Enlace Judío México.- El Nuevo Colegio Israelita de Monterrey brinda un modelo educativo basado en metodología de retos y solución de problemas.

MARIÓN ALTAMIRANO

La educación multicultural es una herramienta vital para sobresalir.

En un mundo competitivo se exige que una persona domine tres idiomas, por lo menos, y un sentido de conciencia sobre lo que lo rodea.
Además, que desarrolle y tenga fuertes bases en valores como la empatía y la tolerancia, pero también habilidades como el multi-tasking y el teamwork.

“Nosotros, por ejemplo, brindamos una educación trilingüe”, dice Amparo García Cantú, directora general del Nuevo Colegio Israelita de Monterrey.

“Tenemos un sistema de educación multicultural en donde no sólo impartimos tres idiomas, inglés, español y hebreo, sino que, a pesar de que el colegio es laico, nuestra columna vertebral es la cultura judía”.

La institución, que tiene más de 83 años de historia y se ubica en la Colonia Vista Hermosa, fue fundada por seis familias judías que emigraron de Europa hacia México en busca de mejores oportunidades.

Al llegar a Monterrey establecieron su comunidad y los pilares de sus creencias que son la vivienda, la sinagoga y una escuela, en donde las nuevas generaciones pudieran desarrollarse.

Y, una vez que se establecieron formalmente, abrieron las puertas a los regiomontanos sin importar si eran miembros de su comunidad o no.

“Y a pesar de que en un principio se le ofrecía a la comunidad regiomontana un modelo educativo sin la parte de la cultura judía, hasta ahorita, el 100 por ciento de los padres de los alumnos que ingresan al colegio, se interesan porque sus hijos estudien en un ambientemulticultural y diverso”, expresa la directora, quien imparte clases en el NCIM desde hace 23 años.

Y es que el alumnado está conformado por un grupo por grado de máximo 15 niños por salón con nacionalidades como mexicana, venezolana, israelí y estadounidense.

En el staff de maestros hay maestros israelíes, serbios, mexicanos y argentinos.

Todos los alumnos salen al recreo al mismo tiempo y conviven con personas de edades diferentes, además de estudiar bajo proyectos con una metodología de retos y solución de problemas, lo que fomenta la tolerancia, empatía, y el trabajo en equipo.

“Aparte de que todos nuestros alumnos conviven unos con otros, el tener un tercer idioma escrito a base de signos, está científicamente comprobado que desarrollan y potenciarían el hemisferio que no es estimulado.

“Y el hebreo tiene el plus de que se escribe de derecha a izquierda entonces se crean muchas conexiones interneuronales; el potencial cognitivo se desarrolla de tal manera que impacta todo el aprendizaje del alumno”.

Además, la clase de historia judía, impartida en niveles de primaria mayor y secundaria, se ve como historia universal o como la historia de México, menciona, y permite que se ofrezca más diversidad en cuanto al bagaje cultural de cada alumno.

 

 

Fuente: gruporeforma.com