Enlace Judío México.- Andrés Manuel López Obrador fue elegido presidente de México con 53 por ciento de los votos y una diferencia de 20 puntos respecto al candidato que salió segundo. El impresionante respaldo popular que consiguió es también un mandato para impulsar un cambio: los mexicanos rechazaron la corrupción de los políticos tradicionales, la violencia generalizada y la pobreza que sufre más del 40 por ciento de la población.

PATRICIO ABRAMZON

Pese a haber sido calificado de populista, AMLO es todavía una incógnita. Mientras que muchos observadores lo comparan con Hugo Chávez, otros afirman que es la versión mexicana de Donald Trump. Sin embargo, Dina Siegel Vann, la directora del Instituto Belfer para Asuntos Latinos y Latinoamericanos del AJC (BILLA), afirma que es preciso interpretarlo más bien como un fenómeno estrictamente mexicano, sin caer en paralelismos simplistas.

Oriunda de México y directora entre 1982-1996 de Tribuna Israelita, institución de la comunidad judía mexicana enfocada en la opinión pública nacional, Siegel Vann ha sido reconocida como una de las latinas más influyentes en Washington. Con una larga trayectoria trabajando por el fortalecimiento de los vínculos entre Ibero-America Estados Unidos e Israel, mira con expectativas el nuevo proceso que se inicia en su país natal. En diálogo con AJC Latino, Dina analiza esta elección histórica, sus implicancias para el hemisferio, y los interrogantes respecto al futuro de las relaciones con Jerusalén, que en los últimos años han transitado senderos sumamente positivos.

AJC Latino: En su discurso de la victoria, AMLO dijo que iba a salir de gira por el país para reencontrarse con sus votantes, algo parecido a lo que hizo el presidente Donald Trump tras su triunfo en noviembre de 2016. ¿Hay similitudes entre ellos?

DSV: México es México. Obviamente, uno puede encontrar algunos rasgos similares entre distintos candidatos en todo el mundo, ya que son políticos y echan mano de estrategias y retorica similares. Pero sería muy cautelosa de hacer una comparación fácil entre ambas figuras. Claramente, ambos apelaron a los intereses y valores de sus bases. La diferencia es que, en primer lugar, Andrés Manuel López Obrador llega a la presidencia con un apoyo de más del 50 por ciento de la población. O sea, el sistema electoral mexicano y el americano son muy diferentes. En México hay elecciones directas. Entonces, AMLO recibió un mandato claro, de la mayoría de la población mexicana, para implementar su programa de gobierno. En segundo lugar, están los mensajes. El discurso de justicia social de Andrés Manuel López Obrador tuvo mucha resonancia entre los mexicanos. Especialmente en un momento en donde la corrupción ha corroído mucho el tejido social. Más allá de la polarización causada por unas elecciones sumamente reñidas en momentos críticos para el país, su estrategia no se basó en la demonización del otro.

AJC Latino: Entonces, ¿cuál fue el mensaje? ¿Justicia social y lucha contra la corrupción?

DSV: Su mensaje se centra en fomentar la justicia social, luchar contra la corrupción y resolver el flagelo de la violencia. Este último es uno de los temas más importantes hoy por hoy en México. Solo en este año ha habido 26.000 muertos.

AJC Latino: Él en su discurso dijo “confíen en mí, voy a ser un buen presidente y voy a honrar las promesas que hice durante la campaña”. Por lo general, cuando llegan candidatos que prometen grandes transformaciones, siempre hay dudas respecto a que las puedan concretar una vez en el gobierno. ¿Crees que cumplirá con lo que prometió?

DSV: No lo puedo asegurar. Así lo esperamos, pero no te podría decir con certeza, justamente por lo que tú estás diciendo, porque son muchos los retos y porque todavía no hemos visto propuestas concretas. ¿Cómo va a implementar esta lucha contra la pobreza? ¿Qué va a hacer para luchar contra la corrupción y tratar de pacificar al país? No sabemos. No hemos visto propuestas concretas. Va a depender mucho de cómo operativiza esos objetivos y de quién se rodea.

AJC Latino: Hay grupos que no lo acompañaron. En general, entiendo que el sector empresarial no lo apoyó debido a supuestos temores. ¿Cuáles son esos temores? ¿Son reales?

DSV: Yo creo que los temores se basaron en las analogías que se hicieron con Venezuela y Cuba, por ejemplo. Se pensó en él como un nuevo Hugo Chávez, y eso a mucha gente la asustó. Sin embargo, ya en su discurso después de haber resultado electo llamó a la reconciliación nacional, dijo que el Banco de México iba a permanecer independiente, y está tratando de mandar mensajes de tranquilidad a los mercados internacionales y a los inversionistas en México. Sin duda, él necesita a los empresarios para poder llevar a cabo su programa de gobierno, las reformas sociales, generar empleos, etc. Ésta fue una sacudida al status quo, y siempre que hay un cambio de esta magnitud hay temores en el sector empresarial. Aunque eventualmente tuvo un encuentro con el mundo de los negocios y trató de llevar calma. Pero se encuentra con una disyuntiva: ¿Cómo logras un equilibrio macroeconómico, manteniendo las reformas que han posibilitado que México pueda crecer en las últimas décadas e insertarse en el contexto global, convirtiéndose en un país miembro de la OECD, y al mismo tiempo luchar en contra de la pobreza y tratar de aliviar la situación de casi la mitad de la población que implican ingentes recursos? ¿Cómo logras invertir más en educación, salud y vivienda, sin alterar el balance fiscal? Ese es el meollo del asunto.

AJC Latino: Ahora, tú eres una personalidad surgida de la comunidad judía de México. ¿Cómo ve la comunidad este proceso electoral?

DSV: La comunidad judía de México es una comunidad no partidista, plural. Hubo gente que apoyó a los candidatos de distintas fuerzas políticas. Las instituciones representativas se encontraron con todos los candidatos presidenciales y con aquellos a diputados, senadores, gobernadores, etc. Como tú sabes, hubo también cambios en ambas cámaras, y se eligieron gobernadores y alcaldes. Creo que se eligieron 3.600 nuevos funcionarios. Para todos los mexicanos se trata de una victoria para la democracia. Creo que el hecho de que se llevaron a cabo elecciones libres y competitivas, en donde la alternancia política se produce en relativa tranquilidad, es ya de por sí un comentario muy favorable respecto al estado de cosas en México. Al mismo tiempo, tienes una sociedad civil que está muy atenta a la calidad de la democracia, exige mejoras y apuesta por la construcción de una sociedad más inclusiva, próspera, estable y pacífica. La comunidad judía tiene un rol muy importante en dicha sociedad civil y continuará mostrando su compromiso, apoyando al nuevo gobierno, por el bien de México. Creo que un hito que merece ser destacado es la elección de Claudia Sheinbaum, del partido MORENA, de López Obrador, como la primera mujer, y la primera mujer judía, para el cargo de alcalde de la Ciudad de México.

AJC Latino: ¿Cómo ves la orientación a futuro de la política exterior del nuevo gobierno y en particular la relación con Israel?

DSV: Se ha hablado desde la campaña de la posibilidad de que México regrese a sus principios tradicionales de política exterior, la autodeterminación de los pueblos, la no injerencia en los asuntos de otros países, etc. Esperamos que en un mundo cada vez más globalizado, en donde la interdependencia con Estados Unidos y otras partes del mundo es tan profunda, México no permanezca aislado, sino que continúe jugando un rol activo. Es un buen signo el que Marcelo Ebrard, haya sido designado como el nuevo Canciller ya que cuenta con sólida experiencia en el entorno internacional. Con respecto a Israel, esperamos que no se dé marcha atrás a los avances que se han producido en la última década, sino que prevalezca esa relación basada en intereses, valores comunes e historias compartidas. Creo que muchos de los intereses que priman hoy por hoy entre México e Israel permanecerán vigentes.

AJC Latino: ¿Cuáles son esos intereses?

DSV: Hay muchísima inversión en ambos países. Creo que para México, Israel es un recurso muy importante en el manejo del agua, la agricultura, seguridad y muchos otros temas. Además, se han firmado varios acuerdos de todo tipo. Con la visita del primer ministro Netanyahu se cerraron acuerdos culturales, educativos, de intercambio, etc. Ellos seguirán siendo muy relevantes. Por otro lado, México tiene bien presente la ayuda enviada por Israel tras el terremoto el 19 de septiembre último, con grupos de rescatistas que llegaron pocas horas después de ocurrida la tragedia. Y la comunidad judía continuará fungiendo de enlace entre ambos países. Creemos que desde el punto de vista pragmático, además del punto de vista emotivo, las relaciones que han perdurado por casi 70 años permanecerán vigentes.

AJC Latino: ¿Cuál es tu mensaje al candidato triunfante y a su equipo?

DSV: Yo creo que México se enfila en un nuevo camino. La comunidad judía mexicana ha jugado un rol muy importante en diferentes momentos transformadores de México. Sabemos que la comunidad acompañará una vez más esos procesos. La comunidad judía estadounidense, con organizaciones como el Comité Judío Americano (AJC), que es una organización amiga de las relaciones entre México y Estados Unidos, y México e Israel, tiene la mejor de las disposiciones para apoyar, asesorar, y ser parte también de este proceso. Más aún, en momentos en que la relación entre México y Estados Unidos atraviesa por instancias complicadas. Es nuestra esperanza que con este nuevo gobierno se puedan encontrar cauces de diálogo y colaboración, para ahondar aún más la relación en ambos lados de la frontera.

 

 

*Patricio Abramzon es director asistente para medios en español del AJC

 

Fuente:ajc.org