Enlace Judío México e Israel- El Sr. Eduardo Cojab fue uno de los grandes filántropos de nuestra Comunidad. Entrevistado en el 2014, en la hospitalidad de su casa, nos compartió una vida de entrega y trabajo comunitario.

“Empecé trabajando como vendedor de hojas de rasurar, después vendí cortes de 3 metros para las mujeres, más tarde cortes de casimir para hacer pantalones de hombres. Después de un tiempo abrimos una tienda en las calles de Correo Mayor # 67, le llamamos “La Favorita”, allí vendíamos telas. No sé por qué, pero siempre fui muy buen vendedor, viajé por todo el país; hoy, lo conozco como la palma de mi mano”, nos dijo en una entrevista en 2014.

“Lo que tengo se lo debo a mi trabajo. Lo que hacía una persona en seis meses yo lo hacía en 4 días. (Ellos)no utilizaban el sistema de Eduardo Cojab“.

Inició sus labores comunitarias trabajando con el Sr. Gabriel Hefes, entonces Presidente de la Comunidad Maguen David, y apoyó en la compra del terreno para la construcción del Colegio del mismo nombre: la primera piedra fue colocada por Eduardo y su familia.

También trabajó en la Mesa Directiva del Sr. Salomon Seade, colaborando para comprar el terreno del “Centro Maguén David”, en el cual también adquirió el nombre de la sinagoga; así como el de la Tebilá.

La familia Cojab realizó la aportación necesaria, en su nombre y representación, para la construcción del Templo Maguén David ubicado en Polanco; posteriormente donó la Menorá, la letra hebrea “shin” colocada en el mismo, así como el elevador.

Más adelante, el anexo del Templo Shaare Shalom; el templo de la Herradura con su Mikve; la escuela ubicada en Lago Bangueolo así como varios salones de estudio; el Salón de Fiestas del llamado “Kolelito”; el Hejal del Centro Deportivo México…entre otros.

La sinagoga del Centro Maguén David también luce su nombre.

En el año de 1996, Eduardo Cojab creó la fundación “Jacobo y Frida Cojab”, para miembros de la Comunidad que presenten proyectos viables. Ha atendido a más de 2,500 personas que han salido adelante gracias a su generosidad.

Fue presidente de “Chevra Hatzalah A.C.”, una de la mejores instituciones de México y el mundo en servicios de auxilio paramédico de emergencia. En sus inicios, esta institución sólo impartía clases y nada más tenía dos ambulancias descompuestas; actualmente tiene cuatro bases, nueve ambulancias y cursos de primeros auxilios a damas o jóvenes.

Eduardo Cojab fue también parte del proyecto de La Casa de la Alegría, que inauguró en el año 2015, y dijo entonces que decidió nombrarla así porque vaticinó que siempre habría alegría en ella, a pesar de que es una casa hogar para niños vulnerables y en condiciones de riesgo de la Comunidad Judía de México.

En abril de este año, en una de los últimos reconocimientos otorgados a Eduardo Cojab, en una emotiva ceremonia llevada a cabo, se le dio nombre de “Edificio Eduardo y Jovita Cojab” al edificio del Centro Médico Shaare Zedek ubicado en la esquina de Strauss y Neviim en la ciudad de Jerusalén.

Durante esta misma visita a Israel, Eduardo Cojab, junto con Jovita, la piedra de la sede mundial de ZAKA en la ciudad de Jerusalén, obra de la cual fue un donador principal, en memoria de Elías Cojab Farca, fallecido en marzo de este año.

Estos son sólo algunos detalles de una vida dedicada al prójimo.

En su trayectoria comunitaria, lo acompañó su esposa, Doña Jovita Cojab, una gran dama que compartía sus ideales: “Soy una esposa común, atenta a la casa los niños a su educación. Me uní a Eduardo mi esposo en la ayuda a las personas con necesidades”.

El Sr. Cojab solía decir a los jóvenes: “Tengan confianza en nuestro país, en México, ya que nos ha dado de todo. Es la tierra más bendita”.

Una de sus frases legendarias: “No me agradezcan, agradezcan a D-os; yo sólo soy su medio”.