Enlace Judío – El director de orquesta israelí Lior Shambadal estuvo de visita en nuestro país, para dar dos conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional; y en entrevista exclusiva nos habla sobre por qué le gusta tanto visitar tierras mexicanas, su opinión sobre el estado actual de la música en Israel y la música judía, y la riqueza del mundo de la música clásica en México.

Lior Shambadal es originario de Tel Aviv donde estudió viola y trombón. En Viena realizó además estudios de composición y dirección de orquesta con maestros como Hans Swarowsky, Carlo Maria Giulini, Igor Markevitch, Sergiu Celibidache y Franco Ferrara.

Más tarde incursionó en la música electrónica y la composición bajo la tutela de Witold Lutoslawski y Henri Dutilleux, y en la fenomenología musical en la Facultad de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, Alemania. La versatilidad de Shambadal incluye la música de cámara, lieder, piezas sinfónicas y música nueva.

Ha sido director artístico musical de orquestas como la Filarmónica de Bogotá (2009-10) y la Sinfónica de la RTV Eslovenia (2000-2003). En 1980 fue nombrado titular de la Orquesta Sinfónica de Haifa y más tarde dirigió la Orquesta de Cámara de Kibbutz en Tel Aviv (1986-1993).

En sus presentaciones en Bellas Artes, condujo obras de Mendelssohn, Max Bruch y Johannes Brahms.

En entrevista, nos dijo:

“Soy un viajero, voy de lugar en lugar para llevar música a la gente. México es un país enorme. he visitado Sinaloa, Puebla, Monterrey, es un país enorme con una gran tradición, con grandes orquestas. Yo voy de lugar en lugar, vendiendo mi música”.

Sobre la tradición de los judíos en la música clásica en nuestro continente, apunta: “Antes de la 2a Guerra Mundial vinieron muchos judíos al continente americano, y se volvieron directores importantes”.

De su herencia cultural y espiritual dice lo siguiente:

“Siento que soy como un rabino, voy de lugar en lugar, llevando conocimiento y espiritualidad a otras personas, esto lo relaciono con el concepto judío de Tikun Olam, reparar el mundo, o como diría Mendelssohn: hacer mejor a la gente”.

El Holocausto, dice, fue un “agujero negro” en la historia de la humanidad, y cuenta la historia de la terrible película de propaganda nazi filmada en el campo de concentración de Terezin, Theresienstadt: ein Dokumentarfilm aus dem Juedischen Siedlungsgebiet, comisionada por Hitler para ocultar la verdadera naturaleza de los campos  de concentración, y en la cual es posible escuchar una pieza al final compuesta por Pavel Haas.

Recientemente, nos cuenta, pudo dirigir esta pieza en Jerusalén, y dice: “el compositor nunca se imaginó que esta pieza fuera tocada ¡en Jerusalén, por músicos israelíes, en el estado de Israel, por un director israelí! Es una lástima que no haya sobrevivido para escucharla, quizá sí lo hizo… espiritualmente”.

“La música judía del Holocausto es un símbolo de que seguimos aquí. Pero ¡la música judía también fue destruida antes, por los romanos! Al grado que conocemos los instrumentos y sabemos que había una orquesta, pero no conocemos el sonido, el sistema tonal. Es un caso parecido al de México; que los españoles destruyeron todo, nada quedó, es una tragedia”.