; tendrá que buscar nuevos socios; Rusia se está perfilando de nuevo como su aliado energético, enviándole petróleo, y China como su aliado económico; este último es el país que más comercio tiene con Cuba. Ambos países están otorgándole asesoría militar.

Se considera que Cuba saldría adelante si se elimina el embargo de EUA, que simultáneamente ayudaría a democratizar a la Isla; de acuerdo a analistas esto podría suceder en 20 años; por lo pronto los cubanos seguirán experimentando graves carencias y no respeto a sus derechos humanos.

Niveles históricos de inseguridad en México

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana que realizó el Inegi en 54 ciudades del país en marzo de 2018, se advierte que los niveles de percepción de la inseguridad en México están más altos que desde el 2013. El 76.81% de la población de 18 años y más considera que vivir en las ciudades de la República es inseguro. La percepción de inseguridad en las mujeres es mayor con 81.0% comparado con 71.8% para los hombres.

Las regiones más inseguras fueron la Región Oriente de la Ciudad de México, 96.7%, Coatzacoalcos 94.8% y Fresnillo 94.7%. Es de destacar que por primera vez Cancún ingresó en el “top ten”; otros destinos de playa que se evaluaron como inseguros fueron Acapulco y Manzanillo. Asimismo, la información de la encuesta revela que los lugares donde los mexicanos se sienten más inseguros son los cajeros automáticos, seguido del transporte público y las calles.

La percepción de inseguridad ciudadana se concreta con el desbordamiento de los delitos; de acuerdo al secretariado del Sistema de Seguridad Nacional de Gobernación, en el primer trimestre del 2018 se registraron 7,667 homicidios, 20.0% más que en igual periodo del 2017, el año más violento en dos décadas, en el informe se destaca que tan sólo en marzo pasado se registraron 2,729 muertes violentas, la mayoría con armas de fuego. La violencia se produce en la multiplicación de células delictivas ligadas al narcotráfico, al robo de combustible, secuestro, extorsión, entre otros delitos.

México cerró en 2017 con 25,339 homicidios dolosos, la cifra más alta desde que iniciaron los registros a nivel nacional en 1997; previéndose que 2018 superará el número de homicidios del 2017. En plena efervescencia electoral destacan las víctimas de la violencia de varios políticos locales, candidatos que han sido asesinados, que han sufrido ataques o amenazas de muerte. Por lo demás, impresiona la saña con la que han sido asesinadas muchas de las víctimas; por ejemplo 4 estudiantes de cine de Guadalajara en el Estado de Jalisco, que fueron torturados y disueltos en ácido. La versión de las autoridades judiciales sobre este hecho no ha sido claramente explicado.

La falta de un Estado de Derecho y la impunidad frente a la Justicia, hacen sentir impotente a la ciudadanía que esperamos con ansiedad y, quizá con ingenuidad, un combate eficiente contra la delincuencia del próximo gobierno.