Enlace Judío México.- Una de nuestras lectoras expone sus dudas acerca de sus apellidos a nuestro experto en genealogía judía.

Pregunta:

Con el fin de solicitar la nacionalidad española, agradecería me informaran si es sefardí mi apellido

Soy González

Mi padre: González Cabrera

Mi abuelo: González Padilla

Mi bisabuelo: González Herrera

Todos venezolanos

Todos estos apellidos aparecen en la lista, pero ¿cómo puedo comprobar si algún ascendiente mío fue sefardí, si no tengo conocimiento de mi familia más allá de mi bisabuelo? Y si lo hubo antes del 1800 ¿Cómo saberlo?

Muy agradecida por la ayuda que puedan prestarme.

Aida González

Respuesta de Alejandro Rubinstein:

González

González es un patronímico pues goza del sufijo ez que es indicativo de ser hijo de Gonzalo.

A su vez, Gonzalo deriva del alemán pues su raíz etimológica es Gundisalv. Voz compuesta de Gundis (lucha, combate o pelea) y el sufijo Álvaro que se asocia al latín álbum que es el color blanco.

Quien combate de manera blanca o limpia, lo convierte en un luchador ético, noble y con valores que le permite reconocer su calidad, aún en situaciones de lucha. En el caso de Antúnez, se trata de una derivación del nombre propio Antonio y el sufijo ez nuevamente nos conduce a un apellido patronímico.

Mientras que Gutierre Tibón rechaza como pseudo etimología de Antonio al vocablo griego anthos, Alfred Kolatch le atribuye precisamente el significado de floreciente a consecuencia de dicha voz y, más aún, indica que en latín significa digno de alabanza.
Este apellido fue acuñado originalmente en Portugal y, de allí, llego a Brasil.

González es un apellido que fue o es empleado por miembros de la colectividad judía.

Herrera

De las montañas de Santander, que según algunos genealogistas se deriva de la casa de Lara. Se extendió por la Península con la Reconquista, probando su nobleza en innumerables veces, en las Órdenes Militares, una rama pasó a Cuba y otra a la conquista de las Islas Canarias.

Por ello, es comprensible que se haya concedido el marquesado de este étimo familiar por parte de Carlos IV el 9 de noviembre de 1790 en favor de Don Vicente Herrera y Rivero, quien fuese el Caballero de Carlos III.

Su significado deriva de provenir del metal más fuerte, hierro, siendo esta fórmula una expresión de la ocupación de los primeros usuarios de este apellido.

Múltiples son las fórmulas derivadas entre las que se destacan, desde el punto de vista sefaradí, las de Fereres por provenir de la población en la provincia de León, España y que se conocía a sus pobladores como inmigrantes de la comunidad judía de Marruecos y la de Erera que, aunque la grafía original incluye la letra h, se pierde al emigrar a Turquía y países como Grecia o la antigua Yugoslavia, países en donde dicha letra no tiene validez idiomática.

Cabrera

Ya desde 1473 en Córdoba, España se da cuenta de la presencia de judíos portadores de este nombre de familia. Faure, Ribas y García rechazan que sea un nombre femenino referente a la pastora de cabras ya que, más bien, lo ubican como un topónimo a lo largo de la Península Ibérica.

De hecho, se pueden citar La Cabrera en Madrid, la Sierra Cabrera en Almería, Cabrera de Mataró en Barcelona, Isla de Cabrera en Baleares o La Cabrera en Guadalajara entre muchas otras más.

Si se acepta el que sea un nombre de lugar, entonces su significada es lugar de cabras o lugar apto para el pastoreo caprino.

Entre las múltiples variantes de este apellido están las de Capra, Caprini, Chiabrera o Capraro en italiano; Chèvre, Laquiévre o Cabré en francés y las de Ziege, Ziegenhain o Ziegenbein en alemán.

Los procesos de inquisición de Granada dan noticia de cuando menos una persona procesada bajo la fórmula de Cabrera. Vale dejar constancia de que hay o hubo presencia de miembros del Pueblo Hebreo en Málaga bajo esta fórmula nominativa.

Padilla

Sin antecedente alguno de haber sido parte de los apellidos empleados por judíos, se trata de una sartén pequeña o vasija. Es preciso indicar que este significado se asocia más a que las poblaciones que portan este nombre son depresiones del terreno que se asocian, de manera figurativa, con la re expresión del sustantivo del que deriva este apellido.

Entre los lugares más conocidos con este nombre familiar están Padilla de Abajo y Padilla de Arriba en Burgos, Padilla de Duero en Valladolid, Padilla de Hita y Padilla del Ducado en Guadalajara.

Unas variantes o derivados de este apellido son Padillo en Filipinas, Padelas o Paella en Cataluña y Padella, Padellari, Padelletti, Padellano o Paeilla en Italia.

Su popularidad es tal que en Honduras es el apellido número 31 en frecuencia, el 42 en Filipinas, el 79 en México, el 83 en Bolivia, el 156 en España, el 167 en Colombia, el 178 en Perú, el 184 en Ecuador, el 213 en Venezuela y el 417 en Estados Unidos.