Enlace Judío México.- Qué miope y conveniente puede llegar a ser la sociedad, que rechaza socialmente drogas como la cocaína, pero por otra parte, acepta drogas que pueden llegar a ser igualmente destructivas.

SOD 44 PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Me refiero a la adicción de la ludopatía, lo sé, seguramente me escucho bastante exagerada y hasta moralista. Pero por favor, dedícame unos minutos más de tu tiempo, quiero contarte lo nocivo que puede llegar a ser el vicio del juego.

Resulta que nuestro México se salpicó de casinos. Diferentes marcas se presentan como un lugar de entretenimiento y la sociedad los acepta como tal, sin embargo, existen cientos de familias que son testigos del mal que estos lugares pueden ocasionar. Claro, todo empieza de manera inocente, una persona o una pareja que busca un rato de entretenimiento y eso es justo lo que obtiene.

Sin embargo, en otras personas puede suceder algo muy distinto, pues encuentran en este entretenimiento algo sumamente divertido, no hay culpas en ello, es sólo el cerebro humano liberando cantidades excesivas de dopamina, esa sustancia cerebral que le agrega una emoción especial a la vida, una emoción que puede convertirse en el inicio… de una trampa adictiva.

Si el juego gusta y si la emoción emociona el problema ya empieza a echar raíz, así que silencioso, cómo un cáncer mortal, será cuestión de tiempo para que los síntomas se empiecen a mostrar.

Un día regresamos al casino más rápido de lo que habíamos acordado, pero la verdad, lo hacemos y no es para tanto, no suena ningún simulacro.

Un día, gastamos más de lo esperado, creímos que la suerte mejoraría y la cartera terminó vacía, pero la verdad… no es para tanto, simplemente sucede y no suena ningún simulacro.

Un día empiezan las mentiras, porque haber ido en la mañana al casino no está bien, porque no es responsable y lo podemos reconocer.

Un día las cosas se complican porque las mentiras aumentan, porque simplemente perdimos más de la cuenta. A estas alturas el simulacro empieza a sonar pero no lo queremos escuchar porque “mañana puede ser el día de suerte y el dinero perdido se puede recuperar”.

El ludópata deja de ver todo lo que está a su alrededor. El juego se convierte en una adicción irresistible y nuestros seres más queridos se vuelven simplemente invisibles. No es que el jugador se volvió despiadado, egoísta y cruel, es más bien que está cayendo en una adicción, y cuando alguien cae no es fácil mirar al rededor.

En sus inicios, los adictos al juego pueden perder todo su dinero, se pierde el dinero del súper o de la colegiatura y lo único que se gana es una terrible angustia. Cuando el dinero se acaba, se tiene la falsa idea de que se puede recuperar en “la siguiente jugada”. Es así como el círculo del remolino comienza a girar, poco a poco se va tragando al adicto y las pérdidas se empiezan a sumar. Se puede perder la casa, la familia, la salud y hasta la libertad. Si de vez en cuando se gana es la peor fatalidad, es la serpiente fingiendo ser buena pero no tardará mucho en empezar a ahorcar a su presa.

Para la gente los Casinos pueden presentarse como lugares de entretenimiento sano e inocente, pero tienen la capacidad de convertirse en un veneno letal. Por eso te pregunto: Si tuvieras un veneno frente a ti, ¿probarías aunque sea un poquito? Entonces ¿Por que decirle que sí “de vez en cuando” a los casinos? ¿A caso el veneno, en pequeñas cantidades, se vuelve inofensivo?