Enlace Judío México – Los recortes presupuestarios a la UNRWA y el anuncio del gobierno estadounidense que no reconoce el “derecho al retorno” palestino son bendecidos, ya que obligarán a la Autoridad Palestina, Hamás y la OLP a adoptar una visión más práctica sobre una resolución permanente del conflicto. Quizás incluso los lleve a calcular sus propios pasos y vuelvan a la mesa de negociaciones con un paradigma más cercano a lo que Israel considera aceptable.

RON BEN-YISHAI

Pero junto con las ventajas de los movimientos de Washington, debemos reconocer los riesgos. La presión económica como resultado de los recortes en el presupuesto de la UNRWA, casi seguramente causará una crisis humanitaria muy grave y muy real en Gaza, y en menor medida en Judea y Samaria (Cisjordania).

Además, la respuesta del liderazgo palestino a la declaración de Trump, que rechaza la legitimidad internacional en torno a la demanda del “derecho al retorno” palestino, casi seguramente provocará violencia en las calles de Gaza y Cisjordania, principalmente en el contexto de la batalla sobre el liderazgo de la Autoridad Palestina tras la partida de Abbas.

Por lo tanto, si EE.UU., Israel y quizás el Cuarteto desean aprovechar los recortes presupuestarios y la cancelación del “derecho al retorno” palestino para lograr un resultado positivo, el proceso debe implementarse gradualmente y estar acompañado de medidas económicas suplementarias.

Washington debe recortar gradualmente los fondos que reciben los palestinos directamente o a través de la UNRWA en un lapso de 3-4 años para permitir que las medidas económicas suplementarias sean implementadas en el terreno, y proporcionen a los palestinos en Gaza y Cisjordania fuentes alternativas de ingresos y empleo. De lo contrario, en poco tiempo, los cortes presupuestarios provocarán una crisis humanitaria en la Franja de Gaza que Israel está interesado en prevenir, tanto en el ámbito diplomático como el de seguridad. Tal crisis conducirá a tensiones de seguridad que Hamás podría iniciar o continuar, y el resto es conocido.

Un conflicto similar podría desarrollarse en Judea y Samaria también. No habrá una crisis humanitaria, pero el desempleo se profundizará y servirá como otro incentivo para el malestar, que de todos modos ha estado burbujeando bajo la superficie. Comenzará con manifestaciones en las calles, y el resto es conocido. Podría terminar con otra mini-intifada, o una intifada a gran escala.

Todo esto podría evitarse si la administración de Trump anuncia que el recorte de fondos se hará gradualmente, aunado a un plan de inversión económica y proyectos para obras de infraestructura en electricidad, agua, salud y educación en Gaza y Cisjordania, para reemplazar los fondos que los palestinos reciben a través de la UNRWA y otros organismos internacionales. Indirectamente, ese “Plan Marshall” para Gaza y Cisjordania podría alentar a los palestinos a alcanzar una solución pacífica para el conflicto y crear procesos internos dentro de la sociedad palestina que lo permitan. En este contexto, el hecho de que Estados Unidos retire su reconocimiento del “derecho al retorno” palestino no conducirá a disturbios tan graves.

Los países donantes a Gaza se reunieron en Bruselas el martes. Esta es una excelente oportunidad para establecer un consorcio internacional con la participación de los países árabes que supervise y garantice que las inversiones económicas no sean canalizadas por Hamás a su ala militar y que el sistema educativo palestino no fomente la incitación.

Israel sería un socio activo en el consorcio, no como miembro, sino como un “facilitador”. Es decir, el gobierno de Israel no financiará ni llevará a cabo las medidas directamente, pero hará todo lo posible para garantizar la implementación de estos movimientos a través de nuestros puertos y pasos fronterizos bajo nuestro control. El asesoramiento profesional, de ingeniería y principalmente de seguridad para el consorcio internacional es necesario no sólo para una implementación efectiva, sino también para salvaguardar nuestros intereses vitales de seguridad nacional.

Hablaremos de todo lo demás una vez que se restaure la calma en la Franja de Gaza (un retorno a los acuerdos posteriores a la Operación Margen Protector), que permitirá el inicio de este proceso. En Cisjordania, la calma prevalece actualmente, por lo que se puede comenzar de inmediato. Cuando el proceso entre en marcha, podrían iniciarse negociaciones serias sobre los cautivos y los cuerpos de los soldados que deben volver a sus hogares, así como todo tipo de “arreglos”.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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