Enlace Judío México.- La llegada masiva de solicitantes de asilo y de protección internacional que se está viviendo en Europa a causa de las guerras y masacres en masa de la población civil en Medio Oriente es conocida. Por mi parte, mi opinión desde finales del 2015 no ha variado mucho, la publiqué en la revista Claves de Razón Práctica en enero del 2016: “Europa ante sí misma” . Entre tanto, como es tristemente sabido, la desunión entre los estados europeos se ha agravado dentro de la Unión Europea.

RAMÓN PUIG

En el reciente Consejo Europeo del 28 y 29 de junio, las propuestas que la Comisión Europea había hecho hace tres años para establecer unas medidas solidarias en materia de asilo, acordes con las Convenciones de Naciones Unidas que todos los estados de la UE tienen suscritas, han sido definitivamente enterradas por los Estados de la UE.

Mirando al pasado

Hace escasas semanas me daba yo una vuelta por la hemeroteca de Gotemburgo para leer lo que se discutía hace ochenta años sobre otra “crisis de refugiados”, la de los judíos que necesitaban salir de Alemania y de Austria tras las nefandas leyes de Núrenberg y la Anschluss, cuando la discriminación y la persecución estaban ya en marcha. En concreto quise ver las crónicas y editoriales de los diarios suecos sobre aquella conferencia, que reunió del 6 al 15 de julio de 1938 a numerosos países occidentales en el hotel Royal de Evian (Francia), junto al lago Leman.

No soy quien para resumir aquellos debates que concluyeron con la constitución de un Comité Intergubernamental para los Refugiados en Londres (al que no se dotó de recursos) y que confirmaron lo que ya pensaban los nazis: que, ante lo que ya se avecinaba, los gobiernos occidentales no se iban a mover en ayuda de los judíos que deseaban escapar por la estrecha puerta cinicamente abierta por el III Reich.

Concurrieron 27 países de América y de Europa, además de la Liga de Naciones. España estaba en guerra y el Estado Vaticano no asistió. Para más inri, el “Alto Comisionado Alemán para los Refugiados” (sic) también fue uno de los invitados. Los judíos de Palestina fueron sólo “observadores”. Por otro lado, la potencia que tenía el mandato sobre ese territorio (Gran Bretaña) exigía que para un judío pudiese refugiarse en Palestina debía acreditar un capital de 1000 libras esterlinas de la época. Así que el representante británico en Evian, Lord Winterton, no mencionó Palestina como lugar de acogida, aunque sí se le ocurrió ofrecer Kenia como destino. El popular vespertino sueco Aftonbladet del 16 de julio lo anunciaba con un titular a toda página.

Hay un extenso resumen en inglés de las conclusiones donde se cita la cínica conclusión de su presidente:

“I am happy to report that, due to the serious spirit of co-operation which has animated this first intergovernmental meeting, due to the deep-rooted conviction that we were dealing with a harrowing human problem, we have been able to recommend to our respective Governments the establishment of machinery that should, if we keep the wheels turning, bring about a real improvement in the lives and prospects of many millions of our fellow-men…

Our work must, and it will, continue, tirelessly, without interruption…..

From this time forward, the Intergovernmental Committee is in permanent session. I shall expect the participating Government to remain in close contact with the Chairman in the interim between the adjournment to-day and the reconvening at London.”

Cuatro meses más tarde, en noviembre, mientras se seguía soñando con apaciguar a la bestia hitleriana, en Alemania se producía la noche de los cristales rotos, el prólogo de lo que sería la Soah. Hitler ya tenía manos libres para el genocidio que siguió.

Por entonces, el pangermanismo tenía muchos adeptos en Suecia y las relaciones del abundante sector germanófilo de la sociedad sueca con el III Reich se reflejaban en las giras turísticas que publicitaba el diario Aftonbladet

El día 15 de julio, con motivo de la conclusión de la Conferencia de Evian, el mismo vespertino de Estocolmo, en su página editorial recomendaba al gobierno sueco:  ¡NO IMPORTEMOS LA CUESTIÓN JUDÍA!

Probablemente se inspiraban en lo que el representante australiano en Evian, el Coronel Thomas W.White, Ministro de Comercio y Aduanas, había dicho: En nuestro país no tenemos problemas raciales así que no queremos importar uno.

Los principales diarios suecos de ámbito nacional reseñaron escasamente los debates de aquella conferencia, en la que curiosamente y como excepción, una dictadura latinoamericana, la de Trujillo, se ofreció a acoger y dar tierras a 100.000 judíos. Los motivos de aquél (que Vargas Llosa retrata en La fiesta del chivo) no estaban desprovistos del interés que tenía en aumentar la población blanca y además los nazis sólo permitían a los judíos expatriarse con lo puesto durante un breve período en que esta posibilidad estuvo abierta. Los que consiguieron llegar a la República Dominicana fundaron la ciudad de Sosúa, que mantiene un museo virtual, en donde entre otras cosas se pueden ver las fotos de los niños judíos que llegaron o nacieron allí.

Una excepción en la prensa sueca de la época

El único diario sueco (de Gotemburgo) que informó día tras día sobre la Conferencia de Evian fue el Göteborgs Handels -och Sjöfarts- Tidning, más conocido como GHT. Fue el único periódico que se pronunció desde muy pronto contra la Alemania Nazi. Lo que le valió encendidas protestas de Herman Göring ante el gobierno sueco y condujo al secuestro de GHT en varias ocasiones. En Suecia se trataba de domesticar a Hitler con una política neutral y “apaciguadora”.

El 7 de julio de 1938 el GHT informaba de la propuesta francesa para que los judíos fuesen acogidos en “los ricos y poco poblados países de Sudamérica”. La respuesta de Trujillo ya la hemos resumido (Virgilio Trujillo Molina le representaba en la conferencia). La de los demás representantes latinoamericanos no la he consultado. Por el Perú estuvo alguien con un apellido bien conocido en su país, el filósofo, escritor y diplomático Francisco García Calderón Rey (1883-1953) acreditado en Francia como ministro plenipotenciario.

El representante inglés Lord Winterton proponía que los judíos en general se expatriasen en las colonias británicas y que los judíos alemanes se fuesen a Rumanía y Grecia.

El 8 de julio informaba bajo el título de Negras perspectivas en el Congreso de Evian que Gran Bretaña no manifestaba ningún interés y que Francia no acogería a ninguno.

El 11 de julio el periódico informa de que en Evian no se ha organizado ninguna protesta contra la barbarie del III Reich y que los participantes se muestran satisfechos con lo magros resultados de la conferencia.

El 12 de julio se hace eco de la posición sueca: su representante, Gösta Engzell manifestó que en cualquier caso sólo se acogería a quienes coincidiesen con el perfil que el país necesitase.

El 15 de julio el editorial de GHT se abría manifestando que está claro que la Conferencia de Evian no ha conseguido soluciones para la cuestión de los refugiados. Hacia el final del texto, después de reclamar que se acabe la ceguera con que se afronta la situación creada por el nazismo, proclamaba lo que, en aquellas fechas, no era entendido por otros: Los delirios raciales no deben dirigir el destino de Europa.

El trouble maker que escribía esto, el director de aquel periódico, odiado por los nazis y por quienes les apoyaban en Suecia, Torgny Segerstedt, no tuvo la satisfacción de ser testigo de la capitulación del III Reich, pues falleció el 31 de marzo de 1945.

¿Hacia dónde vamos?

En Suecia no ocurre ya lo mismo, de hecho es el estado europeo que más refugiados acoge en proporción a su población y que, junto con la Alemania de Merkel, mejores medios de integración ofrece.

Pero sobre las posibilidades que el Consejo de los Estados Miembros de la UE ha pergeñado hace poco más de una semana para los solicitantes de asilo o de protección internacional, tendremos que acabar diciendo aquello que expuso Chaim Weizmann a un periodista del Manchester Guardian en 1936 refiriéndose a los judíos: El mundo parece dividido en dos partes: aquellos lugares en los que los judíos no pueden vivir y aquellos en los que no pueden entrar.

El grupo de países de Europa que conforma lo que se está denominando “el frente del rechazo” se han alineado con la segunda de las actitudes (entrada cero) frente a los refugiados.

Otros andan proponiendo medidas que no están nada claras y algunos de los del welcome no parecen entender que la acogida sin una buena organización y financiación de la integración no basta.

Sigo pensando que sólo un frente de auténtica cooperación reforzada (como la contempla el Tratado de la UE) puede desatar este nudo gordiano.

Es triste constatar que aunque los tiempos son otros, ochenta años no son nada y las pasiones y los pretextos son los mismos.

 

 

Bibliografía

Paul R. Bartrop, The Evian Conference of 1938 and the Jewish Refugee Crisis, Palgrave/ Macmillan, 2018.

 

 


Fuente:ensondeluz.com