Enlace Judío México – El desafío de Israel: frenar a Irán, mantener a Rusia tranquila, seguir ayudando a los refugiados y mantener la política de no intervención en Siria.

AMOS HAREL

Los ataques combinados del régimen de Assad y la fuerza aérea rusa están expulsando a los rebeldes del sur de Siria y haciendo que decenas de miles de refugiados huyan hacia las fronteras con Jordania e Israel. Al mismo tiempo, los ataques son una nueva prueba para Israel: cómo mantener las líneas rojas que ha establecido para su defensa sin entrar en conflicto directo con el régimen sirio.

Y no menos importante: cómo hacer esto sin chocar con Rusia, con el que Israel ha fortalecido enormemente sus vínculos en los últimos meses y considera un aliado en para cumplir con su objetivo clave, distanciar a Irán y las milicias chiítas de la frontera en el Altos del Golán.

Al comienzo de la reunión del gabinete del domingo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, definió los objetivos de Israel ante el avance del ejército sirio en el sur. Advirtió que Israel seguirá protegiendo sus fronteras, brindará tanta asistencia humanitaria como pueda a los refugiados que se aproximan a la frontera (pero no les permitirá ingresar al país) y exigirá el estricto cumplimiento del Acuerdo de Armisticio con el Ejército sirio posterior a la guerra de Yom Kipur en 1974.

Netanyahu agregó que mantiene contacto continuo con la Casa Blanca y el Kremlin al respecto. Al mismo tiempo, el Ejército de Defensa de Israel anunció que había reforzado sus fuerzas en el Golán a la luz de los acontecimientos. En el sur de Siria, el régimen está avanzando. Hasta el momento, el ejército sirio y las milicias aliadas no han encontrado una resistencia particularmente firme. Miles de refugiados siguen huyendo, mientras que los habitantes de las aldeas rodeadas por las fuerzas del régimen se han rendido y han declarado lealtad al presidente Bashar Assad.

Se acerca el “final del juego diplomático”

Mientras tanto, el viernes, el Washington Post describió los contornos de los entendimientos que surgen ahora en Siria. Según el columnista David Ignatius, la guerra civil se acerca a su “final diplomático” y se está perfilando un acuerdo entre Estados Unidos, Rusia e Israel, por el cual el régimen de Assad retomará el control del lado sirio de la frontera con Israel en el Golán, tras los ataques a provincia de Daraa, cerca de la frontera con Jordania.

Israel, escribe Ignatius, aceptará esto a cambio de una promesa rusa de mantener a Irán y las milicias chiítas a al menos 80 kilómetros de la frontera (aunque Netanyahu ha exigido la retirada de las fuerzas iraníes de todo el territorio sirio). Rusia, por su parte, continuará ignorando los ataques israelíes contra blancos militares iraníes en el interior de Siria.

Según Ignatius, tanto Israel como la administración de Trump se enfocan en un solo tema en Siria: frenar a Irán, y que a todos los efectos han aceptado el control del régimen asesino de Assad en toda Siria. Ignatius informa que Estados Unidos retirará por completo su demanda de derrocar al régimen, pero continuará manteniendo la base de Tanf en el este de Siria, para impedir el paso de fuerzas y armas iraníes a Damasco. La policía militar rusa patrullará las áreas retomadas por el régimen en el sur de Siria. El paso fronterizo entre Jordania y Siria se abrirá para permitir que los camiones jordanos se dirijan hacia el norte, a fin de ayudar a Ammán a impulsar su economía en profunda crisis.

Ignatius critica los acuerdos. Para él, las promesas rusas de mantener a los iraníes a distancia no son confiables y la Guardia Revolucionaria iraní y las milicias chiítas podrían fácilmente volver a infiltrarse en las áreas, bajo los auspicios del ejército sirio. El periodista cita a funcionarios en Gran Bretaña y Francia que dudan de la disposición de Rusia de cumplir sus compromisos, y también se queja de que los rebeldes sunníes en Siria, a quienes la administración de Obama dio un apoyo limitado, han sido abandonados.

Israel aún no ha especificado cómo lidiará con las “personas locales”: las milicias sunníes en el lado sirio de la frontera en el Golán, a las que en los últimos años ha proporcionado ayuda humanitaria, ropa, alimentos y atención médica. Las declaraciones de Netanyahu, el ministro de Defensa Avigdor Lieberman y el portavoz de las FDI en los últimos días se han referido sólo a los refugiados que llegaron a la frontera la semana pasada, y no a los habitantes de las aldeas protegidas por las milicias. Sin embargo, a la luz de las repetidas declaraciones israelíes sobre su política de no intervención en Siria, y ante los informes de acuerdos con Rusia, Israel probablemente no otorgará ayuda militar a los rebeldes en el Golán sirio.

El refuerzo de tropas israelíes en los Altos del Golán, la visita relámpago del Jefe del Estado Mayor de las FDI, Gadi Eisenkot en Washington, y las frecuentes consultas de líderes políticos y militares muestran que Israel está entrando en una fase muy delicada con respecto a la guerra civil siria. Proteger sus intereses de seguridad en el norte mientras se evita entrar en la lucha misma se está convirtiendo en un desafío inmediato esta semana. Requerirá una gran precaución y continua transmisión de mensajes difíciles.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico