Enlace Judío México.- Hoy conmemoramos el ayuno del 17 de Tamuz en memoria de 5 tragedias que acontecieron en ese día.

Mencionaremos ahora dos de estos trágicos eventos, ambos ocurridos en el periodo del segundo Bet-Hamiqdash, específicamente durante los últimos años del mismo, cuando los Yehudim se rebelaron contra el imperio Romano e intentaron recuperar su independencia (alrededor del año 60 de la era común).

RAB YOSEF BITTON

Apostomus quemó un sefer torá

Un comando judío atacó una expedición de romanos que traían armas y suministros al ejercito invasor. El gobernador Romano, Komanos, sitió la ciudad de Bet Horón —desde donde había sido organizado este ataque— y ordenó que apresaran y le trajeran a los atacantes judíos. Los soldados romanos cumplieron con las ordenes del gobernador pero se excedieron. Un militar romano llamado Apostomus tomó un Sefer Torá y lo quemó públicamente. Esto ocurrió el 17 de Tamuz. Los Yehudim de todo Israel escucharon esta gran tragedia (que desgraciadamente no fue la última vez que ocurrió) y comenzaron una gran revuelta, que sólo fue aplacada cuando ejecutaron al soldado romano que había cometido esta aberración (de acuerdo a Maimónides y al texto literal de la Mishná, Apostomus organizó una campaña de provocación contra los judíos que incluyó la introducción de un ídolo en el Bet haMiqdash).

Se abrió una brecha en la muralla

La rebelión de los Yehudim contra los romanos, que habia comenzado alrededor del año 64 de la era común, no prosperó y los romanos terminaron destruyendo el Bet haMiqdash. En los días finales de estas batallas, año 68, los judíos de Yerushalayim se defendían detrás de las murallas construidas en los tiempos del rey David y del rey Salomón. En el area cubierta del Kotel haMa’arabí, el Muro de los Lamentos, hay como unas aberturas en el suelo, con vidrio transparente, a través de las cuales se pueden observar la profundidad de estas murallas pertenecientes al segundo Bet haMiqdash, que fueron construidas por Nejemiá, siglo 5 antes de la era común, para mantener a los enemigos fuera de la ciudad. Las murallas de Yerushalayim eran especialmente fuertes, y el pueblo luchaba con toda su fuerza e ingenio para sobrevivir y repeler a los poderosos enemigos romanos. Mientras las murallas se mantuvieran, la gente podría protegerse.
Los romanos, la mas poderosa potencia militar en esa época, contaban con tecnología militar y armamentos muy avanzados. Utilizaban catapultas con las que tiraban rocas muy pesadas, de hasta 25 kilogramos, que impactaban y rompían las piedras de la murallas.
También utilizaban un ariete llamado “cabeza de carnero”, que era un enorme tronco cargado sobre una torre movible con una terminación de hierro representado la cabeza de un carnero, con el que golpeaban con muchísima fuerza las murallas y las puertas de la ciudad.

El día 17 de Tamuz del año 68 uno de los muros de Yerushalayim, la fortaleza de Antonia, construida por Herodes 40 años atrás en honor al emperador Marco Antonio, cedió, y una brecha se abrió. Por esa brecha los soldados romanos comenzaron a entrar en la ciudad. Este fue el comienzo del final de la ciudad de Yerushalayim.

Los Yehudim lucharon ferozmente desde el interior de las murallas, pero como explicaron nuestros Sabios, no estaban unidos sino separados y enemistados unos con otros, y cuando esto sucede HaShem no está con nosotros.

Creo que este es un mensaje muy apropiado para este día de ayuno: recordar que nuestra fuerza y supervivencia depende del Creador, y que Él está con nosotros cuando estamos unidos. Estar unidos no quiere decir que todos los judíos del mundo debemos pensar igual (¡eso es imposible!). Lo que significa es que debemos hacer el máximo esfuerzo por respetarnos unos a otros y sentirnos no sólo como parte de un mismo pueblo sino como parte de una misma familia.