Enlace Judío México.- “Shoah” en hebreo significa catástrofe, y precisamente éste fue el nombre elegido por Claude Lanzmann (1925-2018) para su magno documental que da cuenta del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

PERLA SCHWARTZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El recientemente desaparecido periodista galo nos entrega una obra fílmica con una duración de 566 minutos (un poco más de 9 horas) donde reúne testimonios de víctimas, verdugos y testigos de esa gran masacre perpetrada por Hitler.

“Shoah” estrenada en 1985 es una muestra de historia oral, donde en muy pocas ocasiones se recurre a la voz en off, más bien se opta por dar voz a quiénes la sobrevivieron y fueron partícipes de una u otra manera.

El libro alusivo fue publicado hace quince años, es decir en el 2003; filme polifónico puesto que está hablado en francés, alemán, inglés, italiano, yiddish, hebreo y polaco.

El trabajo de Lanzmann está filmado en variados escenarios, y es elocuente por sí mismo; tiene algunos momentos muy estremecedores como cuando, por ejemplo, se da cuenta del número de vagones de un tren o las dimensiones de determinado horno crematorio.

Se prescinde de la banda musical, el hilo conductor son las entrevistas colectivas e individuales. Tributo amoroso hacia el exterminio judío.

Claude Lanzmann fue un hombre muy intenso. Nació en la población de Bois Colombes, Francia, en 1925; nunca renegó de su ascendencia judía, sin embargo, de pequeño nunca pisó ninguna sinagoga.

Y tampoco fue criado en un seno religioso, de ello da cuenta en sus memorias “La liebre de Patagonia” (editado por Seix Barral en 2009). Colaboró en “France Dimenche” de 1950 a 1970, haciendo múltiples entrevistas como a Charles Aznavour o Jean Paul Belmondo.

Posteriormente colaboró en “Le Monde”, admiró profundamente a Jean Paul Sartre, sobre todo por su libro “Reflexiones sobre la cuestión judía”; éste, admirando su talento lo invitó a colaborar en la revista “Les Temps Modernes”, donde Lanzmann conoció a la pensadora Simone de Beauvoir y durante 7 años vivió un triángulo amoroso con ella y Sartre.

“El antisemitismo previo a la guerra fue muy violento, lo que terminó afectándome incluso a mí”, comentó en cierta ocasión.

Cuentan que durante sus últimos años, Claude Lanzmann, el cineasta de la memoria, era un hombre solitario e iracundo. De mirada dura y sonrisa difícil; sin duda su gran legado es “Shoah”, el proyecto central de su vida.