Enlace Judío México.- Cada familia escribe su “Diccionario del Amor” de acuerdo a las experiencias propias y las de las demás personas con las que conviven. Cada miembro de la familia se relaciona con diferentes partes del Diccionario y lo entiende a su manera.

RAQUEL SCHLOSSER

Cuando cada persona se encuentra con los Diccionarios de otros, de quienes se enamoran, tienen que confrontar sus propias traducciones y re-entender y re-escribir sus significados.

Los misterios del amor son infinitos.

Sé que la literatura sobre el tema de pareja es vasta y que siempre surgen las mismas preguntas: ¿Por qué se divorcian? ¿Qué separa a las parejas?
Treinta y ocho años he trabajado con los temas, desde mi tesis de licenciatura y desde 1997 con las Constelaciones Familiares, en el 2005 con la Psicología y la Filosofía Transgeneracional, un mundo nuevo de pensamientos y reflexiones.

Para mí la pregunta es ¿Cómo se atraen? Y ¿Cómo es que con tantas diferencias permanecen juntos?

Cada lunes, hace 21 años, tengo Taller de Constelaciones Familiares y Transgeneracionales (que son mi sello). Siempre abren mundos desconocidos y fascinantes.

Llegó M a mi taller de los #LunesDeConstelaciones, una mujer de 30 años, encantadora, buena profesionista, exitosa, con una vida sana y buen trabajo, un buen vínculo con sus hermanos.

Mi problema – me dijo – es que no sé qué me pasa con los hombres que salgo. No los puedo presentar a mi familia. Buenos partidos, me quieren, me tratan bien y pasa uno o dos años y se desesperan que no los llevo con mi familia, y yo no sé qué me pasa. Han sido ya tres relaciones en las que estoy enamorada y feliz, y no puedo dar el salto para presentarlos. Finalmente me dejan porque se ofenden de que los escondo. Mi familia nunca sabe si estoy saliendo con alguien. Sí, los escondo. Ya perdí buenas oportunidades.

M venía de una familia funcional, con su padre y madre juntos toda la vida al igual que los abuelos de ambas partes. Hacer nuevas preguntas te permite entrar a respuestas distintas. Así fue que indagué sobre las irregularidades y encontré que los varones de las familias, ambos abuelos y el padre, habían tenido amantes.

Aunque me duela decirlo, se da con frecuencia. El dato extraño que me sorprendió fue que la abuela materna también hubiese tenido un amante. Eran de un pueblo del Estado de México donde eso no podría haber sido tolerado. Tenía que descubrir su código de amor para entenderlo.

Los misterios del amor son infinitos.

Entremos al terreno del Diccionario del Amor.

La costumbre en esa comunidad es, hasta la fecha, que las madres y padres les eligen a sus hijos e hijas con quien contraer matrimonio. El amante de la abuela resultó ser el novio de la adolescencia con quien no le permitieron casarse.

Entonces comprendí que desde la explicación de las dinámicas profundas de la Psicología Transgeneracional (para profundizar en el tema ver www.psicologiatransgeneracional.com) se podría entender.

M amaba a sus parejas y ellas la amaban, y esa era justo la razón del ocultamiento. En el Diccionario del Amor de esa familia-comunidad, matrimonio y amor quedaron disociados, además de que amar, siempre se toleraba en la clandestinidad.

M, sin saberlo, al amar a su pareja, entraba a ese terreno invisible pero presente de lo nunca dicho con las palabras pero tatuado con las acciones.

Presentarle a su familia a la persona que amaba para casarse, significaba romper la regla de convivencia familiar ancestral, donde amor y matrimonio no se llevan a cabo con la misma persona.

Después de años de búsqueda, encontramos la intersección del eslabón que había que soltar para que escribiera su propia fórmula de amar.

Hicimos un ritual profundo en el que sus ancestros reconocieran el dolor que les causó a ellos y a quienes amaron, la interferencia de las generaciones anteriores.

Recibió entonces la bendición de poder escribir en su propio tiempo y espacio, nuevas palabras al diccionario.

Una nueva palabra se escribió en el Diccionario

Amorimonio:

Permiso ancestral de que amor y matrimonio convivan en los mismos corazones, que comparten la intimidad de la misma casa y los mismos cuerpos.

 

 

 

 

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