Tishá b’Av: ¿Cómo aprender de la tragedia?

Enlace Judío México – Se acerca Tishá b’Av, en este día los judíos lloramos y nos afligimos por la destrucción del Segundo Templo y la llegada del Exilio romano. Aprendemos a ver la luz a través de la oscuridad y a encontrar aprendizaje y fuerza en la tragedia. La siguiente reflexión de Rab Yaakov Menken nos recuerda la importancia de este día y nos invita al aprendizaje. Esperamos les guste.

Aprendiendo de la tragedia. Rab. Yaakov Menken

En la lectura de hace unas semanas la Torá nos enseña una lección tras la muerte de Nadav y Avihu; los hijos de Aarón, quienes trajeron “un fuego extraño” frente a D-os (Lev 10: 1-3). Tras su muerte la Torá nos dice: “HaShem dijo a Moisés, habla con tu hermano Aarón y no debe venir a su deseo al lugar sagrado” (16:2)

Rabí Eliezer ben Azaria explicó esta situación con una parábola. Un enfermo visitó a varios doctores. El primero le recomendó no comer alimentos fríos ni dormir en lugares abandonados. Mientras que el segundo, le recomendó no comer alimentos fríos ni dormir en lugares abandonados para que no muriera como lo hizo tal o cual persona. El último doctor tuvo mucha mayor influencia en el paciente que el primero. Rab Eliezer nos dice que ésta es la razón por la cual a Moisés se le ordena dar esta instrucción “tras la muerte de los dos hijos de Aarón.”

Incluso en la tragedia, se nos pide encontrar oportunidades de crecimiento.

Al final del tratado de Macot, el Talmud nos dice que Rabí Gamliel, rabí Eliezer ben Azaria, rabí Yehoshua y rabí Akiva todos viajaron a Jerusalén una vez que ya había sido destruida. Cuando alcanzaron el Templo del Monte vieron a un zorro salir de dónde se encontraba el Santuario, el lugar más sagrado del mundo. Los otros tres grandes maestros lloraron, pero rabí Akiva se rió.

¿Por qué se rió? Explica que Yeshayahu HaNavi, el profeta Isaías, conecta la profecía de Uriá, quien dijo que “Zión será arada como un campo” [Mica 3:12] con la de Zacarías que dice “ancianos, hombres y mujeres volverán a sentarse en las calles de Jerusalén” [Zacarías 8:4]. Hasta no haber visto cumplida la profecía de Uriá, rabí Akiva nos dice, tenía miedo que la profecía de Zacarías jamás se cumpliría. Pero ahora que la profecía de Uriá se ha cumplido es seguro que la profecía de Zacarías también lo hará, concluyó.

Sus compañeros reconocieron la verdad expuesta por rabí Akiva y declararon que los había consolado. Sin embargo, ¿a qué se refería rabí Akiva? ¿Cómo sabía que el aparente cumplimiento de una profecía probaba que la otra también sería realizada?

Rabí Akiva sabía que la profecía no describía un evento natural. No había espacio para la confusión. Una cosa es que un ejército invasor destruya grandes monumentos, incluso sitios religiosos de distintos lugares; ISIS lo hace todo el tiempo hoy en día y otra lo que sucedió. Los romanos que eran idólatras y creían en varios dioses no destruyeron los sitios de otras religiones, y esta vez “araron” el lugar, como si fuera un campo. ¿Cuándo antes se había escuchado de un esfuerzo tan grande para eliminar por completo la existencia de un edificio? Y aún así sabemos que ocurrió y sabemos que fue en Tishá b’Av, el Nueve de Av.

Cuando alguien ve la evidencia de dicho odio tan irracional y sobrenatural y el milagro de la sobrevivencia judía, debemos reconocer que también estamos viendo la sobrevivencia de la redención judía.

Fuente: torah.org

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Sefora: Séfora es una mujer adulta con corazón de niña, cree fuertemente en que el único sentido del hombre es ético y como tal tiene una misión en la vida. Quiere recuperar una tradición perdida y agradece a Dios todos los días haber nacido como mujer. Le gustaría llegar a ser excelente ama de casa un día. Recuerda que la raíz de su nombre es hebrea (Tzipora) y quiere decir pájaro, símbolo de la libertad; para ella, el bien más preciado. Ve en el judaísmo una fuente de vida muy valiosa y se acerca a rabinos, escritores y personajes judíos para interpretar su mundo. Busca traducir palabras bellas para que más personas puedan encontrase en este mar.