Enlace Judío México e Israel.- Un libro sustentado en los documentos oficiales del Archivo General de las Indias, de Sevilla, y del Archivo Nacional Torre de Tombo, de Lisboa, narra las conspiraciones políticas entre los hombres que fundaron la ciudad de Monterrey y detalla cómo utilizaron las acusaciones religiosas para arrebatar bienes y territorios, utilizando para ello los Tribunales del Santo Oficio, es decir a la “Inquisición” que perseguía a “herejes” y judíos.

JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

El libro titulado “Luis de Carvajal de la Cueva, Los principios del Nuevo Reino de León” del autor Samuel Temkin cuenta la historia del primer fundador de la ciudad de Monterrey a quien sus enemigos acusaron de “encubridor de judíos”, entre otros delitos, durante el periodo más terrible de la nefasta Inquisición impuesta para la Nueva España.

En el Juicio del Tribunal del Santo Oficio contra Luis de Carvajal de la Cueva fue señalado por: “encubridor de judíos, apóstatas de nuestra Santa Fe y del dogmatista y maestro de la Ley de Moisés”.

No obstante, el inquisidor determinó que si las acusaciones contra Carvajal “no fueran bien probadas”, el acusado debería ser sometido a “tormentos hasta que enteramente confiese la verdad”.

Es obvio decir que con las torturas a los que fueron sometidos los acusados, terminaban “confesando” todo lo que los inquisidores deseaban escuchar.

El texto de Temkin se centra en los últimos 24 años de la vida de Luis de Carvajal. Su ascenso comienza después de la Batalla de San Juan de Ulúa, el 23 de Septiembre de 1568, cuando la flota española derrota al famoso traficante de esclavos y corsario inglés John Hawkins, quien tras perder la batalla abandona a sus hombres que fueron capturados en la Bahía de Tampico por Carvajal.

Tras ese logro, el Virrey Martín Enríquez Almanza lo nombra capitán y le encomienda descubrir una ruta entre Tampico y Mazapil, para sacar la plata de las minas zacatecanas sin tener que pasar por la ciudad de México rumbo a Veracruz.

Durante su trayectoria hacia Mazapil, intentando evadir las montañas de la Sierra Madre Occidental, pasa por Saltillo y descubre el “Valle de Extremadura” donde se fundaría la ciudad de Monterrey.

Otras de las comisiones que le ordenó el Virrey fue pacificar a los indios en la provincia de Xalpa, con la cual desarrolla el negocio de la venta de esclavos.

En 1579 Felipe II le otorga la capitulación para fundar el Nuevo Reino de León. Gracias a ese mandato, primero se funda Villa de San Luis, posteriormente llamada Monterrey, siendo su primer alcalde Gaspar Castaño de Sosa, un capitán del ejército de Carvajal, cuya milicia se dedicaba a la captura de indios para venderlos como esclavos.

Luis de Carvajal también incursionó en el negocio de la minería en los territorios conquistados.

Sus prósperos negocios provocan la envidia de sus enemigos, y entra en disputas legales por la propiedad de varios territorios. Para el año 1582 inicia una disputa contra el influyente Fiscal Eugenio de Salazar por pueblos y territorio del Pánuco, donde Carvajal era gobernador.

“No obstante haber sido resuelto decididamente a favor de Carvajal, ese pleito puso en marcha las fuerzas que eventualmente causaron su caída”, asegura Samuel Temkin.

Posteriormente, el Virrey Villamanrique lo acusa por dos delitos: no cumplir con la capitulación del Rey para fundar ciudades, obviamente falso.

“El segundo delito, también fabricado para satisfacer a un celoso fiscal y a ciertas influyentes personas que perdían algunas de sus tierras,” fue sobre el tratamiento de los indígenas”, delito más sustentado, ya que el acusado se dedicó a la trata de esclavos con los nativos que sometía.

Gracias a esas acusaciones De la Cueva fue enviado a prisión. No obstante debido a que eran delitos menores, el acusado podría abandonarla. “Pero el Virrey Villamanrique, en su “deseo de destruir a Carbajal… usó el instrumento que podría hacerlo y fue el Santo Oficio”.

Así que sus enemigos, para arrebatarle su riqueza y territorios, conspiraron para aprovechar que su familia y particularmente su sobrino Luis de Carvajal, “el Mozo”, estaban señalados con “marranos” o criptojudíos.

Por ese motivo, toda la familia Carbajal de la Cueva fue hecha prisionera, gracias a una denuncia que comenzó cuando Felipe Núñez se presentó ante la Inquisición para acusar a una viuda, sobrina del gobernador Luis de Carvajal a la que señaló por “haber dicho ciertas cosas contra la doctrina cristiana”.

La sobrina fue torturada y confesó sobre el resto de la familia, que fue condenada a morir en la hoguera, pero si se arrepentían primero serían ahorcados para evitar el sufrimiento, lo cual aceptaron.

Ante el Tribunal del Santo Oficio “el Mozo” se mantuvo firme y no renegó de su fe por el judaísmo por lo que la Inquisición lo mandó quemar. En la hoguera se despidió de su familia con la plegaria de la religión judía: Shemá Israel.

La conspiración contra Luis de Carvajal tuvo el éxito que esperaba el Virrey Villamanrique. Para finales del año 1588 su enemigo ya estaba en prisión.

Tras un juicio que duró varios meses no se comprobaron sus delitos religiosos pero sí haber traficado con esclavos.

Luis de Carvajal fue sentenciado al exilio para quitarle sus bienes pero muere en la prisión de la Corte el 13 de febrero de 1591.

 

 

 

 

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