Respuesta de Irving Gatell a la carta de Mario Schejtman

Enlace Judío México.- Estimado Mario:

Gracias por tomarte el tiempo para hacer tus observaciones.

Por supuesto que acepto tu propuesta de debatir.

IRVING GATELL PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Te anticipo que no soy un fan de ciertas posturas que me parecen demasiado posmodernas, y en estricto no tengo ningún inconveniente en que me llamen “idiota útil” u otras cosas. En más de 20 años de controversia con palestinos y/o propalestinos me han dicho eso y cosas peores.

Para mí eso no es un estorbo para el debate de ideas. Cuando me he topado con ese tipo de ataques, contesto con lo que tengo a la mano. Ideas. Argumentos.

Ya leí tu propia nota descriptiva sobre el trabajo que hacen en Etgar, y hay muchas cosas que me gustaron. Hay otras a las que podría hacerles varias observaciones.

Pero sobre todo me llamó la atención el objetivo de construir nuevos paradigmas buscando un nivel de entendimiento distinto entre lo aparentemente antagónico. Creo que, por esa ruta, los dos nos sorprenderemos mucho de cuánto se puede avanzar en el diálogo.

Si tu percepción de mí es que soy demasiado virulento (sobre todo en eso que llamas “violencia cultural”), en parte es porque en ese artículo en concreto abordé un tema que me parece escandaloso, y fui muy claro en ello: la ingenuidad con la que amplios sectores de la izquierda se han rendido a una narrativa falaz desde la cual se justifica el objetivo de destruir a Israel. Eso es un exceso, y sigo sin encontrar buenas razones para quedarme callado y no denunciarlo.

¿Eso me vuelve de derecha y un representante de la “hasbará oficial”? No lo sabía. Ni me interesa. Me limito a describir las cosas como las veo y señalar lo que no me parece correcto. ¿Soy violento? Sí. Mi retórica puede serlo a veces (porque tampoco recurro sistemáticamente a ello). Pero sucede que ya vi cómo la confrontación amable y políticamente correcta de la violencia física a la que somos sometidos los judíos no lleva a nada. Por algo que tú señalas correctamente en tu nota sobre Etgar: “Si haces lo mismo, los resultados serán los mismos.”

Por eso el tono de mi respuesta a Leonardo Cohen. Él sabe perfectamente que no tengo inconvenientes con debatir. Ya lo hicimos en otra ocasión (y le fue muy mal). Pero justamente por eso señalé en mi respuesta que extraño esos izquierdistas de antaño (los que no habían sido todavía afectados por el posmodernismo y su búsqueda de ambientes “seguros”) que le entraban directo y sin tapujos al debate. Justo porque allí es donde podemos limar las asperezas. Por supuesto, primero hay que aceptar que existen esas asperezas, y no disimularlas.

Yo mismo hice allí la propuesta de un debate de ideas. Así que me siento un poco extraño de que me respondas y seas tú quien me invite a eso, como si yo nunca lo hubiera considerado como posibilidad.

Pero sea. Celebro la disposición, y acepto el diálogo. Soy un creyente absoluto en que es preferible un diálogo ríspido que una intifada. Soy, también, otro judío que está convencido de que el conflicto debe acabar, y que la solución pasa obligadamente por el establecimiento de un Estado palestino donde esos millones de personas puedan vivir en paz, seguridad, justicia, y desarrollarse prósperamente como sociedad y como individuos.

Pero también me obligo a ser realista y ver cuándo las cosas son viables y cuándo no.

De todo ello deduzco que, en realidad, tenemos mucho de que platicar, y espero que así sea.

No sé qué formato le podamos dar a la charla. Lo más fácil sería un intercambio de e-mails, pero me gustaría que este diálogo también fuera accesible al público. Les sería de una gran ayuda para comprender todas las aristas de este conflicto, y sus posibles enfoques. En ese sentido, me encantaría que pudiera ser una correspondencia abierta publicada por Enlace Judío.

Al respecto, May Samra tiene la última palabra.

Mientras tanto, estoy a tus órdenes aquí y que fluya el diálogo.

Saludos desde la Ciudad de México, y Shabat Shalom.

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Irving Gatell: Nace en 1970 en la Ciudad de México y realiza estudios profesionales en Música y Teología. Como músico se ha desempeñado principalmente como profesor, conferencista y arreglista. Su labor docente la ha desarrollado para el Instituto Nacional de Bellas Artes (profesor de Contrapunto e Historia de la Música), y como conferencista se ha presentado en el Palacio de Bellas Artes (salas Manuel M. Ponce y Adamo Boari), Sala Silvestre Revueltas (Conjunto Cultural Ollin Yolliztli), Sala Nezahualcóyotl (UNAM), Centro Nacional de las Artes (Sala Blas Galindo), así como para diversas instituciones privadas en espacios como el Salón Constelaciones del Hotel Nikko, o la Hacienda de los Morales. Sus arreglos sinfónicos y sinfónico-corales se han interpretado en el Palacio de Bellas Artes (Sala Principal), Sala Nezahualcóyotl, Sala Ollin Yolliztli, Sala Blas Galindo (Centro Nacional de las Artes), Aula Magna (idem). Actualmente imparte charlas didácticas para la Orquesta Sinfónica Nacional antes de los conciertos dominicales en el Palacio de Bellas Artes, y es pianista titular de la Comunidad Bet El de México, sinagoga perteneciente al Movimiento Masortí (Conservador). Ha dictado charlas, talleres y seminarios sobre Historia de la Religión en el Instituto Cultural México Israel y la Sinagoga Histórica Justo Sierra. Desde 2012 colabora con la Agencia de Noticias Enlace Judío México, y se ha posicionado como uno de los articulistas de mayor alcance, especialmente por su tratamiento de temas de alto interés relacionados con la Biblia y la Historia del pueblo judío. Actualmente está preparando su incursión en el mundo de la literatura, que será con una colección de cuentos.