Enlace Judío México.- Dice Rabenu Jaim Yosef David Azulay (Jid”á) ZTz”L: “No hay días tan buenos para el Am Israel como éstos (los días del mes de Siván) en cada año y año. Estos días son muy propicios para adquirir la humildad y la hermandad en el Am Israel y para entender la Torá, cada quien, de acuerdo a su capacidad, y para purificarse y santificarse como lo hicieron los Hijos de Israel cuando se encontraron en el Har Sinai y recibieron la Torá” (Leb David – Pérek 31).

RAB. DAVID ZAED

El mes de Siván, el tercero a contar de Nisán, es el mes en el que Hashem le entregó la Torá al Am Israel. Leemos en la Perashá Itró: “En el mes tercero, cuando salieron los Hijos de Israel de la tierra de Egipto; en aquel día, llegaron al desierto de Sinaí. Y partieron (anteriormente) de (un lugar llamado) Refidim, y llegaron (luego) al desierto. Y acampó allá, (el pueblo de) Israel, frente al monte (Sinaí)” (Shemot XIX 1-2). “Aquel día” al que se refiere la Torá es Rosh Jódesh Siván. Y observemos que está escrito: “Y acampó allá Israel…”, en singular (cuando en todas las demás ocasiones en las que la Torá cuenta las paradas de los Hijos de Israel está escrito: “Y acamparon…”, en plural). Esto nos enseña que todos los integrantes del Am Israel estuvieron unidos en esa ocasión “como un solo hombre, con un solo corazón”. Y en todas las otras veces que acamparon en el desierto en su camino hacia Éretz Israel, hubo desavenencias y pleitos entre ellos (Rash”í – Sifté Jajamim).

El mes de Siván desde el primer día, como hemos visto, es el mes de la hermandad en el Am Israel . Y eso porque lo que hicieron nuestros antepasados fue con tanto fervor que tuvo repercusión con el correr de los tiempos. Ése es el motivo por el que Rabenu Jid”á dijo que todos los días de este mes son propicios para lograr la unión entre los integrantes de nuestro pueblo. Y también dijo que estos días son propicios para adquirir humildad, porque sólo cuando hay humildad puede haber hermandad (los vanidosos sólo se aman a sí mismos). Y también dijo Rabenu Jid”á que estos días son propicios para entender la Torá; porque sólo cuando hay unión y humildad la Torá entra en el corazón del Yehudí.

Un comentario con respecto a este tema, escuché de Bení Hayakar Rabí Shelomó Zaed Shelit”a: “Cuando los egipcios estaban persiguiendo a los Hijos de Israel en el Mar Rojo, Rash”í dice que todos ellos estaban “con un solo corazón, como un solo hombre” (ver Pirush Shemot XIV-10). Entonces, cabe preguntar cuál es la diferencia entre los Hijos de Israel, que estaban unidos, y los egipcios, que también se menciona que se sentían “con un solo corazón, como un solo hombre”.

La explicación la encontraremos en la posición de los términos. Cuando Rash”í habló de los Hijos de Israel frente al Har Sinai, dijo que todos estaban “como un solo hombre, con un solo corazón”. Significa que le dieron prioridad de sentirse “como un solo hombre”; unidos, y después, “con un solo corazón”. Es decir, que la diversidad de ideas, entre ellos, no los separaban. Aunque pensaban unos diferentes a los otros, estaban mancomunados.

En cambio, los egipcios estaban, primero, “con un solo corazón”; con las mismas ideas (la de perseguir al Am Israel). Y después de coincidir, se sintieron “como un solo hombre”. Eso quiere decir que quienes no compartían las mismas ideas, no eran aceptados en el conjunto. Eso no se llama “estar todos juntos”; se llama discriminar.

En el Am Israel hay siempre unión, “como un solo hombre”, aunque los “corazones” (las ideas) no coincidan plenamente. Ésa es la verdadera Unión que quiere Hashem de nosotros (Escuchado de una de sus pláticas).

Aprovechemos todo lo que este mes nos da, y al mismo tiempo demos nosotros también lo que corresponda. Sintamos patentemente que somos parte de “un solo hombre, con un solo corazón”, y dispongámonos a recibir la Torá.

 

 

Fuente: Revista Jodesh Tob Sivan