Enlace Judío México – Cuando Griselda Aminah tuvo su primer contacto con el Islam, hace más de 10 años, fue de casualidad. “Decidí estudiar inglés por internet, conocí a unos musulmanes en uno de los chats. Al igual que muchas personas, lo único que había escuchado sobre el Islam era acerca del terrorismo y me surgió la curiosidad de preguntar más”, relata.

FERNANDA GÓMEZ

Ese interés acabó por llevarla, a pesar de haber crecido en el seno de una familia tradicionalmente católica a identificarse más con los principios del Islam y, finalmente, a abrazar esta religión. Pero esta decisión no fue nada fácil.

Aminah, quien ahora vive junto a su esposo en Turquía, tuvo que lidiar en primer lugar con el rechazo de sus familiares y amigos, quienes incluso intentaron que fuera a un psicólogo, y en segundo lugar con el de la sociedad mexicana cuando comenzó a cubrirse la cabeza.

“Una vez un niñito me dijo en la calle: ‘¡Mira allá va la hija de Bin Laden!’ Y siento que que ahora la reacción de la gente es incluso un poco más violenta que antes por la islamofobia”, narra.

Su historia es similar a la de otras mujeres musulmanas nacidas en el País. De acuerdo con el Panorama de las Religiones en México 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México 3 mil 760 personas se identifican con esta religión, de las cuales la mayoría son mujeres.

La dificultad de practicar el Islam también es descrita por Sara Alkaya, de 42 años y quien vive en el puerto de Veracruz.

“Muy poquitas personas lo aceptaron, y para quienes lo hicieron no dejaba de ser extraño. Me cuestionaban mucho y me preguntaban cosas como: ¿porqué te cubres? o ¿porqué no sigues la religión que tus papás te enseñaron?”, explica.

A diferencia de Griselda, Sara decidió permanecer en su país, donde dice a veces sentirse en peligro.

“Una hermana -como se refieren entre musulmanas- me comentó que le llegaron a aventar piedras en la calle por llevar el hijab. Yo no sé porque a la gente le conflictúa tanto, si no le hacemos daño a nadie”.

Sin embargo, Alkaya asegura haber hallado compresión y entablado amistad con otras musulmanas a través de Facebook.

“Es una cuestión de adaptación y encontrar un espacio para las mujeres”, comenta.

Una de ellas es Aamna Safi, de 43 años y quien también vive en Veracruz.

Al igual que Alkaya y Aminah, Safi ha sido victima de miradas y comentarios en la calle, aunque afirma que ha visto un pequeño progreso en los últimos años.

“Siempre hay gente ignorante que se burla y hace comentarios tontos como: ‘Espero que no nos lancen bombas estos terroristas'”, indica.

Hoy, afortunadamente, cuenta con el apoyo de sus padres. Y su situación la ha inspirado para crear su propia página en Facebook en donde pueda ayudar a otras mujeres que se encuentren en casos similares al suyo.

Una táctica similar a la utilizada por Aminah, quien desde hace más de un año cuenta con un canal de YouTube, con casi 100 mil suscriptores, en donde comparte sus experiencias como musulmana y explica las costumbres y prácticas de su religión.

Fuente: Reforma