Enlace Judío México – Cientos de personas se manifestaron en la Plaza Habima de Tel Aviv como parte de la protesta de la comunidad drusa contra la polémica Ley del Estado Nación Judío.

HASSAN SHAALAN, MORAN AZULAY

El Dr. Sami Awad, médico druso de 54 años, padre de tres hijos, y experto en recursos humanos Daliat al-Carmel cerca de Haifa dijo a la multitud: “Iremos a Jerusalén, comenzaremos una huelga de hambre, y bloquearemos las carreteras si la ley se mantiene, exigimos igualdad para todas las minorías”.

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, se reunirá este domingo con los jefes de los partidos de la coalición en un esfuerzo por reparar la brecha entre la comunidad drusa y el gobierno en torno a la ley.

Asimismo, se llevará a cabo una reunión con los jefes de las autoridades locales de la comunidad drusa e, inmediatamente después, las distintas partes comenzarán a formular una solución.

“Hace unos cuatro años me liberé del ejército tras un servicio de 32 años, desde 1982”, dijo el Dr. Awad.

“Imparto conferencias en varias organizaciones, colegios y universidades, en Israel y en el extranjero. Soy asesor organizacional, pero también preparo a los jóvenes drusos para su servicio en las FDI”, explicó.

Miembros de la comunidad drusa en Israel protestan contra la Ley del Estado-Nación Judío. Foto: Facebook

“Quiero decirles que el ejército es el único lugar donde me sentí igual a otros, pero no del todo igual. Serví con mis amigos judíos, y volvía a una casa sin permiso de construcción, sin conexiones legales de electricidad, a un barrio sin infraestructura y sin servicios básicos”, continuó.

“Cuando viajo al centro del país, veo nuevos vecindarios en Yokneam y ciudades como Harash y Modi’in. Y en mi ciudad, todavía están lidiando con problemas de conexión de agua y electricidad, en el mejor de los casos. Cuando salgo del país, soy interrogado constantemente hasta que muestro mi tarjeta de identificación”, agregó.

“En casa fui enseñado a contribuir, devolver y amar a Israel, como otros jóvenes drusos en este país”.

“En la década de 1950, mi padre sirvió como combatiente en las FDI, al igual que mi abuelo anteriormente. A pesar de todo, hoy nos sentimos diferentes, discriminados y heridos por las injusticias. Sin embargo, me llené de orgullo y serví muchos años en el ejército porque sentí que era mío, que Israel es mi país”, expresó.

El vínculo entre los judíos y la comunidad drusa es natural, dijo el médico a la multitud, estableciendo un paralelismo entre el estatus de su comunidad y el de los judíos de la diáspora.

“La existencia del Estado de Israel nunca fue garantizada a pesar del Holocausto que aceleró su creación”.

“¿Qué pasa ahora? Tras la aprobación del proyecto de ley del Estado-nación, hay fuertes emociones. ¿Por qué? La ley permite la discriminación, sin la discreción de nadie. La ley simplemente dice: discriminar entre un judío y un no judío. La ley es terrible no por lo que dice, sino por lo que le falta”, argumentó el Dr.Awad.

“La ley no menciona la igualdad ni a otras minorías, sólo a judíos. El artículo 1c, el más dañino, establece que sólo los judíos tienen derecho a la autodeterminación nacional en el Estado de Israel. “Eso significa que no puedo definirme a mí mismo, no tengo definición. Yo, que serví 32 años en las FDI, no sé cómo definirme”, lamentó.

“¿Soy un mercenario? ¿Un invitado temporal aquí? ¿Un transeúnte? ¿He servido a mi país 32 años por nada?”, Preguntó, describiendo el sentimiento que ha surgido como resultado de la ley.

“¿Cómo puedo ahora convencer a un joven druso a que se aliste en el ejército para contribuir a este país que la ley declara que no es suyo? ¿Cómo miraré a mi hijo dentro de ocho años, cuando llegue la hora de alistarse? ¿Le diré que después de 32 años en el ejército no quiero que se aliste porque ya no es nuestro país? ¿Qué pasará después? ¿Qué sucederá en 10 o 20 años? “

“¿Qué será de los soldados que actualmente sirven en las FDI, cómo mirarán la bandera, mientras, de acuerdo con la definición de esta ley superflua y divisiva, son simplemente mercenarios”, preguntó.

“Perdí a soldados en el campo de batalla y acompañé a familias en duelo durante años, sentí su dolor… ¿qué pasará bajo esta nueva realidad? No lo sé, la calle drusa está indignada hoy, no tiene sentido hacer nada si no tengo todos mis derechos como ciudadano igual que otros”, dijo.

Awad destacó la contribución del sector druso al ejército y al país. “Es cierto que somos sólo 125,000 miembros en la comunidad, pero tenemos muchos derechos en este país: hay 142,000 drusos en Israel, dos generales en las FDI, 18 generales de brigada, uno de los que desarrollaron la Cúpula de Hierro es un oficial druso, residente de una aldea en el norte. 427 drusos han caído en las guerras desde el establecimiento del Estado de Israel”.

El Dr. Awad elogió la contribución de médicos, académicos y científicos drusos.

Dirigiéndose al primer ministro agregó: “Quiero recordarle que hace 50 años, cuando usted era comandante de la unidad de comando Sayeret Matkal en el Monte Hermón, quedó atrapado en una tormenta de nieve. La persona que lo ayudó es uno de los residentes del norte, Salim Shufi, un joven druso que lo rescató junto con todo su equipo. ¿Cómo no recordaron a Salim cuando aprobaron esta nueva y espantosa ley?” preguntó.

Amal Assad

“Construimos este país junto con los judíos, no estamos en contra del Estado, bajo ninguna circunstancia… Estamos a favor de la igualdad para todos los residentes sin importar su religión… La Declaración de Independencia es la base, y es nuestra Ley del Estado-Nación”, dijo anteriormente un ex comandante druso, general de brigada (res.) Amal Assad..

“Después de construir esta casa junto con los judíos, la Ley del Estado-Nación excluye a la comunidad drusa de esa misma casa”.

“Apoyamos el hecho de que Israel es un Estado judío incluso antes de su creación y continuaremos haciéndolo con o sin la ley”, explicó.

“Pero, por alguna razón, la comunidad drusa se quedó atrás. He servido en las FDI para este país durante 26 años y tengo el derecho de exigir que lo que es suyo sea mío también”, continuó.

“Tenemos la intención de tomar medidas adicionales, sin que sean imprudentes. Estamos pensando juntos sobre nuestros próximos pasos para enmendar la ley. La mayoría de las personas, incluidos los ministros, están comenzando a entender que esta ley es mala para el Estado, mala para los ciudadanos judíos y mala para otras minorías”, afirmó.

“Me enorgullece ser miembro de la comunidad drusa … La Ley del Estado-Nación nos ha perjudicado, no queremos leyes separadas… Estamos orgullosos de la bandera, los símbolos nacionales y la Declaración de Independencia. El Estado debe ser un país para todo su pueblo, para sus ciudadanos judíos y no judíos que viven aquí”, insistió.

Shaher Mahameed, un paramédico del servicio de emergencia Maguén David Adom en Haifa agregó: “He trabajado en este campo más de 20 años, tratando a judíos y árabes sin ninguna diferencia. Salvé vidas de judíos muchas veces. Tras su recuperación, recibí varias muestras de agradecimiento. Desafortunadamente, el gobierno aprobó una ley racista que discrimina entre árabes y judíos. En lugar de respetarnos, Israel nos desacredita”.

Mientras tanto, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el ministro de Turismo Yariv Levin, quien dirigió el proceso legislativo, han expresado su oposición a enmendar la ley recientemente aprobada.

Netanyahu y otros funcionarios discutieron la posibilidad de agregar una ley que establezca un día en el calendario nacional oficial del Estado de Israel para celebrar a la comunidad drusa y su contribución al país.

Además, se agregará una ley complementaria formulada por el Fiscal General Avichai Mandelblit y un asesor legal de la comunidad drusa para establecer el estatus del sector druso en el país.

El gobierno también considerará promover una legislación que dé preferencia a los drusos que sirven o sirvieron en las FDI.

El Ministro de Finanzas Moshé Kahlon trabajará sobre una serie de cuestiones planteadas por miembros de la comunidad drusa relacionadas con la infraestructura en las aldeas drusas, y el establecimiento de un programa para el empleo de mujeres drusas, entre otras cosas.

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