Enlace Judío México – Ahora que el Departamento de Justicia de California reconoció que los crímenes de odio aumentaron 18% en el estado, a pesar que ahí mandan los latinos en muchas áreas y de ser uno de los estados más progresistas, vale la pena recordar que desde hace dos sexenios se encuentra en la congeladora la idea de una Liga Antidifamación Mexicana.

GARDENIA MENDOZA

Inspirada en la exitosa organización judía, la propuesta se presentó al inicio del mandato de Felipe Calderón, por parte de un grupo de mexicoamericanos y migrantes integrados a la red de talentos del Instituto de Mexicanos en el Exterior, en una reunión donde el Presidente dio un rotundo sí.

Pero como en toda retórica, la respuesta positiva de Calderón —improvisada por el acalorado discurso políticamente correcto del momento— pronto se topó con la realidad de la falta de dinero para la embestida de acciones concretas y persistentes. Luego Enrique Peña ni movió el asunto.

La Liga Antidifamación Mexicana (LAM) proponía demandas legales contra medios de comunicación que divulgaran información tergiversada en contra de los mexicanos y su cultura en la Unión Americana, tal y como ocurre actualmente en algunos medios de comunicación nacional y muchos locales atizados por el discurso antimexicano de Donald Trump.

Tammy Gillies, una de las activistas contra la discriminación más agudas en EU, advirtió que las cifras oficiales sobre el tema están muy por debajo del incremento real en la era Trump, y calculó en hasta 52% el incremento de crímenes de odio, principalmente contra mexicanos, pero otras razas y comunidades no están exentos.

Desde que el magnate tomó el poder en 2015, la Asociación de Centros Comunitarios Judíos reportó al menos 68 amenazas de bomba y 200 lápidas de sus cementerios vandalizadas.

De los ataques a mexicanos se sabe por la prensa de casos extremos, como la paliza que recibió un anciano en estos días o enfrentamientos en supermercados donde hombres y mujeres de raza blanca abordan a latinos y les gritan todo tipo de improperios y el ya clásico “¡Go home!”.

El esfuerzo que requeriría una LAM sería de mucho dinero y seriedad. Los mexicanos en EU no han podido solos y por eso han intentado, sin éxito, ayuda gubernamental de este lado de la frontera.

Requiere la contratación de personal capacitado para investigar, documentar y contraatacar las políticas discriminatorias, incluso con estrategias de marketing para que complementen la buena voluntad diplomática y las asociaciones probono.

La liga antidifamación judía se posicionó políticamente el siglo pasado por ganar jugosos juicios contra radicales como el Ku Kux Klan, al que le llegó a sacar 40 millones de dólares en una sola demanda, a la vez que envió el mensaje de que con el racismo no se juega sin pagar un precio. La versión mexicana tendría mucho terreno ganado si y sólo si hay presupuesto.

Fuente: El Heraldo de México