Enlace Judío México – Estamos en los Diez Días de Teshuva, el tiempo que transcurre entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. Durante este tiempo uno se enfoca todos los días en trabajar su carácter, corregir los defectos que tenga y arrepentirse de sus pecados. Para judaísmo “hacer teshuva” (regresar a uno mismo) no implica sólo arrepentirse, implica cambiar completamente la forma de pensamiento y actuar que llevaron a la persona a realizar trasgresiones. Hacer teshuva es cambiar por completo la forma en que estamos conformados y comprometernos a nunca más incurrir en las trasgresiones que cometimos este año. Es una de las acciones más importantes que podemos hacer. En el Talmud aparecen numerosas historias de personajes que con su arrepentimiento se ganaron el Mundo Venidero. La siguiente historia aparece en el tratado de Avodas Zara y es de las más conocidas. Esperamos les gusten.

Talmud Bavli Avodas Zara 17a

Se dice de rab. Eliezer ben Durdaya que era tan promiscuo que no había dejado una sola prostituta en el mundo sin haber tenido una relación íntima con ella. En una ocasión escuchó del paradero de una prostituta en una ciudad cercana al mar que estaba dispuesta a aceptar una bolsa llena de dinares por sus servicios. Tomó una bolsa llena de dinares y cruzó siete ríos para alcanzarla. Mientras realizaban el asunto al cual ya se habían acostumbrado, ella tuvo una flatulencia y le dijo: así como este aire jamás regresará a su origen, de la misma forma el arrepentimiento de Eliezer ben Durdaya jamás será aceptado.

Entonces él, afectado por el evento, fue hacia donde se encontraban dos montañas y colinas, se sentó entre ellas y dijo: Montañas y colinas rueguen misericordia por mí. Le contestaron: Antes de pedir misericordia para ti debemos pedirla para nosotras, como está dicho: “Pues las montañas partirán y las colinas serán removidas” (Isaías 54:10). Por tanto dijo: Cielo y Tierra recen y pidan misericordia por mí. Pero ambos contestaron: Antes de pedir misericordia por ti debemos pedirla por nosotros pues está dicho: “Los Cielos se esfumaran como el humo, y la Tierra se marchitara como la ropa vieja” (Isaías 51:6).

Desesperado dijo: Sol y Luna pidan misericordia por mí. Pero los astros contestaron: Antes de pedir misericordia por ti, debemos pedirla por nosotros, pues está dicho: “La Luna se confundirá y el Sol se avergonzará” (Isaías 24:23). Entonces dijo: estrellas y constelaciones pidan misericordia por mí. Ellas respondieron: antes de pedir misericordia port i debemos pedirla por nosotras, pues está dicho: “Y las huestes celestes se disolverán” (Isaías 34:4).

Después de esto Eliezer ben Durdaya dijo para sí: Claramente el asunto no está más que en mis manos. Pusó su cabeza entre sus piernas y lloró tan fuerte que su alma dejó su cuerpo. Surgió una voz del Cielo que dijo: rabí Eliezer ben Durdaya está destinado a la vida en el Mundo Venidero.

Cuando rabí Yehuda HaNasi oyó la historia de Eliezer ben Durdaya, lloró y dijo: Existen aquellos que se ganan su porción en el Mundo Venidero sólo después de muchos años de trabajo y devoción; y existen aquellos que se ganan su porción en el mundo venidero en un sólo momento. Rabí Yehuda HaNasi agregó: Y los penitentes no sólo son aeptados en el mundo venidero, además son llamados “rabí”.

Fuente: Talmud Avodas Zara 17a