Enlace Judío México.- Para quienes vivimos en Israel resulta curioso, por decir lo menos, que regímenes como el sirio condenen la ”masacre en Gaza”. En primer lugar, el gobierno sirio ha atacado a su propia población civil con armas químicas, lo que motivó una respuesta militar de parte de EE.UU. y sus aliados hace poco. En segundo lugar, una masacre es referida al asesinato de personas indefensas, y no de, como el propio Hamás ha declarado a los medios, miembros de una organización terrorista que, como muestran los videos, buscan romper la frontera con Israel para ”degollar judíos”. Quien defienda estas ”pacíficas protestas” de Hamás en la frontera, o es un cínico o un ignorante de lo que ahí ocurre, a veces, ambas cosas a la vez.

Muchos parecen desconocer que Israel se retiró completamente de Gaza en el 2005. Desalojó a los pocos judíos que allí vivían, retiró a todas sus fuerzas, dejó intactos medios productivos como los exitosos invernaderos de Gushkativ (los que ellos destruyeron de inmediato), y les dejó fronteras abiertas. Había optimismo de volver a aquellos tiempos anteriores a los acuerdos de Oslo, con sus hijas las intifadas, en que el 35% del PIB de Gaza lo obtenían los gazatiés que salían a trabajar a Israel desde Haifa por el norte, hasta Ber Sheva por el sur.

Los israelíes compraban sus frutas y verduras en los mercados de Gaza, además de artesanías y otros productos. En los años 60 había mujeres en bikini en la playa en Gaza y había cines. Inclusive se pasaban películas pornográficas. En los años 80, con toda la ola de islamización, se quemaron todos los cines, todos los bares. Las mujeres tenían que salir cubiertas a la calle y hoy llegamos a una situación en Gaza donde todos los bares que antes servían alcohol a extranjeros, por ejemplo, fueron quemados. Todos los cines han sido quemados y no hay nada que hacer. No hay ningún tipo de distracción pública. Lo único que hay es la televisión, abarrotada de propaganda de Hamás culpando a los judíos e incentivando a asesinarlos.

Todos los contratistas (todos miembros y dirigentes de Hamás), toda la gente que hizo un montón de dinero a costa del Estado, que deben ser el 2 % de la población, vive en torres o penthouses que no tiene nada que envidiarle a ningún penthouse en ningún otro lado del mundo. Pero es una situación absolutamente esquizofrénica, porque del penthouse bajas por el ascensor a la calle. En la calle, donde hay gente que no tiene para comer y pasan las milicias con sus cohetes listos para lanzarlos hacia Israel. Es una situación bastante increíble.

La pobreza se ha ido incrementando en los últimos años y ahora casi el 60, o el 70% de la gente tiene graves problemas para encontrar alimentos básicos.

Los hombres se pasan el día afuera de sus casas, sentados alrededor de una mesa, charlando, rezando. No hay trabajo, no hay nada que hacer. Los jóvenes si no estudian no tienen nada que hacer. Si estudian se reciben y tampoco tienen nada que hacer. Por lo tanto, no es raro que muchos se dediquen a la resistencia porque por lo menos es un trabajo y se ocupa el tiempo en algo.

La única manera que tiene un joven gazatí de proteger a su familia no es a través de su trabajo sino integrándose en la milicia islámica.

Tras retirarse Israel de Gaza, en las elecciones parlamentarias del 2006, cansados de la corrupción de Al Fatah, optó por votar por una cara benigna de Hamás, pero el 2007 Hamás mostró su verdadera cara y por la fuerza de las armas se hizo del dominio de la Franja de Gaza. Habían caído los gazatíes en una trampa de la que aún no tienen como salir de ella.

Producto de los ataques con cohetes, y secuestro de soldados israelíes como Gilad Shalit, Israel y Egipto cerraron las fronteras de Gaza incluido un bloqueo marítimo, para sin impedir el ingreso normal de alimentos, medicinas y bienes de todo tipo, controlar el ingreso de armas y elementos para la construcción de túneles usados para penetrar territorio israelí bajo la frontera para secuestrar o asesinar israelíes.

Con la llegada del nuevo gobierno egipcio, Hamás vio cerrarse el único acceso que tenía para el contrabando de armas, y su situación política se hace cada día más débil, incluso se habló de devolver el poder a Al Fatah, regido por Abu Mazen en Ramallah. Ese es el motivo, por el cual hoy su única posibilidad de lucha es usar nuevamente a la población civil de Gaza, para llevarla a la frontera con Israel, y generar muertos, que le den algo que mostrar para ganar el apoyo de los enemigos de Israel, y de paso si se puede, que abran las billeteras de la siempre compresiva y ciega comunidad internacional.

Desde Judea, Israel