Enlace Judío – Hasta hoy, un total de 29 países, entre ellos Francia y Alemania, reconocen a los eventos mortales de 1915 como un genocidio. Israel se ha negado a posicionarse al respecto, debido a los vínculos, sobre todo económicos y geopolíticos, que tiene con Turquía en la región.

Turquía dijo el viernes que Israel solo se perjudicará a sí mismo si reconoce el genocidio armenio, porque hacerlo socavaría el estatus especial del Holocausto judío.

“Creemos que Israel pone los eventos de 1915 al mismo nivel que el Holocausto y se está perjudicando a sí mismo, en primer lugar”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, Hami Aksoy, a periodistas en Ankara. “Los eventos de 1915 no son un tema político, sino histórico y legal”, dijo Aksoy, sin comentar más.

“Tal intento de Israel es una falta de respeto a los miembros de los grupos étnicos y religiosos otomanos que perdieron sus vidas en la Primera Guerra Mundial. Los judíos estaban entre ellos”, añadió Aksoy, tratando de vanagloriar al Imperio Otomano.

Los legisladores del Knéset votaron este miércoles para subir al debate en el pleno un proyecto que busca el reconocimiento del genocidio armenio. La propuesta, lanzada constantemente en el órgano legislativo pero rechazada habitualmente por el gobierno, ha sido este año propuesta en medio de la crisis diplomática que se produjo entre Turquía e Israel.

El presidente de la Knéset, Yuli Edelstein, quien se ha pronunciado a favor del reconocimiento desde hace tiempo, de nuevo expresó su apoyo a la medida promovida por el partido de izquierda Meretz. Pero también expresó incomodidad con las llamadas públicas para reconocer el genocidio simplemente para fastidiar a Turquía y su líder belicoso, Recep Tayyip Erdogan. “La Knéset israelí debería reconocer el genocidio armenio porque es lo correcto, lo justo”, dijo Edelstein.

“¿Desde cuándo Ankara tira de las cuerdas de mi moralidad?”, preguntó al presentar la moción la líder de Meretz, Tamar Zandberg.

Una nueva brecha en las relaciones diplomáticas entre Turquía e Israel se abrió la semana pasada a raíz de los eventos ocurridos en Gaza durante las manifestaciones violentas de la “Gran Marcha del Retorno”, que dejó poco más de medio centenar de muertos. Turquía calificó de “agresión” contra los palestinos al derecho de Israel a defender su frontera, acusación que escaló en la expulsión del embajador israelí en Ankara y en una medida similar tomada por Jerusalén con el cónsul turco. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Netanyahu, terminaron por enfrascarse también en un debate a través de sus redes sociales, acusándose el uno al otro de “tener sangre en las manos”.

Se trata de la crisis más elevada de tono entre ambos países desde el año 2010, cuando una flotilla turca propalestina cuyo objetivo era romper el bloqueo naval en Gaza, fue interceptada por la marina israelí, hecho que culminó en un resultado mortal. Turquía e Israel, cuyas relaciones no habían presentado mayor problema hasta entonces desde 1949, llegaron a una reconciliación diplomática en 2016.

En 1915, cerca de 1 millón 500 mil armenios murieron bajo el Imperio Otomano, en plena Primera Guerra Mundial, en lo que se considera uno de los primeros genocidios cometidos en el siglo XX. La República de Turquía, heredera del Imperio Otomano, ha negado desde su establecimiento que se haya tratado de un genocidio. El vecino país de Azerbaiyán, que como Turquía mantiene una disputa histórica con el pueblo armenio, es el otro país a nivel mundial que niega el genocidio.

Hasta hoy, un total de 29 países, entre ellos Francia y Alemania, reconocen a los eventos mortales cometidos en 1915 como un genocidio de manera oficial. Israel se ha negado a posicionarse al respecto, debido a los vínculos, sobre todo económicos y geopolíticos, que tiene con Turquía en la región, cuestión que también se presenta de cierta manera con EE.UU.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío