Enlace Judío México e Israel.- Helena Czernek y Aleksander Prugar, son cazadores de mezuzot que recorren incansables las tierras donde alguna vez hubo judíos con el propósito de perpetrar su memoria. 

ALEKSANDER PRUGAR

Durante los últimos 3 años hemos sido imparables. Kilómetros incalculables recorriendo Polonia y Ucrania. Decenas de ciudades y pueblos visitados. Nunca cansados, nunca decepcionados pero siempre empujados por la fe y fiel a nuestros principios y nuestra misión. ¿Quienes somos?

Somos cazadores de mezuzot.

Pasamos meses viajando por Polonia y Ucrania en busca de rastros de las cajas decorativas que alguna vez adornaron los postes de las casas judías antes de que la abrumadora mayoría de la población fuera eliminada. Las que una vez marcaron el punto liminal del umbral, las mezuzot, como los judíos, se han ido pero sus impresiones aún permanecen.

Somos cuentacuentos.

Vemos esto como muy simbólico. Al igual que sentimos la ausencia de un judío polaco, aquí encontramos la ausencia de las mezuzot, apenas un ligero rastro en la madera“, dice Czernek. “Trabajando bajo el nombre de diseño “Mi Polin” (“De Polonia”, en hebreo) hemos hecho que el trabajo de nuestra vida sea revivir un pasado judío invisible. Una vez localizadas las huellas de mezuzá, creamos una huella de traza. Luego forjamos estas huellas en bronce para convertir la historia en un objeto tangible“.

Somos arqueólogos.

De esta manera, el objeto está imbuido de una presencia metafísica: estamos proporcionando algo que nos ayuda a movernos entre el pasado y el presente. El bronce es digno, es duradero, es eterno“, dice Prugar.

Nuestras mezuzot han hecho su camino en muchos hogares, y la mayor parte del interés proviene de Estados Unidos: Jonathan Safran Foer, cuyo origen es de Europa Oriental, solicitó su propia mezuzá Mi Polin de su hogar ancestral en Ucrania. Cada artefacto también viene con una historia minuciosamente investigada, por lo que las familias en lugares remotos tienen un punto de entrada a un pasado a veces evasivo.

Es este desarrollo de la memoria lo que nos impulsa a avanzar, así como el sentido del destino o la intervención cósmica, algo que se reafirma en momentos extraños, como el momento en que llegamos a un sitio para encontrar el edificio cubierto de andamios y el marco de la puerta en una pila de escombros.

Como dice Prugar: “Una semana antes, no habríamos podido convencer a los constructores de que lo conservaran, una semana después ya habría sido tarde. Fue el destino“.

En última instancia, sin embargo, es el sentido del deber que tenemos para mantener vivo el recuerdo lo que nos mantiene en marcha. Después de todo, como dice Czernek, “no es fácil llegar a una ciudad que solía ser judía solo para descubrir que no hay rastro de que alguna vez estuvieran allí“.

De esta manera, estamos dando algo a la gente de su pasado. Estamos conectando el pasado con el presente, así como dejando algo para el futuro“.

Fuente: The Israel Forever Foundation / Traducción: Silvia Schnessel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico