Enlace Judío México – La represalia que Irán planea en el norte, de acuerdo con los oficiales de defensa israelíes, es realmente un reflejo de la política israelí en Siria. Israel ha estado operando durante años contra los envíos de armas desde Siria a Hezbolá en el Líbano, y recientemente, los ataques contra sitios militares iraníes en Siria se han atribuido a Israel.

AMOS HAREL

Aún así, Israel casi siempre opta por no atribuirse la responsabilidad, al menos oficialmente. El objetivo es disuadir al oponente sin causar un deterioro que lleve a una guerra.

Ahora Irán quiere hacer casi lo mismo: saldar cuentas con Israel y disuadirlo, pero mantener la ambigüedad con respecto a los perpetradores y evitar la guerra en Siria, donde apenas ha comenzado a desplegarse militarmente y desde cuyo territorio tendría dificultades contra la superioridad aérea e inteligencia de Israel.

En Yemen, la Guardia Revolucionaria Islámica está empleando tácticas similares. Todo el mundo sabe que los misiles que los rebeldes Houthi disparan contra Arabia Saudita provienen de Irán, pero Teherán puede pretender que no está involucrado.

Israel está haciendo preparativos basados en la siguiente información: el general Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Al-Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica, ha lanzado una operación que combina planificación iraní, asesoramiento de los comandantes de las unidades de misiles y cohetes de Hezbolá, y la participación de milicias chiítas estacionadas en Siria cuyos miembros provienen de Irak, Pakistán y Afganistán, pero están financiados por Irán.

Parece que desde la perspectiva iraní, no hay más remedio que una respuesta militar. Teherán le atribuye a Israel al menos cinco ataques contra sus fuerzas armadas en Siria desde septiembre, y la semana pasada el primer ministro Benjamín Netanyahu agregó sal a la herida cuando reveló el éxito del Mossad que robó los documentos nucleares de los iraníes frente a sus narices.

Pero Irán quiere evitar una escalada total, y por lo tanto es importante elegir el blanco y el alcance de la operación. Al parecer, planea lanzar misiles y cohetes contra bases israelíes en el norte, que aparentemente percibe como blancos legítimos, ojo por ojo. Su publicación tiene por objeto señalar a los iraníes que sus intenciones han sido descubiertas, y obligarlos a postergar la operación.

Ha pasado casi un mes desde el último ataque atribuido a Israel, en el que murieron siete asesores iraníes en la base T4 en Siria, y después de eso, a fines de abril, se produjo otro ataque. Pero no es del todo cierto que Irán actuará de acuerdo con las suposiciones israelíes y no intentará lanzar una sorpresa en el momento y el lugar que le plazca, después de que la acción planeada se hiciera pública.

Además de la guerra psicológica que ambas partes están librando, los preparativos defensivos están en marcha. Por el momento parece que Israel está decidido a continuar sus esfuerzos para impedir un atrincheramiento iraní en Siria, y que en este asunto hay un consenso entre los líderes políticos y de seguridad. Jerusalén supone que Irán invierte menos en el conflicto que Israel y, por lo tanto, podría parpadear primero si la presión continúa.

El punto débil de este argumento es su confianza en la suposición de que Hezbolá continuará estando fuera del conflicto. La participación directa de Hezbolá, desde el Líbano, significa guerra, con un precio mucho más elevado para todos.

Mientras tanto, los políticos israelíes parecen estar muriéndose de ganas, a pesar de las advertencias sobre la sensibilidad de la situación. El lunes, un miembro del gabinete de seguridad, el ministro de Energía, Yuval Steinitz, advirtió que Israel “eliminará” al presidente sirio, Bashar Assad, si permite que Irán lo ataque desde Siria.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico