Enlace Judío México e Israel.- El historial en derechos humanos del organismo mundial es una broma cruel.

ELLIOT KAUFMAN

Cuando el Presidente Trump dijo a la Asamblea General de Naciones Unidas que “en menos de dos años, mi administración ha logrado más que casi cualquier gobierno en la historia de nuestro país”, los delegados del mundo no pudieron contenerse. “Yo no esperaba esa reacción,” Trump respondió a la risa que sonó a través de la sala, “pero eso está bien.”

El alarde de Trump merecía un revoleo de ojos, pero yo me reiría en cambio de la ONU Se lo merece.

¿Quién sino la ONU elegiría a algunos de los principales abusadores de derechos humanos del mundo—Arabia Saudita, China, Venezuela, Pakistán y otros—para dirigir un Consejo de Derechos Humanos y sermonearnos al resto de nosotros? En el 2016 muchos de estos miembros trataron incluso de silenciar a Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, en mitad de la frase cuando él expuso su hipocresía.

¿Quién sino la ONU elegiría a la República Islámica de Irán para la junta ejecutiva de su agencia “dedicada a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres”? El Foro Económico Mundial clasifica a Irán en 140 de 144 naciones en paridad entre los sexos por una razón. Su régimen arresta y golpea a mujeres que protestan pacíficamente por sus derechos. Encarcela y tortura a mujeres por quitarse los pañuelos de la cabeza. La discriminación está escrita en todo el contenido del código civil de Irán, desde matrimonio y divorcio a empleo.

¿Quién sino la ONU celebraría una Conferencia Mundial Contra el Racismo, sólo para que los partidarios de Israel sean acosados, intimidados y abucheados para salir del escenario con cánticos de “¡judío! ¡judío! ¡judío!”?

En el 2001 la conferencia estuvo “desbordando con copias de ‘Los Protocolos de Los Sabios de Sión’ y panfletos mostrando imágenes de judíos con grandes narices ganchudas y sonrisas malvadas, sus colmillos de serpiente empapados en sangre y sus uniformes militares condecorados con esvásticas,” según un corresponsal del New Republic. Para junio del 2016, el Consejo de Derechos Humanos había condenado a Israel más que a todas las otras naciones juntas. Desde entonces ha aprobado 10 resoluciones más anti-Israel, por un total de 78.

¿Quién sino la ONU elegiría a Siria para un puesto de liderazgo en la Comisión Especial sobre Descolonización, la cual combate “el sometimiento, dominación y explotación,” cuando el régimen estuvo masacrando a su propio pueblo con armas químicas? En vez de corregir su error, la ONU luego reeligió a Siria en el 2016 y nuevamente en el 2018.

¿Quién sino la ONU llevaría a cabo un minuto de silencio oficial en reconocimiento de la muerte de Fidel Castro, el asesino, torturador y carcelero en jefe de Cuba? De hecho, uno no fue suficiente. La ONU dio a Castro dos minutos separados de silencio y luego un tercer tributo. Bajo Castro, Cuba se desempeñó a veces en el Consejo de Derechos Humanos pero nunca permitió inspectores dentro del país—excepto una vez. El funcionario de la ONU, Jean Ziegler, un admirador de Castro y el cofundador del Premio Internacional Al-Gaddafi para Derechos Humanos, visitó Cuba en el año 2007. A él le gustó lo que vio.

La ONU ríe. Si tuviera alguna vergüenza, lloraría.

 

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.