Enlace Judío México.- El empresario mexicano Elías Sacal demandó 400 millones de dólares al banco estadounidense JP Morgan Chase ante una corte federal de Nueva York, y acusó a sus ejecutivos de expresiones antisemitas en su contra.

En la demanda presentada,  Sacal afirma que JP Morgan actuó de mala fe al aceptar en 2011 un acuerdo para poner fin a una disputa por la deuda de 99 millones de dólares que el desarrollador mexicano tenía con el banco.

También se difundió que un juez de Acapulco ordenó la aprehensión por fraude contra el director de JP Morgan en México, Eduardo Cepeda Fernández, y contra Miguel Angel Barbosa, ex ejecutivo del mismo banco que ahora trabaja para UBS.

“Desde 2010, ejecutivos de JP Morgan han dirigido odio e insultos antisemitas contra Sacal, a tal grado que el director de Banca Privada de JP Morgan para América Latina, Chris Harvey, en 2016 se disculpó con él a nombre del banco por estos ataques personales”, dice la demanda.

“En mayo de 2018, Eduardo Cepeda le dijo a un alto directivo de CI Banco que JP Morgan México ya no haría negocios con miembros de la comunidad judía. Sacal se ha enterado de que Cepeda se refiere regularmente a él como ´el judío”, agrega.

Sacal ya presentó una queja contra JP Morgan ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

JP Morgan defendió  a sus ejecutivos y afirmó que con la acción penal Sacal busca evitar el cumplimiento de sus obligaciones financieras.

Bay View Grand (BVG), la empresa de Sacal, era dueña de los desarrollos Bajamar en Ensenada, Grand Island en Cancún, La Cima y Península en Acapulco, así como de un edificio de oficinas en Insurgentes en la Ciudad de México, pero en 2010 incumplió pagos de su deuda con JP Morgan.

El banco demandó a Sacal y le embargó propiedades, incluidas su casa en Las Lomas, un departamento en la Trump Tower de Nueva York y otro en Saint Tropez, en la cosa azul de Francia.

Según la demanda, en 2011 las partes acordaron que Sacal cedería los inmuebles a JP Morgan, y que el banco los vendería por medio de la firma inmobiliaria Cushman & Wakefield, que los valuó en 328 millones de dólares, con lo que quedaría pagada la deuda.

Sacal cedió los inmuebles a un fideicomiso, pero JP Morgan no los vendió, sino que dejó pasar cinco años, lo que mantiene viva la deuda de BVG y, de acuerdo al contrato, permite al banco tener control absoluto sobre las decisiones de venta y el destino que se dará al dinero que sobre una vez liquidada la deuda original.

La demanda también afirma que JP Morgan ha interferido para evitar que Inbursa, Santander y BBVA Bancomer otorguen nuevos créditos a BVG.

En la Corte para el Distrito Sur de Nueva York, el caso fue turnado hoy al juez Gabriel Gorenstein.

 

 

 

Fuente:reforma.com